miércoles, 3 de abril de 2019

POLÍTICA Y AUSENCIA DE BUENA POLÍTICA




La política, el tratar de conseguir y eventualmente obtener el poder público y conservarlo, es el objetivo de los políticos, pero en estos momentos se suma la construcción de un régimen político y, en México, no lo están haciendo ni los políticos en el poder ni la oposición. El partido vencedor está tratando de consolidar su hegemonía política, pero hace muy poco por crear un régimen verdaderamente democrático y que beneficie al pueblo. La oposición esta tan disminuida en militantes como en ideólogos, verdaderos políticos que propongan modelos de regímenes. Hasta ahora se han dedicado a sustituir a la política por acusaciones sin sentido contra el gobierno.

Conseguir el poder por el poder es lo más común, aunque los políticos digan lo contrario. Esta época carece de fe en las ideologías de cualquier tipo, religiosas o políticas. Basta con ver como Morena se está llenando de políticos de todos los partidos y eso no sería grave si no fuera porque sus bases por lo menos mantenían una ideología, aunque mínima, pero de izquierda. Esta ideología ha quedado desbaratada pues los que han llegado han acaparado el poder sin casi oposición y no hay más camino que el pragmatismo. Ya desde inicio se hizo a un lado la ideología por el pragmatismo pues como en la revolución de 1910, se hizo leva para los puestos públicos sin importar que tuvieran o no la calidad para cada uno de los puestos. Es cierto que, siempre se cuelan ineptos, pero esto es grave si se toma en cuenta que es imperioso crear un nuevo régimen político democrático y ni uno solo de los legisladores ha propuesto un modelo sistemático, integral y viable para transformar el Estado mexicano.

Si esto pasa con el partido en el gobierno, con la oposición pasa un drama bien distinto en el fondo pues tratan de recomponerse. Pero en el actual estado en que se encuentra el drama puede convertirse en tragedia pues pueden quedar anulados por mucho tiempo y eventualmente desparecer (En el caso del Partido Revolucionario Institucional). Con el Partido Acción Nacional, pasará lo que siempre ha pasado que, no solo sobrevivirá, sino que podrán volver en la medida de que se reorganice. Sus bases son las huestes católicas siempre combativas bajo la ideología ciega de la religión.

Ahora bien, una buena parte del pueblo también ha entrado de lleno a la defensa del nuevo gobierno y apabulla a los políticos, militantes o simpatizantes de la oposición con toda efectividad y quizá en este caso no pueda corregirse el trato que recibe la oposición pues no es la más caballerosa ni decente. Es un campo de batalla de sordos y ciegos con las armas de las imágenes y las palabras disparadas directo al corazón opositor. Sin embargo, los políticos no deberían tomar a esto con la ligereza que hasta ahora lo han hecho. Es penoso ver políticos verdaderamente lerdos que se imaginan ser de lo más granado en el escenario político. En efecto, la creación de un nuevo régimen debería tomarse con la seriedad necesaria y la responsabilidad correspondiente. P]ara mala fortuna, del total de políticos no se puede sacar uno solo que tenga la sensibilidad contemplativa para acertar la dirección que se debe seguir. Esto es grave pues el Estado mexicano seguirá enteco y sin poder siquiera poder meter en cintura a loa delincuencia organizada que esta desatada.

Los discursos de unos (Gobierno) y otros (Oposición) en lo general están llenos de ideología sin sentido. La gritería, insultos, imputaciones, burlas y chismes han desplazado a la buena política y en este contexto no se puede crear un buen régimen democrático. De por si los políticos son soberbios pero ignorantes, en lo general, con este estado de caos menos podrán encontrar el camino hacia la transición democrática.

Hace falta que la oposición tome serenidad, se recomponga y haga verdadera política que ponga en aprietos al partido en el gobierno para que de esta dialéctica pueda surgir lo mejor de todos. Pero mucho me temo que seguirán en su trompetería vencedora y su gritería de vencidos sin remedio.

Que silencio, invisibilidad y silencio sepulcral de los diputados federales por Morena y que espectáculo de los legisladores locales de Morena. Esto es parte de la Cuarta Transformación y de esto se harán mitos pero el trabajo es ser imparciales y objetivos para que las generaciones futuras no reclamen la ceguera y silencio de esta generaciones actuales.  

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