En
los años noventa del siglo pasado (XX), la economía se fue agravando al punto
de ser insostenible seguir teniendo la economía con base en la inflación que
alcanzaba alturas nunca vistas. Carlos Salinas de Gortari dejaba el poder y
hacia su llegada Ernesto Zedillo Ponce de León. En este contexto había ya
entrado en vigor (1 de enero de 1993), el decreto por el cual se le quitaba lisa
y llanamente tres ceros a todas las cantidades; es decir, $1,000.00 (Mil pesos),
pasaron a ser N$1 (Un nuevo peso). Por decreto Salinas de Gortari había
desaparecido mágicamente la enorme e imparable inflación que agobiaba a la nación
mexicana (que no al gobierno, este siguió gastando a manos llenas). Se dijo que
esta medida era para hacer manejables las grandes cantidades financieras, que
los sistemas de cómputo fueran funcionales y que las transacciones fueran ágiles. Pero en realidad, se maquilló de tal manera el desastre financiero en
que se encontraba la economía, por la corrupción desatada del gobierno en turno,
para hacer parecer que se tenía controlado el desastre. Se perdieron millones
de empleos, bienes, créditos y vidas
La
situación de la economía en el presente esta mas o menos en las mismas
circunstancias que en aquellos días y si se hace la operación inversa, es
decir, sumarle los tres ceros que artificialmente se le quitaron a las
cantidades antes de 1993, se tiene que el dólar actualmente con relación con el
peso vale $16, 470.00 (dieciséis mil cuatrocientos pesos), al tipo de venta que
hacen las instituciones de crédito Banamex y Santander.
Ningún
gobernante se hace responsable de estos desastres financieros, la mayoría se
retira con $1,000.000.00 (Un millón de pesos) por concepto de retiro 500
diputados, buscan el poder de sus partidos Javier Corral y Ricardo Anaya,
Manlio Fabio Beltrones y todos los demás políticos, incluyendo a Enrique Peña
Nieto que se fue de vacaciones como si las mereciera sin ninguna dilación y con
toda la pompa y lujo. El actual régimen miente, es el desastre.
¿Quiénes
son los responsables de estos desastres que superan en horror al infierno de
Dante?. El pueblo no puede gobernar directamente pero si determinar la forma de
gobierno y las sanciones que les corresponden a los malos políticos desde el
presidente de la República hasta el más modesto de los presidentes de las
juntas auxiliares, sin olvidarse de los demás órganos, instituciones,
fideicomisos y demás entes que están sujetos al Estado mexicano.
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