martes, 21 de enero de 2014

LA IZQUIERDA MEXICANA


La caída del Muro de Berlín supuso la caída del Socialismo Real, es decir, del No Socialismo, dado que lo que existió en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas fue una dictadura de partido, exenta de democracia, libertad y todo por lo que habían luchado los socialistas científicos. Esto tuvo sus efectos en México; las izquierdas perdieron todo interés por seguir en la lucha por el socialismo y el comunismo. La política sintió de repente ese vacío ideológico y la falta de la práctica de los principios científicos del verdadero socialismo. No se puede ser socialista o comunista por decreto o por arte de magia. La convicción de ser de izquierda no se adquiere con un bebedizo ni coloreándose con frases o logotipos con alusiones de autenticidad, no, la convicción por una izquierda democrática, libre, crítica del sistema pero sobre todo de sí misma, es el razonamiento profundo de que el ser humano no es una mercancía indigna ni mucho menos y se siente la necesidad de rescatar la dignidad humana de las garras del puro mercantilismo.

La izquierda en México ya lo hemos visto ha perdido el rumbo y es ridículo que ahora, para los dirigentes que se llaman de izquierda todo lo que brilla artificialmente es signo de ser un norte y hacia allí se dirigen, al llegar se dan cuenta que su percepción era errada y al pronto al ver otra luz cualquiera nuevamente se sienten irremediablemente atraídos y con paso presuroso y a marchas forzadas avanzan sin prestar atención a las voces que tratan de advertirlos de su error. Eso en México se llama estar norteados pero se agrava el extravío porque la izquierda se arroja llorosa y avergonzada de su pasado a los brazos de la derecha.

En Puebla la izquierda no es más que un puñado de políticos que viven de las limosnas del gobierno en turno y ha sido integrada por priistas que se han regodeado en hacer de las franquicias (partidos políticos), negocios políticos. Se avecina una nueva legislatura y toda será panista o conservadora, es lo mismo. Si se revisa a esta nueva legislatura se verá que estará al servicio del gobernador y que la oposición real no existe.

Ha ocurrido un hecho en Puebla (común en toda la República), han llegado políticos imberberes y oportunistas como oposición al gobierno conservador de Rafael Moreno Valle. Estos políticos que se llaman de izquierda son en realidad priistas que descobijados del priismo (perdió la gubernatura) se han acercado e integrado con sonrisas a la izquierda y ahora lanzan sendas consignas de que lucharan por el pueblo. Sera trágico para el pueblo constar con el tiempo de que esta izquierda es de derecha.  

Los políticos que se llaman de izquierda en México creen que la política es el arte de vivir con excesos del presupuesto, sacarse fotografías en todos los escenarios posibles y especialmente con la bandera mexicana para darse un toque de patriotas y por supuesto publicarlas en las redes sociales. Se les ha olvidado (convenientemente) que la política tiene como meta el poder para el servicio al pueblo con las características de democracia, libertad y todos los elementos inherentes a los fines del socialismo. Pero como son improvisados e ignorantes no podrán siquiera intuir que no es con promesas de acercar la cultura a la gente en general o volverse gestores de todo tipo o ser serviles con el gobernador o su coordinador o el dueño de la franquicia.


En Puebla la preocupación de los políticos de izquierda debería ser el ejercicio del poder público y las relaciones del Estado con los gobernantes y las trasnacionales y dar posibles soluciones y alcanzar las soluciones posibles. Pero esta oposición de izquierda tiene una visión provinciana, chabacana y pueril de la vida y por ende de la política. Por un lado, divertirá ver como esos sueños estultos se desmoronan y por el otro, tendré que padecerlos. El tiempo nos descubrirá que los políticos de izquierda son todo menos de izquierda. 


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