martes, 28 de julio de 2015

MIGUEL HERRERA COMO DISTRACTOR




“un pueblo que pierde la fuerza

 necesaria por sacudirse el yugo

 acaba por venéralo”.

José Vasconcelos

Un mal recorre el territorio y sobre el pueblo mexicano: la falsa creencia de superioridad rayando con la divinidad. Este mal ataca tanto a gobernantes, políticos  como a futbolistas. Falsamente creen que están por encima del pueblo en calidad humana cuando la realidad es lo contrario. ¿Cómo es que llegamos a esto?, hay diversas respuestas y la mayoría son acertadas por tener el mismo origen: haber sido creados por un sistema económico basado en la cultura de la simulación, de la falsedad. Los gobernantes y políticos están acostumbrados a la fastuosidad a cargo del pueblo sin rendir cuentas con una corrupción bien sabida públicamente y una impunidad sin par. Este mal se ha colado a los futbolistas. El tipo futbolista ha llegado a ser la diva rodeada de los medios de comunicación nacionales que los muestran como de otra calidad humana, es decir, sobrehumana. Los grandes contratos por jugar e ilusionar a los ilusos son estratosféricos y eso no sería de nuestra incumbencia sino fuera porque el dinero para pagarles saliera de los fanáticos que consumen irreflexivamente los malos productos futboleros en todos sus tipos y géneros.  Esto ha sido posible a través de la Selección Nacional que, no es tal. ¿Quién diablos los selecciona, acaso el pueblo?, no, una empresa llamada Televisa. La dueña de la misma. Lo único que importa es el dinero, las ganancias que puedan reportar. Para ello se nos presentan a los futbolistas como los grandes hombres que llevan el honor del pueblo mexicano en los pies y si ganan gana México y si pierden es una ofensa nacional y los más insensatos se lo creen y con ello insuflan poder a los mediocres futbolistas. ¿Cuántas satisfacciones ha dado la Selección Nacional?. Pocas y, en todo caso son bien pagados y, en primera y última instancia los triunfos de la Selección Nacional no representan más que el sebo tras el negocio. Mientras Televisa gana millones de dólares el pueblo saborea el orgullo, venga el orgullo mancillado, reivindica al hombre y mujer futboleros y al otro día la vuelta a la realidad. El orgullo no da de comer, no hace más culto a un pueblo por el contrario lo aliena, no salva vida alguna, ni sana a enfermo alguno; al otro día se ve claro que el orgullo futbolero es la más falsa de las ideas con las que se pone a un pueblo al servicio de una televisora. No obstante eso, se debe aguantar a sus lacayos como Miguel Herrera o los hermanos Dos Santos con las más groseras declaraciones como si un grupo de ignorantes encumbrados falsamente pudieran ser más que un pueblo.

Es altamente probable que Miguel Herrera este sirviendo como distractor de los problemas nacionales del gobierno federal en pleno contubernio. Es sospechoso que, se haya vuelto un espectáculo de la soberbia y arrastre a parte de sus jugadores al escenario lastimoso de las agresiones verbales y físicas. Como antecedentes de tener por delante el dinero antes que el pueblo y prestarse a los juegos sucios de los gobernantes y políticos lo sucedido en Chiapas con Manuel Velasco y el Partido Verde; la falta de sanción por parte de la autoridad electoral le dio la confianza para volverse un infractor de las leyes.


Si las autoridades no quieren o no pueden sancionar las conductas ilícitas y de escándalo de Miguel Herrera, debe ser el pueblo quien limite su extravagante soberbia. No se nos debe olvidar de seguir vigilando y denunciando al mal gobierno que tenemos. Que no se nos pierda la fuerza para sacudirnos el yugo pesado que nos han impuesto los gobernantes y políticos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario