lunes, 31 de agosto de 2015

CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD: EL PAN DE DE CADA DÍA





Para el gobierno de Enrique Peña Nieto, todo está bien, México está en jauja. Los nuevos diputados acaban de jurar la Constitución General y se felicitan con gran ánimo, pintan el futuro como si en lugar de una locomotora de la corrupción fueran taumaturgos de la miseria y la convirtieran en la tierra de “Leche y miel”. Es una vileza que estén tan alegres los mismos traidores, los mismos corruptos, los mismos violadores de la ley, de los derechos humanos, de las garantías individuales. Allí esta Jesús Zambrano, con el cinismo más inquietante, jurando la Constitución junto con otros casi 500 diputados que con gran satisfacción gritan “…y si así no lo hiciera que la nación nos lo demande”. Esa es una burla al pueblo ya que cuando el pueblo sale a demandarles sus excesos, su corrupción sin límite, envían murallas de carne bien entrenada para reprimir bajo una legalidad a modo que solo se impone el pueblo y deja impunes a los políticos. Este gobierno es experto en una sola cosa: en la aplicación de la ley del garrote. Allí están Manlio Fabio Beltrones y Cesar Camacho y toda su corte de corruptos, dándose baños de pureza, con ansias incontroladas por seguir desmantelando lo publico en beneficio de las trasnacionales y para ellos mismos. Se han unido y juramentado los políticos en un pacto de saqueo de corrupción e impunidad.


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