sábado, 1 de marzo de 2014

LOS ENCUENTROS DE LA IGLESIA MEDIEVAL Y LA TRADICIÓN CLÁSICA: SAN AGUSTÍN, ROGER BACON Y LA METÁFORA DE LA SIRVIENTA

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David C. Linberg                

EL PROBLEMA.

De acuerdo a la creencia popular extendida, el periodo de la historia Europea conocida como la Edad Media o periodo medieval (los accidentados años 450-1450), fue un tiempo de barbarismo, ignorancia y superstición. El epíteto “Edad oscura” con frecuencia aplicado a esto amablemente captura esta opinión. En cuanto a la enfermedad que literalmente amenazaba, aprendiendo, y especialmente la ciencia durante la Edad Media, la culpa es mayormente aplicada a los pies de la iglesia cristiana lo cual es alegado por haber colocado la autoridad religiosa sobre la experiencia personal y la actividad racional, por eso, extinguiendo las vagas chispas de científicos y otras formas de creatividad intelectual que habían sobrevivido a las invasiones bárbaras de la última antigüedad.
                                                      
Pero esto esta es una caricatura, aceptación que ha probado ser un obstáculo para un entendimiento de la Edad Media como realmente fue. Es cierto que los siglos tempranos del periodo medieval, de la última antigüedad fue un gran problema confuso, político y social. Es cierto también que alfabéticamente y el conocimiento en este periodo temprano estuvo en un estado de declinación. Pero un informe del fracaso del conocimiento es diferente entre las regiones geográficas y cambia en el tiempo sin hacer justicia a la compleja realidad medieval. Un informe exacto puede revelar que el conocimiento crecía desde el pequeño inicio en la temprana Edad Media hasta llegar a ser una industria creciente en la edad Media más reciente.  Ese importante logro científico emergió durante ese periodo y que la iglesia y su teología mantuvieron una relación las ciencias naturales y es demasiado complicado para ser capturado en simples categorías de blanco y negro tales como adversarias o aliadas. Incuestionablemente, alguna porción de la tradición clásica dio surgimiento a la sospecha, hostilidad y aun condenación eclesiástica. De cualquier manera, tales casos fueron excepciones, más comúnmente, la reflexión crítica acerca de la naturaleza del mundo fue tolerado y aun fomentada. En su búsqueda por entender el mundo en el cual vivían; los especialistas medievales emplearon todos los recursos a su disposición, incluyendo las ideas científicas inherentes, la observación personal, la inferencia racional y la tradición religiosa.

Y lo hicieron con mucha integridad como se puede encontrar hoy en un profesor promedio de universidad y con la menor interferencia de la iglesia que la caricatura de la edad media sugiere.


A propósito del desarrollo y defensa de esas afirmaciones, propongo concentrarme en dos figuras históricas quienes han contribuido poderosamente a la imagen de la Edad Media: San Agustín de Hipona (354-430), padre de la temprana iglesia quien más determinó  las actitudes del cristiano medieval hacia la ciencia pagana, que cualquier otra persona y Roger Bacon (ca. 1220-ca.1292), la más notoria figura científica de la Edad Media ampliamente aclamado por su rechazo a la autoridad y sus campaña sobre la defensa de las matemáticas y que él llamó ciencia “experimental”, (Empleo el término “pagano” sin intento peyorativo, para significar simplemente no judeo-cristiano), No afirmo, por supuesto, que la vida de San Agustín y Bacon representen para nosotros toda la historia de los encuentros medievales entre la ciencia y la religión sino creo que un estudio de sus carreras puede revelar los contornos básicos de esa historia.


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