domingo, 2 de marzo de 2014

LA IGLESIA TEMPRANA Y LA TRADICIÓN CLÁSICA





El proceso de asimilación, estaba cargada con dificultades. La tradición clásica, debido a su origen pagano, chocó con la doctrina cristiana en los puntos fundamentales, incluyendo la naturaleza e identidad del comienzo divino, el problema de dios y el diablo, la relación entre el creador y la creación y los orígenes de la autoridad religiosa. La iglesia temprana de los padres (quienes, que debemos recordar tienen acceso solo en una estrecha versión de la tradición clásica), encontraron demasiado miedo en esto.

El padre de la iglesia que vino a simbolizar su miedo fue tertuliano (fl. 195-215), un crítico altamente educado de la tradición clásica, quien convertido al cristiandad después de completar su propia excelente educación de la tradición clásica. Tertuliano escribió extensivamente contra la herejía, atacando la tradición clásica en su incubadora. Censuro la lógica y la dialéctica (el arte de construir argumentos lógicos), y específicamente al “miserable Aristóteles”, quien “inventó la dialéctica… el arte de construir y destruir, elusivo en sus afirmaciones, tramando con sus conjeturas malévolo en la argumentación, prolífico en contenidos, una molestia para el mismo”. Y su dar con frecuencia advierte contra la curiosidad (“Sin la curiosidad requerida nuestra después de Jesucristo, sin investigación después del evangelio) es regularmente interpretada como una expresión de la opinión que el cristiano no requiere conocer más allá de lo que la revelación bíblica suministra. “Esto, no solo es una caricatura de la verdadera posición de Tertuliano sino tampoco es representativa de las actitudes patrísticas (aunque esto ha probado no haber sido obstáculo para su amplia diseminación)”.

Esta actitud imputada a Tertuliano es un extremo del fin de un amplio espectro de la opinión patrística. Si el conocimiento pagano encarnado en la tradición clásica aparece peligroso, también probo ser indispensable y el nivel de hostilidad expresado por Tertuliano en sus momentos de retórica capaz de destrucción fue la excepción más que la regla. La total repudiación de la tradición clásica por los padres de la iglesia fue una cosa práctica, imposible. Muchos habían sido educados en la tradición clásica antes de reconvertirse a la Cristiandad y habían adquirido hábitos de investigación racional que no pudo haber sido lanzado fácilmente a un lado. Además, las herramientas del discurso racional y algunas de las asunciones de la filosofía griega fueron requeridas para el desarrollo de la doctrina cristiana y la defensa de la fe en contra de sus detractores. Y, finalmente, hay un simple que mucho del contenido de la tradición clásica fue teológicamente benigno. Esto podía haber sido absurdo para los cristianos educados para repudiar las riquezas intelectuales de la tradición clásica en cada cosa desde la botánica a la medicina, a la física hasta la metalurgia –por eso se condenaban a si mismos a un estado de ignorancia bárbara- Desde el hecho de que los cristianos fueran cautelosos al peligro teológico en la filosofía greco-romana y la religión, de esto no se sigue que estuvieran preparados para renunciar a todos los aspectos de la larga cultura greco-romana que (nunca debemos olvidar) que también era su cultura.

Consecuentemente, muchos de los padres de la iglesia expresaron al menos una limitada aprobación de la tradición clásica. Por ejemplo los escritores de los siglos, segundo y tercero, Atenágoras, Clemente y Orígenes, todos encontraron la filosofía griega como una herramienta útil en defensa de la cristiandad. Atenagoras acomodo la autoridad de Platón, Aristóteles y de los estoicos en favor del monoteísmo. Clemente ataco los más tempranos filósofos por su ateísmo. Pero también reconoció que ciertos filósofos y poetas taladraban el testimonio hacia la verdad y que dentro de la tradición filosófica hay “una escasa maledicencia provocada, capaz de comenzar una ventilación dentro de las flamas, un rasgo de sabiduría y un impulso de Dios”. “Tertuliano mismo vio la religión cristiana como el cumplimiento de la racionalidad griega, ambas abogaban y se ocupaban de la actividad filosófica. 


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