
Los
resabios de un sistema anacrónico, autoritario y de mal gusto se manifiesta en
la persona de Eruviel Ávila. Los
priistas han regresado con un discurso maquillado de democracia, negado en la
práctica. No se puede ir en contra de la naturaleza propia. El priismo nació
como un partido de Estado. De un Estado que se volvió totalitarista, anti
democrático, ignorante de la cultura que no fuera oficial y amante del cine de
ficheras. Todo aquello que tenga el mínimo sello de cambio les causa miedo y
temor. Entonces su ADN totalitarista e ignorancia se lanzan en contra de la
juventud. No son casuales las represiones de 1968, 1971 en la política y el
Festival de Avandaro en el mismo Estado de México. Estos movimientos de la
juventud no solo fueron un escándalo para los viejos, los conservadores y el
gobierno sino de plano una amenaza en contra de todo el sistema. Con la cesura maquillada
de Protección Civil se pretende poner un dique más a la libertad, a la cultura
diversa y a la democracia.
Ayer,
el Rock era el mal decadente; hoy, el metal. Tal es el caso del Hell and Heaven
Metal Fest, que se pretende o pretendía realizar en el municipio de Texcoco del
Estado de México, en el Estado en que se realizó el Festival de Avandaro en
1971, el Estado donde se incuban los gobiernos más reaccionarios a la
democracia, a través del Grupo Atlacomulco, de donde salió Hank González, Peña
Nieto, Eruviel Ávila. Ese Eruviel Ávila que le gusta el conservadurismo porque
sabe que solo en el conservadurismo el priismo puede sobrevivir. Quisiera
Eruviel Ávila que todo fuera Reggaetón, Pasito Duranguense y demás ritmos similares.
El
metal más allá de su apariencia es toma de consciencia, es repudio al
totalitarismo, es un sentir libre de la vida. Tienes sus excesos pero eso no
invalida ninguna rama del metal. El metal se quiera o no es sinónimo de cambio.
Nótese que es el movimiento más vigoroso, innovador y cambiante en más de
cincuenta años. Los sub géneros en que se ha ido ramificando el Rock son tan
vastos que asombra que no se agote esta fuente estética a pesar del
tiempo. Muchos géneros musicales han
muerto y hoy solo son cadáveres de buen aspecto pero sin vida propia.
Eruviel
Ávila como sucesor de Peña Nieto, ambos incubados en y por el Grupo
Atlacomulco, tienen como fin, mantener la parálisis cultural y la falta de
democracia. En este contexto, quisiera que le creyéramos que el maquillaje, es
decir, las apariencias son a las que le debemos prestar toda nuestra máxima
atención. Quisiera que los priistas gobernaran por simple decreto, sin crítica
y haciendo uso de los recursos del pueblo de una mera autoritarista, anti
democrática y por si fuera poco chata, en la cultura. Una de las cosas que el
Estado no puede regular es la cultura. Claro, ignorante como es, el gobernador
del Estado de México, está impedido para ver más allá de sus chapas. Esas
chapas que mostró en televisión durante su campaña. También mostró su
autoritarismo al pretender que los alumnos vieran su informe, mejor dicho, su
confesión anual. Esas son las practicas del nuevo PRI.
Si
en verdad Eruviel Ávila, estuviera preocupado y ocupado de la seguridad de los
ciudadanos que están o son ciudadanos del Estado de México, estaría haciendo
obras preventivas contra los deslaves o haciendo actos a favor de los
cinturones de miseria que circundan las grandes ciudades del Estado que mal gobierna.
Los que compraron boletos para ir al festival de metal 2014 difícilmente son
personas en extrema pobreza o necesitados de la preocupación del Santo Oficio
que preside Eruviel Ávila. Allá están los campesinos pobres, los obreros
pobres, los indigentes, los descendientes de los naturales, olvidados por el sistema
priista y por él mismo. Que combata la corrupción en su gobierno y que deje a los
metaleros disfrutar de su cultura. Censurar y negar la realización de este
festival es ahuyentar todo cambio por vía de hecho.
Por
todo lo anterior, es menester que la sociedad repruebe el autoritarismo, la
ignorancia, la intolerancia y estupidez de los priistas y en especial, las
malas concepciones, los prejuicios y limitaciones culturales de Eruviel Ávila.
Ahora bien, no se crea que el gobernador del Estado de México actúa solo, no,
es parte del priismo viejo, anacrónico. No solo se le vio en su campaña
política como muñeco de ventrílocuo sino que, efectivamente, es un títere, es
por decirlo moderadamente, es la boca por medio de la cual habla el sistema
decrepito, aunque las apariencias digan otra cosa. En él
vive el pensamiento de Gustavo Díaz Ordaz, por medio de el, actúa Ernesto P.
Urruchurtu.
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