El
gobierno priista y sus aliados (PRD y PAN), todos los días se ensalzan por
haber aprobado las reformas neoliberales y dicen que los que nos oponemos no
sabemos hacer otra cosa que estar en contra de todo lo que haga el gobierno en
turno. Ojala y solo fuéramos eso: unos despistados. Con todo, treinta años de
privatizaciones han dejado a la nación mexicana paulatinamente más pobre en
todos los ámbitos. ¿Qué fue de la Cruzada Nacional Contra el Hambre?, una
puesta en escena de mal gusto.
Allí
donde el Neoliberalismo funciona más o menos se combate a los corruptos y donde
funciona “bien” se somete a los demás Estados nacionales. El Estado mexicano ya
es una persona moral que sirve a los intereses del gran capital y para dar
trabajo a los gobernantes y políticos en el ámbito más corrupto que se pueda la
gente imaginar.
Más
que gobernantes y políticos son pandillas y mafiosos que se pelean por vivir
del presupuesto. Es un error fundamental creer que en México se vive en
democracia. La justicia solo alcanza a una porción mínima del pueblo mexicano,
tanto en su aspecto positivo (para la protección de los derechos como para tener
toda clase de oportunidades), como en su lado negativo (la comisión de delitos)
y su corrección legal.
Por
otro lado, es sorprendente la apatía del pueblo mexicano, su ignorancia, su
falta de fuerza y desdén por lo que debería proteger: lo público.
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