Desde
la independencia de México (1821) hasta inicios de la década de 1980 se pensaba
en mantener la soberanía (aunque esta era parcial), el patriotismo, los
intereses generales de la nación mexicana. Claro, en todo momento ha habido
grupos de personas conservadoras que han intentado la sumisión del pueblo
mexicano hacia otros gobiernos extranjeros. Los conservadores, hoy diríamos “la
derecha”, los sacerdotes en general, traidores y toda clase de pillos sin escrúpulos
se han puesto del lado contrario al de la nación mexicana. Con todo, y, a pesar de haber sido una
dictadura del partido de Estado, el periodo priista, no habían llegado al
extremo de ir contra los postulados de la revolución de independencia: independencia
política, cultural y económica. Ir contra los postulados de la revolución mexicana:
tierra y libertad, sufragio efectivo, no reelección, independencia económica (de
allí la expropiación petrolera y la eléctrica) y una identidad nacional entre
otras cosas.
Desde
hace más de treinta años se han propuesto los gobernantes en turno (Priistas y
panistas) y lo han logrado, ponerse del lado de las grandes trasnacionales y borrar
de un plumazo los valores nacionales como la identidad nacional, el patriotismo,
los valores culturales, la independencia económica y política. En suma, todos y
cada uno de los elementos que identificaban y unían a los mexicanos y las
aspiraciones que tenía el pueblo mexicano fueron dejados de lado, en el olvido.
El
actual gobierno en turno, tiene como meta ir contra de los ideales de Benito Juárez,
que México fuera un Estado nacional fuerte e independiente. De los ideales de
la revolución, que los mexicanos tuvieran un gobierno que los dirigiera hacia
la consolidación del Estado mexicano como uno actor más en la escena política mundial.
De allí la doctrina Estrada aunque muchas veces se usó para mantener la
dictadura del partido de Estado. La independencia energética se inició con Lázaro
Cárdenas (1938) en contra de las grandes empresas petroleras que en su momento
dominaban rapazmente sin límite alguno. La nacionalización de la industria eléctrica
en 1960 por Adolfo López Mateos fue la última gran acción a favor de la nación mexicana.
Los
ideales de Juárez, de Villa, Zapata, Madero, Cárdenas y López Mateos, son
vistos por Peña Nieto como los verdaderos enemigos a combatir, representan obstáculos
para la privatización de todos los ámbitos de lo público; desde la energía hasta
la prestación de servicios públicos: seguridad pública, salud, educación y
todos los servicios que debería prestar el gobierno o por lo menos regular
acertadamente.
En
resumen pasamos de ser independientes en algunos rubros a ser dependientes en
todos los ámbitos de la vida nacional. Se acerca el 15 de septiembre y Peña
Nieto dará el grito de independencia, siendo que se ha empeñado en hacer dependiente
a la nación mexicana de las trasnacionales nacionales y extranjeras. Sera un
grito hueco, vacío y vergonzoso.
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