Concientizar
a un pueblo de que es soberano y puede hacer uso de ese poder para un mejor
gobierno es una tarea difícil pero no imposible. Es cierto que, por lo general
al pueblo se le guía con toda clase de artilugios, que bien pronto lo prometido
por los gobernantes se olvida, se corrompen las buenas intenciones y hasta regímenes
enteros en breve tiempo. Pero esta es la razón central por lo que el pueblo de México
debe mantenerse alerta y actuar en consecuencia ante la vacilación del actual
gobierno ya sea para censurar o para apoyar al gobierno.
Esta
llamada Cuarta Transformación, ha
sido producto de una larga lucha de muchos partidos, de muchos actores, de
muchos políticos de izquierda, de organizaciones y de muchos intelectuales. El
resultado del uno de julio de dos mil dieciocho no se debe ver como el triunfo
de un caudillo sino como un proceso
integrador de corrientes de pensamiento y de ser diversos que dieron como
resultado la aniquilación del viejo régimen Presidencial y de la posibilidad de
la creación de un régimen democrático.
Enrique
Krauze, introdujo el concepto de caudillo,
imitando y trasladando el concepto de héroe
de Thomas Carlyle y que básicamente es la idea errónea de ser los héroes, los
grandes seres humanos los que hacen la historia de la humanidad, los que le dan
sentido; los pueblos son únicamente masas guiadas por estos.
La
obra de Krauze, “Un siglo de caudillos”, está escrita bajo esta sombra
despectiva hacia el pueblo mexicano que, según la idea que sigue (los héroes-caudillos),
en México son los que han forjado la historia mexicana. Una obra es por lo que dice,
pero también por lo que no dice y en su libro Krauze se enfoca a los caudillos
sin importar el pueblo mexicano que es una nulidad sin sus dirigentes. El
termino mesías este escritor lo toma también
del libro de Carlyle y lo usa con Benito Juárez, que antes que un hombre, un
ser humano, le parece un mesías.
Claro,
esta forma de historia hecha por héroes-caudillos esta desacreditada por y para
los especialistas en historia pues no encuentra sustento en fuentes confiables,
objetivas y comprobables. Pero eso no ha ocurrido con el pueblo mexicano que
sigue creyendo que los políticos son héroes o caudillos que tienen la capacidad
de sufrir o gozar de manera superlativa y perciben el norte que guiara los
pasos de toda la nación dentro del Estado mexicano. No hay tal. El pueblo debe
iniciar su transformación de únicamente ser gobernado a ciudadano activo que
impulse hacia un determinado sentido democrático al Estado mexicano. ¿Esto es posible?. Lo es. No en la medida
ideal peros los ciudadanos mexicanos dieron muestra cabal de tener la
consciencia y la acción política en las pasadas elecciones y francamente el
resultado fue contundente, casi desapareció al viejo régimen y su sustento al Partido
Revolucionario Institucional (PRI) y de paso le dio un llamado de atención severo
al Partido Acción Nacional (PAN) y al Partido de la Revolución democrática (PRD).
No
se debe permitir una nueva forma presidencial pues sería tanto como correr en
el mismo lugar. Se debe crear un nuevo constitucionalismo que tenga como eje
central la democracia, la justicia, la libertad, la vida en su conjunto y la
sustentabilidad de la naturaleza entre otros rubros. La sociedad civil debe
intervenir en la política y exigir cuentas a los gobernantes pues en caso
contrario estará destinado a volverse nuevamente en vasalla de una nueva élite política
sin experiencia y sin ideología.
Esta
Cuarta Transformación no se sabe en que acabará como no supieron en que
acabaron los iniciadores de las tres anteriores y que bien pueden verse sus
defectos, limitaciones y avances. Y, si no se tiene consciencia de los peligros
en estos momentos no se les podrá combatir y anular. El gobierno solo es
incapaz de transitar hacia la democracia, los murallones que se deben desbordar
son muy altos y están bien resguardados por quienes han sido despojados del
poder público y por los que sienten amenazados sus intereses económicos.
Es
evidente que no se escogieron fría y cualitativamente a los candidatos y ahora
funcionarios públicos dentro del partido ahora en el poder, se hizo una leva
con la esperanza de ganar si se logró el objetivo, pero es claro que no podrán ni
crear ni conducir al pueblo hacia la democracia. No tienen ideas claras,
distintas y viables para crear un nuevo régimen político y ante las carencias adiós
plan. Ante esta realidad, se creará, pero de manera pragmática y a tientas como
si se estuviera en plena oscuridad.
Diversos
políticos en el gobierno actual han dado claras e inequívocas muestras de no
estar capacitados para ejercer cargo alguno. Esto no debe ser motivo de alarma exagerada,
pero si un llamado al pueblo a no dejar que actúen sin ton ni son so pena de
echar a perder esta inmejorable oportunidad de transitar hacia la democracia y
todos sus derivados. Para ello se debe dejar de pensar en los caudillos como
fuentes de todas las soluciones y lograra gradualmente que se integre un binomio
gobierno/pueblo que logren la meta clave: un Estado sano, fuerte y abierto
hacia esta nueva realidad. No más caudillos sin tomar en cuenta al pueblo y no más
pueblos sin caudillos democráticos.
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