La
física ha avanzado en grados increíbles en relativamente poco tiempo al punto
de responder preguntas que tradicionalmente pertenecían a la filosofía. Al no
poder responderlas, la filosofía ha muerto, sentencia Stephen Hawking, en su
obra “El Gran Diseño”.
“¿Cómo
entender el mundo en el que nos encontramos?, ¿cómo se comporta el universo?,
¿cuál es la naturaleza de la realidad?, ¿de dónde viene todo esto?, ¿necesita
el universo un creador?...
…Tradicionalmente
estas son preguntas de la filosofía pero está muerta”.
Es
cierto que la madre de todas las ciencias, la filosofía través de los
filósofos, durante mucho tiempo trató de responder a esas preguntas que nunca
respondió y ahora, los físicos han llegado al punto de responderlas y
seguramente seguirán respondiendo otras preguntas de este tipo. Sin embargo, es
excesivo decir que la filosofía ha muerto cuando el propio Hawking, fue uno de
los filósofos que mejor entendieron la misma y que desarrollo su propia
cosmovisión filosofando. Ciertamente no hizo obras filosóficas pero en la misma
obra que anuncia la muerte de la filosofía, se muestra como gran conocedor de
la misma. En efecto, es paradójico que el mismo vocero sea un buen filósofo que
utiliza la misma para darle sentido a sus descubrimientos físicos.
Las
preguntas que tanto quisieron responder los filósofos fueron contestadas por
los físicos. ¿Cómo entender el mundo en el que nos encontramos?, se entiende
como un objeto de la ciencia física que puede ser racionalizado y estudiado
libre de dogmas, libre de mitos, no hay secreto que no pueda ser descubierto
por los científicos físicos.
¿Cómo
se comporta el universo?, sigue reglas o leyes que pueden ser entendidas por la
razón. El movimiento del universo se puede predecir sin que tengan que
intervenir fuerzas divinas.
¿Cuál
es la naturaleza de la realidad?, puede decirse que es de acuerdo como la
percibimos y esa es una concepción realista ingenua; tal y como lo propuso
Aristóteles; sin embargo, la mecánica cuántica es totalmente diferente y, la
realidad se torna compleja, muy diferente a lo que nuestros sentidos
captan.
¿De
dónde viene todo esto?, la pregunta central de la filosofía y que fue planteada
como “El-Principio-de-todas-las-cosas”, nunca fue contestada por los filósofos
pero los físicos respondieron con la teoría del Big Bang. La materia en su
estado de energía concentrada en un punto que explotó siguiendo leyes físicas y
dio como fruto todo lo existente.
¿Necesita
el universo un creador?, no hay menester de Dios alguno para la existencia de
lo existente. La energía sigue las reglas de su propis naturaleza física y lo
seguirá haciendo, transformándose de materia en energía y viceversa. E=MC2.
Con
todo, se debe añadir que a pesar de haberle sido arrancada su materia primaria
los filósofos siguen teniendo materia; no ya con la importancia inicial pues el
saber se ha parcializado al volverse complejo pero si para darle sentido a la
vida.
Los
economistas pueden decir cuál es la mejor forma de producir, distribuir, vender
y todo lo que tenga que ver con la materia; los médicos, seguir descubriendo
los medicamentos y procedimientos médicos para curar las enfermedades; los
biólogos seguir ampliando el conocimiento sobre los seres vivos y así, cada
parcela del saber a través de sus miembros más destacados pueden contribuir al
conocimiento del universo; con todo, aun son necesarios los filósofos para
preguntarse sobre ese conocimiento que aportan cada grupo de científicos de
cara área del saber.
La
filosofía no es más o no solo es el amor al saber desinteresado, la madre de
todas las ciencias, la búsqueda de la verdad para ser la conciencia más
profunda de la existencia humana no solo como saber sino como ese saberse en el
mundo con un sentido.
Podría
parecer que la ciencia es capaz de abrir a los seres humanos al conocimiento
pero todo esos no es más que datos que necesitan pensarse para darles sentido
en favor de la vida. Es paradójico que mientras más se vive en los frutos de la
ciencia y la tecnología los seres humanos tienden a vivir en el sensualismo
(conocimiento básicamente obtenido por las sensaciones), vulgar con lo que se
pierde el sentido profundo de la realidad.
Los
seres humanos no se detienen a pensar sobre la realidad y las cosas con las que
interaccionan y muchas veces conviven al unto de cosificar a los seres humanos
en aras de satisfacer su vida a través de la satisfacción de sus necesidades
vitales a través de sensaciones brutas sin procesar en la mente.
No
es raro ver como los profesionistas se tornan seres mutilados, inservibles para
cualquier avance real de la calidad de la vida. No les importa otra cosa que no
sea cubrir sus necesidades básicas sin tener en cuenta el sentido de la vida,
de su vida. Esta pobreza en la vida debe ser repudiada por los filósofos pues
es de nivel primario, casi un vivir por los puros sentidos con ausencia de la
razón autentica; porque la mayoría cree vivir en la razón sin saber que la
construcción de un mundo racional permea a conveniencia de lo que se debe creer
que es racional.
Mucho
me temo, para bien, que la filosofía no ha muerto sino que ha tomado nuevos
derroteros y, hoy como hace miles de años, levanta el vuelo al atardecer cuando
ya todo ha pasado tal como su recurso simbólico en la figura de la lechuza de
Minerva. La filosofía o mejor dicho los filósofos entran a escena después de
haber vivido (Primum vivere, deinde philosofhari-Primero vivir y luego
filosofar).
La
declaración de Hawking, de haber muerto la filosofía hay que entenderla como
una nueva etapa de la misma con otro nuevo sentido. Federico Nietzsche, declaró
la muerte de Dios, y esto también se debió entender como una nueva concepción de
la idea de Dios y, en concreto del Dios occidental pues existen otros tan
validos como este aunque se diga lo contrario. Bien, Nietzsche ha muerto,
Hawking ha muerto y seguramente moriremos mientras la teología y la filosofía seguirán
sus caminos. Claro, la muerte de ambos saberes, son, en cuanto a nuevas
concepciones de la vida, terrenos para unos cuentos pues la mayoría seguirá viviendo
en las sombras de los umbrales.
Y,
hay muchos amaneceres dignos de vivirse pero es demasiado pronto para endulzar
la vida cuando no se ha iniciado siquiera la batalla diaria. El sol ya aparece
en el horizonte en una realidad donde todo gira y avanza; ni aun el medio día
es bueno para ponerse a pensar, hace falta que caiga cada atardecer con sus
telones y el escenario se muestre vacío para que los filósofos con los ojos de
búhos se adentren en la oscuridad de los hechos aun los más disímbolos y de
todas las áreas del saber pues su hambre insaciable pretende el saber total. El
filósofo es la consciencia del mundo y de la vida profunda. ¿Y, qué más?