viernes, 13 de julio de 2018

EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL COMO FACTOR BÁSICO DE LA CAÍDA DEL PRESIDENCIALISMO




Las fuerzas que se desatan para lograr un cambio a menudo son insospechadas; tal es el caso de la caída del Presidencialismo mexicano. Se tiene la tendencia a pensar y, a aceptar que los cambios sociales, políticos y económicos como si no tuvieran ligas, influencias entre sí. Esto se debe a la parcialización del estudio de la realidad, se desmiembra por necesidad y con ello se logra cegar a los propios profesionistas pues saben una parcialidad del saber pero ignoran el resto en su fundamento. Esto permite la ignorancia o la docta ignorancia y con ello, la manipulación de masas.

Las privatizaciones en el Estado mexicano fueron ordenadas por los Estados Unidos de Norteamérica y el Fondo Monetario Internacional entre otros para permitir el desarrollo del Neoliberalismo, hasta los años 80s del siglo pasado, limitado por el equilibrio de fuerzas que había en el mundo entre los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión de Repúblicas Socialistas; sin embargo, con la caída del Muro de Berlín (1989) y la caída de la URSS (1990-1991), ya no hubo limites suficientes para la implantación total del libre mercado.

En México se aceleraron las privatizaciones y paradójicamente mientras más privatizaban en la misma medida el presidente en turno iba perdiendo facultades de facto y de derecho. Esto se dio en un lapso más o menos de 36 años. Esto tuvo su necesidad debido a que no se quiso que el descontento social se desbordara y diera al traste con lo planeado. Finalmente la máxima privatización se logró con el costo para los priistas y panistas de destruir el régimen político en su totalidad con la correspondiente expedición del acta de defunción el 1 de julio de 2018.

El pueblo piensa que ha sido el único actor que puso fin al régimen político priista; sin embargo, esto es falso y mucho me temo que ni siquiera ha sido el actor principal. El empuje que hacen los Estados neoliberales para expandir su actividades comerciales fue y es crucial. Ni se diga la actuación del Fondo Monetario Internacional. Al respecto se debe ponderar la declaración de Christine Lagarde, directora gerente de este organismo internacional: El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto “está decidido a poner en práctica una amplia serie de reformas, que van de la educación a la salud y la privatización de varios sectores de la economía”[1]. Esta declaración al punto parece un simple reconocimiento pero en realidad es la confirmación de que se están siguiendo las órdenes en el rubro económico.

Claro, los priistas y panistas no sospechaban siquiera que la aceleración del libre mercado iba a tener sus efectos políticos. La idea era privatizar todo lo público. La alegría con la que se expresa Lagarde muestra que por fin se había encontrado al gobierno adecuado para terminar con los resabios del Estado de bienestar: “Seguimos cuidadosamente lo que pasa en México, particularmente desde la elección del nuevo gobierno, y personalmente estoy muy impresionada por la forma en que el presidente ha logrado apoyo en torno a un programa amplio de reformas, afirmó Lagarde en una conferencia de prensa en el marco de la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial[2]”.

En el mismo comunicado Lagarde reconoce que la implementación del libre mercado fue pactada, es decir, había un plan que se siguió al pie de la letra, incluyendo el fraude electoral para lograr este fin: “El gobierno de Peña Nieto gestionó de manera destacada la transición con la administración anterior, del panista Felipe Calderón, y ha logrado reunir en torno suyo a otros partidos políticos con la misma visión para mejorar la situación de México[3].

Ahora bien este plan para imponer el Neoliberalismo es un plan global que reconoce la directora gerente del Fondo Monetario Internacional pues in importar la geografía la mayoría de los Estados se les impone la misma receta: “Sin importar si se habla desde los países de África o de los de Europa del este, de los de la eurozona, Japón, Estados Unidos o las naciones con economías emergentes, cada autoridad está dispuesta a desarrollar políticas para el empleo y de responder a las demandas de la población, en especial de los jóvenes[4].

Es evidente que, la ejecución del plan pertenece al FMI para imponer la economía de mercado en todos los Estados nacionales sin importar el grado de desarrollo pero con más ahínco en aquellos que son “mercado emergentes”, es decir, que todavía no privatizan todo lo público o que, no han logrado el éxito económico requerido por dicho organismo. También queda claro que el plan es global y que no importa de qué ideología sean los políticos siempre y cuando impongan el libre mercado.

No se puede ser tan inocentes al analizar los hechos sociales, políticos, económicos pues todos estos están unidos de manera indefectible y ni se digan los hechos y actos del FMI que tienen sus efectos decisivos en la vida pública y privada del pueblo mexicano y por supuesto en la vigencia del régimen priista que recibió sin querer pero inevitablemente un golpe decisivo para su fin mientras implementaban las privatizaciones.

Si se cree que la soberanía del pueblo en general (más o menos 30 millones de votantes), son los que determinaron la caída del Presidencialismo se estar en un error. Quizá, esto sea parte del plan y que se esté dando cuerda al pueblo para que, el mismo se ahorque, es decir para que quede satisfecho de los hechos y actos sin que siquiera sospeche que está siendo manipulado.

El libre mercado está ya en plena marcha y la dificultad para derogar o abrogar las reformas privatizadoras es difícil aunque no imposible pero con el blindaje puesto se habrá que pensarlo dos veces o tres. Logrado el objetivo privatizador que importa que caiga el régimen y, al fin de cuentas esta quizá sea una nueva etapa del plan con necesidad de un nuevo régimen y un nuevo Estado. Un poco de droga en forma de euforia por la caída de los corruptos quizá sea el premio necesario.




[1] Periódico La Jornada
Domingo 21 de abril de 2013, p. 24
[2] Ibídem
[3] Ibídem
[4] Ibídem

No hay comentarios.:

Publicar un comentario