miércoles, 12 de marzo de 2014

HOMERO ENCARNADO





En todo momento, si se pone la suficiente atención, se reconoce que la realidad es más profunda y radical que las más locas fantasías. Los priistas son un dechado de antigüedades obsoletas. Quieren revivir a toda costa el viejo presidencialismo que les funcionó durante más de setenta años. Sin embargo, eso es imposible, las circunstancias han cambiado radicalmente y el Estado mexicano, no es, mas ya ese ente cerrado como monada que solo reflejaba la realidad parcial y en determinado nivel. El festejo por los 85 oprobiosos años de existencia del Partido Revolucionario Institucional (hasta el nombre es una contradicción ¿desde cuando las revoluciones son institucionalizadas?), fue el escenario para que ebrios de felicidad artificial se desbocaran los priistas para decir que el PRI de Enrique Peña Nieto, será el futuro de México. Sinceramente creo que están errados. La nación mexicana, en general, ya no es más botín político. De manera incipiente pero decidida y constante la sociedad va despertando a una realidad mas radical y pero mas clara. El gobierno mexicano en sus tres niveles es corrupto y blandengue y en ese grado es corrupto e ineficiente. Eso es lo que de inicio debe la sociedad mexicana enmendar ya que los políticos no lo harán. Bastará que termine el gobierno de Peña Nieto para que se destapen todas las corruptelas y todas las malas acciones que este sexenio nos dejará. Esto no es una simple predicción ni una cosa asilada. No ha habido gobierno desde hace mucho tiempo que este del lado del pueblo. La alternancia nos trajo alternancia en la corrupción. Los panistas resultaron tan pillos como los priistas.

Peña Nieto y más que Peña Nieto, el priismo, quiere regresar la pasado y están en todo su derecho pero sin la nación mexicana esa debe ir por su propio camino. Las condiciones están dadas y los principios generales también. Democracia, justicia, imperio de la ley, solidaridad, bien común libertad, unidad y todos aquellos principios y elementos que lleven a la nación mexicana y recalco esto, nación mexicana, deben darles su verdadero cariz y efectiva practica para la convivencia entre los individuos. Y, que esto luego se derrame con toda su fuerza hacia el gobierno e instituciones. Hoy sabemos que Peña Nieto y el priismo regresaron por la única forma que conocen: el fraude. Un fraude solapado por por las instituciones que deben garantizar la imparcialidad, el derecho, la justicia y todo lo que ello conlleva de inherente. No hay duda las instituciones han fallado al pueblo mexicano.

No hay un presidente legítimo ni legal sino una especie de Homero Simpson maquillado y vestido para el relumbrón pero ineficaz como primer mandatario. Es de risa ver como los jilgueros e incondicionales y lambiscones con fingida solemnidad le dicen: Señor presidente., como si con ello se le pudiera insuflar un poco d conocimiento, de sabiduría, una sola idea que valga la pena. Esta mas que probado que es un idiota funcional que medio puede articular un párrafo y perderse en medio de las vaguedades e inexactitudes de todo tipo. Es un Homero Simpson que funciona en el mundo porque este mundo ya esta construido con sus usos, costumbres y el respirar es una función orgánica así como el caminar pero no el amarrase los zapatos.

Carlos Salinas quiso ser el cesar mexicano, el padrino de la patria, el manda más o como quiera llamársele y bochornosa y vergonzosamente falló. ¿Qué le hace pensar a los priistas que rodean a Peña Nieto que este figurín vacio puede ser el Carlos Salinas exitoso?. ¿Esto s lo que necesita la nación mexicana?, ¿Tienen los priistas y Peña Nieto las cualidades necesarias para revivir l viejo presidencialismo?, ¿Los mexicanos permitiremos tal cosa?, esta interrogantes serán contestadas a cabalidad en los próximos años, sin embargo, podemos adelantar una respuesta aunque, incipiente y no totalmente verdadera si indiciaria, no podrán los priistas hacer lo que no hicieron cuando eran el partido oficial y único y tenia todo el poder. Hoy día el poder, como debe ser, se ha fraccionado y dudo mucho que se vuelva a reunir en una sola persona: el presidente. Mucho menos si ese presidente tiene serias deficiencias culturales, morales, éticas, jurídicas, políticas, humanas y humanísticas, de lenguaje, d valor y por sobre todo de ideas. Ojala y Peña Nieto se acercara a Homero el gran poeta griego y no encarnara a Homero Simpson. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario