martes, 7 de agosto de 2018

VICENTE FOX, LA ALTERNANCIA SIN TRANSICIÓN




El deseo de cambio de régimen político ha estado latente desde hace mucho tiempo; se puede documentar desde los años sesentas del siglo pasado con el descontento estudiantil y ciudadano; los hechos históricos del 68 y 71, son prueba de ello y esto no iba a parar hasta lograrlo para bien o para mal.

Los cambios legislativos constitucionales se fueron dando; en 1977 se crea un Sistema de Partidos; en 1987 se promulga el Código Federal Electoral; en 1989 se crea el Instituto Federal Electoral; en 1996 se modifica la estructura del INE; en 200007 se amplía la participación democrática. Es evidente que al crearse más partidos y, hacer más reformas y con la participación ciudadana el régimen político iba perdiendo terreno.

En 1988 las izquierdas se unieron y postularon al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la presidencia de la república; y, se dice que iba ganando pero el sistema falló y terminó por ganar Carlos Salinas de Gortari. Hoy, todos los actores políticos involucrados niegan el fraude y ya no se pude conocer la verdad porque el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional, se unieron y al frente de esto estuvo Diego Fernández de Cevallos para quemar las boletas y toda la papelearía electoral.

Lo más significativo de esto es, que se hacía pública la alianza de priistas y panistas contra las izquierdas. A partir de este año se irían juntando ambos partidos para impedir el avance democrático y la llegada de las izquierdas al poder. Esta alianza tuvo sus altibajos pero seguía intacto su entendimiento político.

En el año 2000, llega a la presidencia de la república Vicente Fox, con la promesa de terminar con el régimen priista. Sin embargo, con el ejercicio del poder se dio cuenta que el mismo era un buen negocio para lo privado y terminó por dejar intacta toda la estructura priista intacta. Se percató de que, Andrés Manuel López Obrador, tenía la posibilidad de ganar la siguiente elección y se enfocó con todo el aparato del Estado a tratar de detener su candidatura a través del desafuero; no lo logró pero si contribuyo al llamado fraude electoral.

Ahora bien, como buen panista, Fox, ya no observo los ritos oficiales del régimen priista pues quería implantar “El Reino de Dios en la Tierra”, mostrando, cada vez que podía su fe religiosa en actos de poder públicos aunque ya era un converso de la política Neoliberal del PRI y de su corrupción. En resumen, Fox traicionó al pueblo de México y se convirtió en un férreo defensor del priismo. Prefirió participar en las siguientes elecciones y propiciar que ganara Felipe Calderón Hinojosa que permitir la democracia.  

Con la llegada de Felipe Calderón Hinojosa, se dio continuidad a la implantación de “El Reino de Dios en la Tierra”, al Neoliberalismo, al régimen priista, a la corrupción y desató una guerra sin sentido. No se puede decir mucho a favor de Calderón pero si mucho del entendimiento que tuvo con los priistas para impedir que Andrés Manuel ganara. Y, no es necesario que gane un candidato de las izquierdas o de la preferencia personal de cada uno de los mexicanos pero es evidente que, a Fox, Calderón y Peña Nieto; es decir, a los panistas y priistas (PRIAN), les tenia contentos el sistema político corrompido y ellos ser corruptos antes que la democracia. Su frase “Haiga sido como haiga sido”, es su símbolo de corrupción.

En 2012, gana la presidencia la república con la ayuda del PAN y la corrupción electoral consabida del priismo. El regreso del PRI al poder se debió a que no fue tocada  su estructura política hecha de corruptos. Es uno de los sexenios de más negra fama ganada a pulso. La corrupción que ha imperado es de lo más escandaloso. La familia presidencial vive cual si fueran de la nobleza con un descaro y un cinismo sin igual.

Ahora bien, a Fox se le pueden reprochar no solo sus dislates y sainetes ridículos sino que pasaran por u irresponsabilidad y culpa 18 largos años de corrupción política y económica. No conforme a ello, se volvió junto con Calderón, en un par de alborotadores políticos que defendían el régimen priista y no perdían foro, plaza pública o lugar privado para decir que, con López Obrador todo sería como en Venezuela como si ellos hubieran dejado a México en condiciones similares a las de Islandia o Suiza. Fox y Calderón son un par de políticos que les gusta más ser revoltosos que políticos. Son religiosos pero inmorales hasta la saciedad.

Para sostener la democracia se debe desmantelar toda la estructura política del priismo en el gobierno. Que no haya más presupuesto público que maneje el PRI que no sea el que por ley se les asigne en lo electoral. No más programas sociales para compra de voluntades y votos. No más dinero público, manejado y desviado indebidamente para crear un régimen político que tenga sometido al pueblo de México al capricho de los políticos. La ideología del priismo se puede sintetizar en sus dichos: “El que no transa no avanza”, “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” pero las palabras que simbolizan su ideología dictatorial y totalitarista es:

“El pueblo no manda, aquí la decisión la toman 128 Senadores”: Emilio Gamboa Patrón.  

Es decir, los políticos se dicen demócratas pero sin rendir cuentas y abrogándose la soberanía popular para sus corruptelas, corrupción y darse una vida de clase noble sin nobleza. El reto que dejan estos políticos corruptos es enorme; esto, sin tomar en cuenta que volverán a comportarse como alborotadores políticos porque ni duda cabe que volverán a intentar someter al pueblo para darse una vida de lujos ofensivos. El pueblo debe estar atento a esto porque una república democrática es el bien más valioso que pueda tener un pueblo pero también desata el loco deseo de dominarla para fines de grupos dictatoriales y de fanáticos. La realidad pública se construye bien o mal, dependiendo de la calidad de los ciudadanos, sus instituciones y con la observancia de las leyes justas.

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