Se
cree de común que, se deben ver los hechos de una manera determinada y única.
La parcialización del conocimiento en diversas ciencias ha traído como
consecuencia la ceguera en todas las demás áreas del saber. El abogado se
zambulle en las leyes y nada interminablemente en océanos de los que es incapaz
de salir, igual les pasa a los médicos como a todos los demás profesionistas.
El nivel de desinformación es increíble.
Lo
que se vive hoy es consecuencia de la larga lucha que han hecho el pueblo y sus
líderes significativamente desde 1968 y recontinuada en 1988 y con cada nueva
elección en los tres niveles de gobierno hasta que el régimen priista cayó en
las condiciones ya sabidas. Es decir, toda esta lucha en su aspecto
procedimental conforma un proceso muy singular. Y, seguir los pasos de este
proceso es intentar entender su ser, su naturaleza que se atisba tan luego se
interna en el mismo.
Ahora
bien, se presentan paradojas y hechos que invitan al análisis. La
descomposición del régimen político se veía con cada elección presidencial pero
también con la lucha por las gubernaturas, senadurías, diputaciones federales,
locales y en las municipales. Es un todo que se debe vincular en aras de su
unidad y para su estudio. No debe separase arbitrariamente lo que tiene unidad
y la vida de cualquier pueblo como la de los mexicanos es contiene unidad. Pero
se está con la idea de
En
efecto, esta transformación no solo es política pues los mexicanos como
cualesquiera ser humanos tienen intereses económicos, sociales y morales entre
otros. Y, creo que esta transformación ha sido también moral. Ahora se hace
claro que los ciudadanos mexicanos venían cambiando su moral al irse percatando
de la descomposición moral de los gobernantes tradicionales. El pueblo fue
tanteando las intenciones de los gobiernos del Partido Revolucionario
Institucional como los del Partido Acción Nacional y se dieron cuenta
claramente que la alternancia no fue en beneficio del pueblo con la decadencia
moral, la corrupción con toda impunidad.
Es
significativo que muchos panistas y ricos que antes combatían a Andrés Manuel
López Obrador en estas elecciones francamente lo apoyaban y apoyan. ¿Qué pasó?.
Muchos panistas de primera línea se dieron clara cuenta de que esta alternancia
era una mera simulación pues los que llegaron al poder no obstante abollar el
régimen priista seguían con la decadencia moral (Lo moral que había sido su
principal virtud) seguida de la corrupción e impunidad. Con los ricos paso
exactamente lo mismo y cayeron en la cuenta de que, el discurso del socialismo
no era otra cosa que un embuste.
Pero
no únicamente los lideres o caudillos como cree falsamente Enrique Krauze son
los que influyeron en la caída del régimen político ni siquiera fue el
mesianismo de López Obrador pues el todo no lo seria sin la participación del
pueblo. No son los caudillos los que moldean a las masas, sino que estas toman
consciencia y deciden. La decadencia moral de los gobernantes se había hecho ya
patente y gobiernos como el de Miguel de la Madrid intentaron una “Renovación
moral”, pero la ambición desbordada de los gobernantes siempre había sido más
poderosa hasta que una buena porción de ciudadanos mexicanos llegaron a la
convicción de que deberían cambiar ese régimen de hipócritas.
Este
hecho formidable en que intervinieron masas de mexicanos es inédito en toda la
historia de México. Se dice que las masas cuando intervienen lo hacen
violentamente. Los ciudadanos mexicanos intervinieron en masa, pero no
violentamente y eso es meritorio, muy meritorio. Los ciudadanos decidieron
desde antes de las votaciones el fin del Presidencialismo (Ya estaba obsoleto),
y dieron su visto bueno al nuevo gobierno para que se creara un nuevo régimen
político. Este cambio no solo es por parte de los lideres sino del pueblo que
tomó consciencia; no es únicamente legal sino legítimo y moral. No se le puede
decir a los ciudadanos “Ustedes vayan y cumplan ciegamente su derecho legal de
votar sin que intervenga su moral”. A los ciudadanos no se les pueden mutilar
sus sentimientos y acciones morales: los seres humanos actúan movidos no
únicamente por la ley, ni por la racionalidad sino también por sus sentimientos
y su moral.
Ni
los profesionales del análisis político pudieron prever el resultado de las
votaciones el uno de julio del dos mil dieciocho. Sorprendió a propios y
extraños. Y, sigue extrañando que no solo no haya disminuido la aceptación al
nuevo gobierno, sino que activamente muchos ciudadanos lo sigan apoyando. El
pueblo no sabe en qué terminará esta llamada Cuarta Transformación, pero si
sabe que no debe permitir ya más un régimen obsoleto, decadente y corrupto. Es
significativo que los ciudadanos en masa sigan actuando activamente en la destrucción
del viejo régimen Presidencial y apoyando a la construcción de uno nuevo en
donde impere la democracia, la justicia, la legalidad, la legitimidad y demás elementos
que sean necesarios para el saneamiento del Estado mexicano.
Después
de que se tenga la seguridad del no regreso del viejo régimen totalitarista, es
deseable que la oposición, hoy, francamente en estado lastimoso, se recomponga y
sea un verdadero contrapeso de equilibrio de poder ante el gobierno. Es sabido
que los políticos cuando llegan al poder público se olvidan del pueblo y se
vuelven corruptos en general. Es por ello que no debe quedar el gobierno sin
una oposición fuerte.
Es
deseable que un buen porcentaje del pueblo participe activamente en la búsqueda
de la democracia plena. Ese es el anhelo desde hace mucho tiempo. Quizá deberíamos
situar este momento desde la Primera Transformación, Segunda y Tercera. Si se
hace un recuento de estos momentos se diría que se ha logrado cada objetivo
particular a medias y con un costo alto. Siempre la guerra, la economía devastada,
muchos muertos y altos costos en todos los rubros. El gobierno y el pueblo deberían
estar alertas para no perder el rumbo que se quiere.
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