La
voluntad general del pueblo mexicano se manifestó claramente y decidió formalmente
ponerle fin al régimen priista al cual Vicente Fox, decidió darle vida a través
del panismo. Fox heredó todo el priismo y vio que era un buen negocio como
medio para privatizar con toda la corrupción posible y toda la impunidad. Felipe
Calderón siguió la misma línea privatizadora y de corrupción.
El
pueblo de México se dio cuenta plena de que el régimen presidencial se había ya
agotado de facto pero que hacía falta darle fin con las elecciones del uno de
julio de este 2018. La voluntad general del pueblo se manifestó con la
contundencia que nunca imaginaron. Más de 40 años de Neoliberalismo postraron al
Estado mexicano al punto de ponerlo en franca zozobra. Era necesario que se
cambiara el régimen de manera radical.
El
sistema Neoliberal implementado en México, tuvo como efecto la liberación de
los ciudadanos mientras que desmantelaban el Presidencialismo hasta dejarlo
inservible. Acabado el régimen e inservible para otorgar los servicios mínimos
de seguridad, educación, agua entre todos los demás se tenía que dar paso a un
nuevo régimen que tenga como fin la justicia y la equidad en la distribución de
la riqueza; que esta no se pueda acumular sin límites a costa de la pobreza de
la mayoría.
El Liberalismo Económico liberó a los siervos
del dominio de los señores feudales para poder desarrollarse con libertad y sin
obstáculos hasta que llegó el Marxismo a desnudar a la verdad de la ideología capitalista
y mostrar sus contradicciones y la explotación de la mayoría y en especial de
los obreros. En este contexto, es interesante que el pueblo mexicano en su mayoría
haya reaccionado contra los abusos de las grandes trasnacionales.
El
Neoliberalismo, liberó al pueblo del paternalismo gubernamental que a través de
programas lo tenía sujeto para que la democracia no pudiera desarrollarse. La imposición
de supremacía que tienen las trasnacionales sobre el Estado Mexicano, logró
como ya he dicho liberar a l pueblo para que este se volviera consumidor hasta
la enajenación sin que los órganos de gobiernos en turno tuvieran siquiera la intención
de implementar leyes que limitaran los excesos de las grandes empresas
extranjeras y nacionales. La imposición de leyes ha tenido como fin desproteger
al pueblo en general. El Neoliberalismo no tiene como fin la explotación únicamente
de los obreros sino a la gran mayoría de los mexicanos. La reacción contra los abusos
fue de facto. Se debe pensar sobre lo ya escrito por Marx para saber qué tipo
de soluciones se deben dar a la hegemonía de los dueños de las trasnacionales.
No se debe partir de cero sino rescatar lo que hay de bueno y aumentar el
estudio del Neoliberalismo para que no se dé al traste con la democracia. Mientras
este sistema Neoliberal sea un mecanismo de injusticias, de acumulación riqueza
ilimitada en deterioro del pueblo hará falta del marxismo y del socialismo.
A
los priistas no les importó que se crearan millones de pobres a la par que
privatizaban con toda la corrupción posible. Tampoco a los panistas encabezados
por Vicente Fox y Felipe Calderón, les importaron las consecuencias de privatizar
sin ton ni son en medio de una fiesta torcida de corrupción preñada de
impunidad. La descomposición del Estado mexicano vino directo de las
trasnacionales al poner de rodillas a los gobiernos en turno. Con esto se logró
darle un golpe al Presidencialismo priista del cual ya nunca se levantaría.
¿Qué
tipo de régimen se debe construir?, uno que pueda proteger legalmente a los
ciudadanos, en el que sea efectiva la democracia, las leyes justas y
equitativas que protejan a demás el territorio nacional y toda la riqueza que
en el existe sin permitir la explotación excesiva, innecesaria. La protección del
medio ambiente, de los recursos naturales, minerales, agua, flora y fauna deben
ser prioridades para que sean explotados racionalmente.
No
hay otra forma de proceder si es que se quiere poner límites a los abusos de
las trasnacionales; en caso, contrario el Estado mexicano seguirá su descomposición
y será moldeado por los neoliberales, dejando al pueblo en condiciones
precarias. El Derecho sufriría un deterioro mayor en detrimento de los
gobernados.
El
marco legal tendrá que ser rígido contra los funcionarios públicos imponiendo
sanciones administrativas, civiles y penales para aquellos que sean corruptos o
infrinjan las normas en deterioro de lo público. No es suficiente una reacción de
facto, se requiere además teorías viables para crear un régimen democrático que
sea la base del Estado. La tarea es difícil pero con la manifestación clara y
efectiva del pueblo es posible hacerlo.
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