miércoles, 24 de abril de 2019

LA MORALIDAD EN LA CUARTA TRANSFORMACIÓN





Se cree de común que, se deben ver los hechos de una manera determinada y única. La parcialización del conocimiento en diversas ciencias ha traído como consecuencia la ceguera en todas las demás áreas del saber. El abogado se zambulle en las leyes y nada interminablemente en océanos de los que es incapaz de salir, igual les pasa a los médicos como a todos los demás profesionistas. El nivel de desinformación es increíble.

Lo que se vive hoy es consecuencia de la larga lucha que han hecho el pueblo y sus líderes significativamente desde 1968 y recontinuada en 1988 y con cada nueva elección en los tres niveles de gobierno hasta que el régimen priista cayó en las condiciones ya sabidas. Es decir, toda esta lucha en su aspecto procedimental conforma un proceso muy singular. Y, seguir los pasos de este proceso es intentar entender su ser, su naturaleza que se atisba tan luego se interna en el mismo.

Ahora bien, se presentan paradojas y hechos que invitan al análisis. La descomposición del régimen político se veía con cada elección presidencial pero también con la lucha por las gubernaturas, senadurías, diputaciones federales, locales y en las municipales. Es un todo que se debe vincular en aras de su unidad y para su estudio. No debe separase arbitrariamente lo que tiene unidad y la vida de cualquier pueblo como la de los mexicanos es contiene unidad. Pero se está con la idea de

En efecto, esta transformación no solo es política pues los mexicanos como cualesquiera ser humanos tienen intereses económicos, sociales y morales entre otros. Y, creo que esta transformación ha sido también moral. Ahora se hace claro que los ciudadanos mexicanos venían cambiando su moral al irse percatando de la descomposición moral de los gobernantes tradicionales. El pueblo fue tanteando las intenciones de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional como los del Partido Acción Nacional y se dieron cuenta claramente que la alternancia no fue en beneficio del pueblo con la decadencia moral, la corrupción con toda impunidad.

Es significativo que muchos panistas y ricos que antes combatían a Andrés Manuel López Obrador en estas elecciones francamente lo apoyaban y apoyan. ¿Qué pasó?. Muchos panistas de primera línea se dieron clara cuenta de que esta alternancia era una mera simulación pues los que llegaron al poder no obstante abollar el régimen priista seguían con la decadencia moral (Lo moral que había sido su principal virtud) seguida de la corrupción e impunidad. Con los ricos paso exactamente lo mismo y cayeron en la cuenta de que, el discurso del socialismo no era otra cosa que un embuste.

Pero no únicamente los lideres o caudillos como cree falsamente Enrique Krauze son los que influyeron en la caída del régimen político ni siquiera fue el mesianismo de López Obrador pues el todo no lo seria sin la participación del pueblo. No son los caudillos los que moldean a las masas, sino que estas toman consciencia y deciden. La decadencia moral de los gobernantes se había hecho ya patente y gobiernos como el de Miguel de la Madrid intentaron una “Renovación moral”, pero la ambición desbordada de los gobernantes siempre había sido más poderosa hasta que una buena porción de ciudadanos mexicanos llegaron a la convicción de que deberían cambiar ese régimen de hipócritas.

Este hecho formidable en que intervinieron masas de mexicanos es inédito en toda la historia de México. Se dice que las masas cuando intervienen lo hacen violentamente. Los ciudadanos mexicanos intervinieron en masa, pero no violentamente y eso es meritorio, muy meritorio. Los ciudadanos decidieron desde antes de las votaciones el fin del Presidencialismo (Ya estaba obsoleto), y dieron su visto bueno al nuevo gobierno para que se creara un nuevo régimen político. Este cambio no solo es por parte de los lideres sino del pueblo que tomó consciencia; no es únicamente legal sino legítimo y moral. No se le puede decir a los ciudadanos “Ustedes vayan y cumplan ciegamente su derecho legal de votar sin que intervenga su moral”. A los ciudadanos no se les pueden mutilar sus sentimientos y acciones morales: los seres humanos actúan movidos no únicamente por la ley, ni por la racionalidad sino también por sus sentimientos y su moral.

Ni los profesionales del análisis político pudieron prever el resultado de las votaciones el uno de julio del dos mil dieciocho. Sorprendió a propios y extraños. Y, sigue extrañando que no solo no haya disminuido la aceptación al nuevo gobierno, sino que activamente muchos ciudadanos lo sigan apoyando. El pueblo no sabe en qué terminará esta llamada Cuarta Transformación, pero si sabe que no debe permitir ya más un régimen obsoleto, decadente y corrupto. Es significativo que los ciudadanos en masa sigan actuando activamente en la destrucción del viejo régimen Presidencial y apoyando a la construcción de uno nuevo en donde impere la democracia, la justicia, la legalidad, la legitimidad y demás elementos que sean necesarios para el saneamiento del Estado mexicano.

Después de que se tenga la seguridad del no regreso del viejo régimen totalitarista, es deseable que la oposición, hoy, francamente en estado lastimoso, se recomponga y sea un verdadero contrapeso de equilibrio de poder ante el gobierno. Es sabido que los políticos cuando llegan al poder público se olvidan del pueblo y se vuelven corruptos en general. Es por ello que no debe quedar el gobierno sin una oposición fuerte.


Es deseable que un buen porcentaje del pueblo participe activamente en la búsqueda de la democracia plena. Ese es el anhelo desde hace mucho tiempo. Quizá deberíamos situar este momento desde la Primera Transformación, Segunda y Tercera. Si se hace un recuento de estos momentos se diría que se ha logrado cada objetivo particular a medias y con un costo alto. Siempre la guerra, la economía devastada, muchos muertos y altos costos en todos los rubros. El gobierno y el pueblo deberían estar alertas para no perder el rumbo que se quiere.

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