Los
grandes filósofos tienen algo de románticos, locos e idealistas, eso no
disminuye en algo sus méritos logrados. Godofredo W. Leibniz aseguraba que este
era el mejor de los mundos posibles y que las cosas y los hechos no suceden sin
causa alguna, lo que llamó razón suficiente. Claro, a este “mejor de los mundos”,
se puede oponer el peor de los mundos de Arturo Schopenhauer, en el cual los
seres se devoran unos a otros para poder vivir y lo hacen con una frialdad sin
par.
Ahora
bien, en un mundo perceptible y razonable, bien se puede insertar el peor de
los mundos posibles sacado de la realidad. La calidad de vida tiene sus escalas
y en México no hay forma (por lo menos de inmediato), de poner manos a la obra
para construir el “mejor de los Méxicos posibles”, pero si para llevar al actual
al “peor de los Mexicos posibles”, el gobierno actual, lleno de arribistas,
incompetentes, traidores y ambiciosos al extremo puso en vigencia la privatización
de lo público con la añoranza de convertirse en los mejores y resultaron los
peores en décadas. En efecto, la política económica está afectada por la política
corrupta del actual gobierno mexicano; se han lanzado la gran mayoría de los
gobernantes y políticos al saqueo indiscriminado, ilegal y con toda la
impunidad, al grado de no haber día en que se sepa de las corruptelas que con
gran alegría cometen.
No
hay leyes ni órganos o instituciones que puedan frenar la corrupción apocalíptica.
Las leyes son una cortina de hierro que simula justicia para los gobernantes, políticos
y grandes empresarios que unidos corrompen lo público. Los órganos jurisdiccionales poquísimas veces
castigan a esta triada maldita (gobernantes, políticos y empresarios) y los
organismos encargados del control interno dependen del presidente de la República,
de los gobernadores, del Jefe de Gobierno del distrito Federal y de los
presidentes municipales; es decir, los corruptos, tienen el control de los
organismos encargados de combatir la corrupción. Eso es una descarada simulación.
La
descomposición social, moral, legal, criminal y de legitimación son causadas
por los políticos al corromper todos los órganos, instituciones, institutos en
aras de volverse multimillonarios y lo logran con todo éxito y después, para acallar
protestas recurren a la publicidad mediática comprando voluntades y
desapareciendo a los críticos. Para con el pueblo bajo recurren leyes en
extremo punitivas y a toda clase de delitos sin que les importe cosa alguna la crítica,
total no hay medios legales de combatirlos y de que le pueblo se defienda.
A
los criminales los crea este mal gobierno al no crear trabajos dignos, al no
dar educación de calidad, al abandonar la seguridad social y publica y vender
al mejor postor, siempre bajo la corrupción, el territorio nacional. Millones
huyen de México acicateados por el hambre, la inseguridad y la falta de
oportunidades de toda clase. De esta manera se crea el peor de los Méxicos
posibles.
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