Al parecer enrique Peña
Nieto y los demás funcionarios del gobierno federal, ignoran que, la fuga de Joaquín
“El Chapo” Guzmán, trae como consecuencia el descrédito y la falta de observancia
de la ley, en perjuicio de la nación mexicana. Tal y como se ha visto en Culiacán
y en otros lugares de la República, en donde se convoca a misas para agradecer
la fuga de “EL Chapo”. El impacto psicológico sobre una importante porción de
la nación mexicana, que conlleva a adoptar conductas contrarias a la ley y en
franco desafío al endeble Estado de Derecho, es fomentado por la pasividad y
frivolidad de Peña Nieto que, a pesar de decir, palabras más palabras menos que,
la fuga mencionada es, una afrenta para el Estado mexicano, sigue disfrutando
de los placeres parisinos en compañía de más de cuatrocientos inútiles pero ávidos
gastadores del erario. El mensaje que envía Peña Nieto es, que las cosas se
arreglaran solas mientras la delincuencia se entrona a su gusto. No hay
autoridad que tome acciones puntuales y eficaces.
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