sábado, 21 de marzo de 2015

LA DISCRIMINACIÓN RACIAL Y LA ÓPTICA





Es común que determinados grupos de personas, a través del tiempo se vayan formando determinadas convicciones respecto de la naturaleza y los demás seres humanos para poder vivier entre los existente. La ignorancia de la verdad es origen de convicciones absurdas que llamamos prejuicios. Los seres humanos se han imaginado y forjado el tosco prejuicio de ser de origen divino o por lo menos superior. Bajo esta premisa han creído falsamente que deben señorear sobre los demás seres humanos sin restricción. Esto lleva a preguntar sobre la verdad de tal superioridad. ¿Es esto cierto?.

Hoy, sigue el prejuicio de la superioridad por pura ignorancia. Gradualmente se va abandonando tal postura pero se sigue sosteniendo en algunos grupos extremistas blancos tal prejuicio. El problema se plantea respecto a saber si los cuerpos tienen colores físicos o colores por la acción de la luz. La respuesta a tal problema la encontramos en la ciencia y en concreto en la óptica. El ojo humano tiene tres frecuencias diferentes fotolumínicas que perciben la luz y su variedad de colores en que se descompone. 

Ahora bien, solemos decir que “de noche todos los gatos son pardos”, es decir, percibimos la ausencia de los colores que, por lo demás pueden reducirse a tres básicos (rojo, azul y verde profundo); por el contrario, a la exposición de la luz natural o artificial los objetos, incluyendo los cuerpos humanos, se ven con determinados colores. Esto se explica, debido a que los objetos absorben determinados colores y rechazan los demas. De esta manera, la estructura de la sandía en su parte que percibimos como roja, absorbe toda la gama de colores y rechaza el rojo y la parte que, percibimos, generalmente, como verde y que es, su cáscara absorbe todos los colores y refleja el verde.

Los cuerpos u objetos que percibimos de negro son el resultado de absorber todos los colores sin reflejar alguno; por el contrario, los cuerpos u objetos blancos rechazan toda la gama. De esta manera el color con que apreciamos a las personas son el efecto de lo ya explicado. Los colores no están en los cuerpos u objetos sino son el resultado de sus estructuras y la capacidad del ojo humano en percibir la luz. Existen otras formas de percibir en diversas especies de animales que no son a través de la luz sino del calor o una especie de radar. Los seres humanos han logrado reproducir en imitación estas formas de percepción. Esto nos da una nueva forma de ver a los seres humanos en su aspecto como una graciosa variedad de estructuras y no como una jerarquía de superioridad/inferioridad.

En resumen la discriminación por el color de piel no es otra cosa que, un prejuicio labrado estúpidamente por la ignorancia. Si los señores y señoritas que sienten ser de noble estirpe por el color de su piel supieran un poco de óptica o, en su defecto buscaran la verdad, sentirían una vergüenza indeleble. Como no es posible enderezar tales tonterías, la humanidad tendrá que seguir lidiando con semejantes prejuicios.  


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