Los gobernantes, políticos y
empresarios coludidos en la corrupción no tienen la mínima intención de
abandonar el campo de la corrupción, el negocio es magnífico y ya son
totalmente adictos a este ilícito. No van a ceder por voluntad propio. No
tienen ética y su moral es doble y hasta triple. La lucha anti corrupción será
verdadera y efectiva cuando se hagan Consejos Ciudadanos con todas las
facultades constitucionales y autónomos que investiguen y persigan a los
corruptos hasta sanear la economía y la política y el pueblo debe estar del
lado de estos consejos apoyándolos con en todo y por todo.
Es bien sabido que los adictos a las
metanfetaminas en un noventa por ciento, a pesar de haber tenido rehabilitación
recae, su adicción es tal que pierden casi toda voluntad para siquiera intentar
que se les cure. Es el espectáculo más lastimoso de las adicciones.
Los gobernantes, políticos y
empresarios mexicanos son ya adictos a la corrupción en el grado que lo están los
adictos a las metanfetaminas y por ningún motivo van a dejar la corrupción como
forma de vida. Son capaces de todas las bajezas con tal de seguir pegados a la
ubre del erario y de todo lo público. Ya han mostrado a que grados de pueden
llegar con tal de seguir enriqueciéndose. La adicción a la corrupción puede
curarse con leyes severas que corten de tajo este mal.
De la misma manera que los adictos a
las metanfetaminas están no solo impedidos sino incapacitados para curar su
mal, los gobernantes y políticos están trastornados y son incapaces de siquiera
tratar de corregir su fea e ilícita adicción: la corrupción.
Si el Neoliberalismo liberó a los
gobiernos de toda responsabilidad social y pública (Programas sociales, educación,
seguridad pública y todos los bienes y servicios que antaño prestaba), es
evidente que el ciudadano híper individualizado debe por fuerza de necesidad intervenir
en la dirección del gobierno y en la corrección de todos los males de la política
y la economía. Dejar que los gobernantes y políticos regulen su propia corrupción
es la locura, es, tanto como abandonar a los adictos a la metanfetaminas a su curación.
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