sábado, 21 de julio de 2018

LA CONTRADICCIÓN RADICAL DE LA POLÍTICA PANISTA





La política es lo cotidiano, es el aquí y ahora; totalmente mundana. Se tiene que ocupar bien o mal de la vida de los gobernados sin poder desocuparse por mucho tiempo de esto pues si pierde su acción de poder otros lo ocuparan. El poder político tiene una faz radicalmente horrible pues se ocupa de la realidad y la realidad, perdóneme, es brutal, por ello los poetas tratan de hermosear la vida con sus cantos y rimas. Los románticos y soñadores están en concordancia con los poetas.

Por otro lado, está la teología que también pretende regir sobre la vida de manera absoluta e intemporal pero torciéndose al querer que lo trascendental, lo metafísico teológico rija a toda costa lo pasajero, la vida humana. Los elementos de la teología son, el alma, el más allá, el Dios cristiano, los ángeles, la vida eterna y otros símiles. Ya aquí se siente, se ve la tensión con lo terrenal, con la vida terrena.

En el campo de la lucha, de la acción política hoy día es la republica democrática; una veces torcida hasta grados inéditos pero ese es el fondo en los que se aplica la política. La republica tendrá como bases, el pueblo, la soberanía, la democracia y lo que se ha llamado la división de poderes. La filosofía de Juan Jacobo Rousseau (soberanía) y de Louis de Secondant Montesquieu (división de poderes), rigen en la constitución.

Los panistas al tratar de hacer política llegan con un error fatal querer que lo teológico rija sobre lo político. Eso es la barbarie. La política rige sobre lo imperfecto, sobre lo imperecedero, sobre la vida que se tiene que resolver de manera inmediata y diaria. El mundo corrompido sobre el que nadamos inexorablemente es lo que se trata a toda costa de salvar de momento a momento con no pocos fracasos y sus correspondientes desilusiones.

La política al ser hecha por lo peor de los seres humanos; los más ambiciosos, los menos preparados, los menos escrupulosos con sus salvedades debe dar como resultado regímenes totalitarios, dictatoriales, demagogos y de vez en cuando democráticos, libres y justos. Los conservadores panistas al ver esto se les ha ocurrido y se les seguirá ocurriendo que el reino divino con su eternidad, con su belleza imperecedera, con su amor infinito, con su vida eterna y todas las promesas de que está preñada la teología no solo son posibles sino que es obligado a llevar a cabo por mandato del dios cristiano. La vida perfecta del más allá se debe imponer en la tierra. Y, se va a tratar de implantar a través de la moral cristiana. Claro esto trae aparejada una serie de contradicciones a la vida pues la vida terrenal debe regirse por leyes jurídicas mientras que la moral es una preparación constante para la salvación del alma.

Los panistas al tratar de hacer leyes, tratan a toda costa de incrustar su moral disfrazada de leyes jurídicas con la necesidad de tener todo un aparato ideológico para tratar de convencer a los incautos para que acepten esta chapuza. Sin embargo, los panistas pasan por alto mañosamente su condición de humanos imperfectos pero la realidad no admite alegatos y mucho menos apelaciones pues es como es.

Es precisamente esa condición humana de los panistas la que va a entrar en guerra, en contradicción al tratar de imponer “El reino de Dios en la Tierra”, porque mientras tratan de suplantar la realidad con el reino perfecto viven sin poder frenar sus apetitos naturales humanos. “Animo Montana”, “Lo que dura dura”, bien pueden ser sus gritos de batalla contra sus propios dogmas teológicos. Y, que la final van a dar al traste con su concepción ideal de la política y la realidad.

Por un lado, los panistas dicen creer en la fe católica y su práctica pero por otro su ambición de poder terrenal los obliga a decidirse por una forma de política y, la democracia no les satisface por su tendencia a la moderación; lo mejor es el libre mercado que ofrece la riqueza material sin límites. Si a esto se le suma la corrupción del régimen priista ya se puede avizorar su desastre político.

Si los panistas anuncian una vida semejante a la perfección celestial pero logran una vida totalmente corrompida con claros fines de obtener riquezas terrenales a través de los métodos más corruptos e impresentables conocidos no se puede esperar otra cosa que no sea la decadencia y pérdida de confianza de los gobernados y del pueblo en general.

Básicamente, los panistas han sido sus propios enemigos pues entran a la política con una contradicción irreconciliable y que no admite solución práctica. Luego, suman un método ajeno que es el priista, por eso se les asocia mucho a los priistas al grado de ponerlos como hermanos del mismo mal las privatizaciones llenas de corrupción. La política no admite triquiñuelas teológicas de manera permanente sin que cause muchos dolores y dolores de abdominales de tanta risa. Claro esto es paradójico pero así es.

Hacer política con los elementos teológicos es ver la realidad con los lentes del engaño con las consabidas desilusiones. La política se debe hacer con los elementos políticos a la mano libres de elementos extraños a riesgo de desviar y torcer  aún más la realidad y la vida.



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