Enrique Peña Nieto
tiene, según las últimas encuestas, tan solo el 12% de aceptación como presidente de México. En
consecuencia, se debe reformar la Constitución para que un servidor público y
en espacial el presidente, deba dejar el puesto en consecuencia del “…que la nación
me lo reclame…”. No puede quedar sin ninguna consecuencia la reprobación pública
a los servidores públicos. Tan luego toman posesión del cargo los políticos creen
que son los dueños de los puestos y hacen lo que se les antoja sin ninguna sanción
o estas son irrisorias.
Tenemos los
gobernantes y políticos más ignorantes, más cínicos, más corruptos, mas patanes
y más soberbios debido a que no hay leyes ni voluntad para imponerles sanciones
administrativas, civiles y penales. Por mucho que sean corruptos y lleven las
arcas públicas al quebranto o hipotequen lo público sin ninguna sana razón y
sin tomar en cuenta al pueblo en la mayoría de los casos se cobijan unos a
otros con tal de seguir en la corrupción. Se debe poner remedio ejemplar a toda
esta corrupción política y se debe empezar por el presidente de la república.
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