domingo, 12 de enero de 2014

ESTADO MEXICANO Y SU DEBILIDAD EN EL CONTROL DEL TERRITORIO, SOBRE LA POBLACIÓN Y LAS GRANDES EMPRESAS


Es bien sabido que el Estado nacional se compone básicamente de tres elementos: Territorio, población y gobierno (órganos legislativo, ejecutivo y judicial) y que este último se debe encargar de ejercer la soberanía nacional; hacia el extranjero con los demás Estados nacionales y en lo interno ejerciendo las tres funciones principales, salvaguardando el territorio nacional, procurando el bien común de la población y regulando adecuadamente las relaciones entre las sociedades anónimas (el gran capital) y las relaciones que están tienen con el pueblo.

En el caso mexicano la cosa es grave dado que buena parte del territorio mexicano no lo controla el gobierno mexicano sino el crimen organizado (Michoacán y Tamaulipas son los casos más destacados), una parte significativa de Chiapas (por el ejército zapatista). El caso se agrava dado que también la población civil se ha lanzado a luchar por su libertad y tranquilidad ante el embate del crimen organizado y se han constituido las defensas comunitarias que controlan algunos municipios de Michoacán y de Oaxaca. Por si esto fuera poco las grandes empresas trasnacionales nacionales y extranjeras han logrado concesiones en todos los rubros de la producción controlando una buena parte del territorio nacional. Todo esto ante la pasividad y muchas veces la franca complicidad del gobierno en turno.

Si el gobierno mexicano ya no ejerce la soberanía nacional en la mayor parte del territorio ni sobre la población que vive en el territorio nacional se concluye que es la persona moral más anémica de todas y por ello no puede más que estar de mirón ante los hechos.

Para muchos estudiosos Estado y Derecho son una y la misma cosa pero cuando un Estado no está constituido por normas de Derecho aplicables y el poder con miras a someter a toda la población que formalmente está en el territorio nacional se deriva que es un estado fallido, dígase lo que se diga. Tal parece que el único fin del gobierno mexicano es promulgar leyes a favor de las grandes trasnacionales y reprimir a la población civil que protesta. Es decir, es guardián y policía privada de las sociedades anónimas.

El gobierno mexicano en este contexto evoca a una gran empresa de seguridad privada al servicio de quien pueda pagar por sus servicios y solo para la salvaguarda de los intereses de las diversas empresas trasnacionales. Para tal efecto, los partidos políticos se han convertido en grandes empresas de colocación para los puestos gubernamentales. Para Montesquieu viendo a los griegos y romanos en su grandeza determino que la virtud era lo más importante en el Estado. En efecto, griegos y romanos alcanzaron su esplendor cuando imperaba la virtud entre sus ciudadanos. En México se prefiere la vulgaridad máxima dado que para los políticos mexicanos la moral (la virtud) es un árbol que da moras y por ende un estorbo para su ambición desmedida.

Esta es la máxima de los políticos mexicanos: “Vivir fuera del presupuesto, es, vivir en el error”. Bajo este signo han logrado vencer y sostenerse en el poder. Su cinismo no tiene límites. Prefieren el oprobio nacional que trabajar y comportarse virtuosamente. Que espectáculo.  

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