sábado, 21 de marzo de 2015

DEL MEJOR DE LOS MUNDOS POSIBLES AL PEOR DE LOS MÉXICOS POSIBLES





Los grandes filósofos tienen algo de románticos, locos e idealistas, eso no disminuye en algo sus méritos logrados. Godofredo W. Leibniz aseguraba que este era el mejor de los mundos posibles y que las cosas y los hechos no suceden sin causa alguna, lo que llamó razón suficiente. Claro, a este “mejor de los mundos”, se puede oponer el peor de los mundos de Arturo Schopenhauer, en el cual los seres se devoran unos a otros para poder vivir y lo hacen con una frialdad sin par.

Ahora bien, en un mundo perceptible y razonable, bien se puede insertar el peor de los mundos posibles sacado de la realidad. La calidad de vida tiene sus escalas y en México no hay forma (por lo menos de inmediato), de poner manos a la obra para construir el “mejor de los Méxicos posibles”, pero si para llevar al actual al “peor de los Mexicos posibles”, el gobierno actual, lleno de arribistas, incompetentes, traidores y ambiciosos al extremo puso en vigencia la privatización de lo público con la añoranza de convertirse en los mejores y resultaron los peores en décadas. En efecto, la política económica está afectada por la política corrupta del actual gobierno mexicano; se han lanzado la gran mayoría de los gobernantes y políticos al saqueo indiscriminado, ilegal y con toda la impunidad, al grado de no haber día en que se sepa de las corruptelas que con gran alegría cometen.  

No hay leyes ni órganos o instituciones que puedan frenar la corrupción apocalíptica. Las leyes son una cortina de hierro que simula justicia para los gobernantes, políticos y grandes empresarios que unidos corrompen lo público.  Los órganos jurisdiccionales poquísimas veces castigan a esta triada maldita (gobernantes, políticos y empresarios) y los organismos encargados del control interno dependen del presidente de la República, de los gobernadores, del Jefe de Gobierno del distrito Federal y de los presidentes municipales; es decir, los corruptos, tienen el control de los organismos encargados de combatir la corrupción. Eso es una descarada simulación.  

La descomposición social, moral, legal, criminal y de legitimación son causadas por los políticos al corromper todos los órganos, instituciones, institutos en aras de volverse multimillonarios y lo logran con todo éxito y después, para acallar protestas recurren a la publicidad mediática comprando voluntades y desapareciendo a los críticos. Para con el pueblo bajo recurren leyes en extremo punitivas y a toda clase de delitos sin que les importe cosa alguna la crítica, total no hay medios legales de combatirlos y de que le pueblo se defienda.

A los criminales los crea este mal gobierno al no crear trabajos dignos, al no dar educación de calidad, al abandonar la seguridad social y publica y vender al mejor postor, siempre bajo la corrupción, el territorio nacional. Millones huyen de México acicateados por el hambre, la inseguridad y la falta de oportunidades de toda clase. De esta manera se crea el peor de los Méxicos posibles. 


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