jueves, 11 de octubre de 2018

LOS SERES HUMANOS, SU DIVERSIDAD DE SER Y LA MORAL CRISTIANA



Si hay seres problemáticos estos los son los seres humanos. Ahora bien, desde hace un buen tiempo se ha dividido en áreas o reinos a los campos de estudio y saber; y, a saber en el reino animal estamos incluidos los seres humanos que somos los seres que tienen los peores comportamientos hasta llegar a la crueldad inaudita. En efecto, los seres humanos somos animales que pueden usar la razón para vivir mejor o peor, según se vea; con todo, la especie humana es la única que puede alcanzar una conciencia más amplia sobre su existencia y lo existente. Esta parte de la Filosofía se le ha nombrado como Ontología (El tratado del ente) que es parte de la metafísica (Lo que está más allá de lo meramente físico). Bien.

Ha surgido un tema que se ha vuelto polémico por los dogmas y prejuicios de diversas personas y, esto se debe a la formación desigual en educación académica, familiar pero que tiene un fondo moral cristiano. El problema parece complejo y lo es con relación a la diversidad de personas con educación diversa. El problema centra es el ser humano y sus diversas formas de ser.

Los seres humanos al vivir en diversos medios por todo el mundo por pura necesidad somos diversos en la forma y en el fondo. A pesar de todo y de las diferencias accidentales en todo momento nos podemos reconocer como humanos, buenos o malos, según se vea el proceder de cada uno o de los diversos pueblos. Esta diversidad humana no puede verse como un problema sino como una riqueza de formas de ser sin que se pierda la unidad de la especie ni se pueda hacer una escala de valores arbitraria o con base en prejuicios o dogmas sino con base en la igualdad entre los seres humanos tan rasgada una y otra vez.

Para los griegos, romanos y otros pueblos en diversos lugares y tiempos la homosexualidad y otras formas de ser no han tenido mayor importancia. Los hombres podían tener amantes del mismo sexo no veían en esto más allá de lo que era, la realidad sin valorar como mala este tipo de prácticas. A menudo y como regla valoramos desde nuestro tiempo y desde lo que llamamos “nuestros valores”, que nunca son nuestros como construcciones propias sino ajenas. Casi nunca tenemos consciencia de esto y no les conviene a quienes nos manipulan pues se les acabaría el poder sobre nosotros y, en consecuencia, el negocio.

Desde hace mucho tiempo se ha querido que los seres humanos tengan una única forma de ser, de pensar y comportarse. El cristianismo reacciono contra los valores clásicos de los griegos y romanos “satanizando” toda forma diferente a la que imponen a millones de personas. Han creado el pecado como forma de dominar. Todo lo que no se ajuste a lo que dice la Biblia es pecado.

El modelo familiar cristiano es rígido: papá, mamá e hijos aunque el libro mismo sea un compendio de absurdos, crímenes, injusticias, visiones catastróficas e inverosímiles pero que sean impuesto a millones como forma de pensar, de vivir y como excusa para batallar, insultar, descalificar y hasta matar a todo lo que no se ajuste a este modelo. Claro, esto está dentro de uno de los tres grandes campos de los cuerpos normativos. La moral cristiana. Arma de destrucción masiva de la razón y plataforma para los males entendidos y discusiones entre los seres humanos manipulados; llevados a la guerra sin más motivo que la irracionalidad.

La moral cristiana debe normar el interior de las personas pero no la conducta exterior que entra ya en el campo del Derecho o de las normas sociales; pero aquí interesa el Derecho pues tiene la fuerza del Estado para hacer cumplir las leyes jurídicas y porque se vive en un estado como el mexicano. Con todo, los teólogos (sacerdotes), se niegan a dejar en santa paz a los seres humanos y de continuo y según sea necesaria la intensidad les ordenan: “Odia lo diferente a lo diverso, al otro”,  bajo el pretexto de que esa es la palabra de Dios. Mentiras, mentiras y más mentiras.

Para el Estado los seres humanos deben y caen en el ámbito del Derecho como sujetos de derechos y obligaciones sin importar sus preferencias sexuales, su color de piel, estrato social, religión que profesen, forma de vestir y todos los accidentes o formas de ser secundarias porque lo único que importa es que sean personas sin adjetivos. No satisfechos los sacerdotes con ser secundarios no hay momento en que descansen y dejen de lanzar a las personas religiosas contra los seres humanos que quieren vivir de acuerdo a las leyes jurídicas y se hace la lucha sin razón sino con el objetivo de mantener el negocio religioso. ¿Se imaginan si la gente no creyera en las cosas fantásticas y absurdas de los religiosos?. Se acabaría el negocio.

Ahora bien, los concursos de belleza son otros tantos negocios en que se debería de tomar únicamente las formas bellas fuera de los accidentes secundarios pues no son concursos de reproducción, maternidad o sexualidad. Sin embargo, la mayoría de las personas vierten su moralidad en los concursos de belleza sin poder entender las diferencias existentes entre la belleza y su moralidad; es decir, tienen un concepto de belleza mediatizado por la moral cristiana. Se vuelven locos ante la diversidad de ser como si esto fuera nuevo o el Apocalipsis del Libro de las Revelaciones. Esto no es más que pobreza mental y riqueza de dogmas, prejuicios de todos los deseos de ser violentos.  

La ciencia, la filosofía deben estar libres de moral y esto no gusta a los moralistas que inician sus cruzadas con inmediatez contra todo lo que amenace su monopolio del ser. Aquí no aplican su curvilínea frase: “El que esté libre de pecado que lance la primera piedra”, la evaden ciegos ante la verdad, se debe tratar a los seres humanos como tales a pesar de la diversidad. Pero el cebo del pecado los pone frenéticos y nunca aceptan lo racional. Cada uno debe preguntarse ¿Qué nivel de humanidad tiene?; en consecuencia que grado de tolerancia es capaz de tener ante la riqueza en la forma de ser. También se debe de preguntarse ¿qué nivel de manipulación se tiene?; y si es posible salir o disminuir la misma para bien de la sana convivencia.

domingo, 7 de octubre de 2018

TRES ESTADOS PREHISPÁNICOS EXITOSOS





Habría que estudiar ¿dónde se torció la política?, sus causas internas y externas para darnos cuenta ¿qué hemos hecho bien y que mal en política?. Tres Estados prehispánicos (tenían territorio, población y gobierno), que estaban configurados excelentemente y eran los suficientemente poderosos (al punto de ser los tlaxcaltecas los que derrotaron a los mexicas), lo fueron los michoacanos, los tlaxcaltecas y los mexicanos. Si bien eran Estados teocráticos y no conocían la democracia si tenían un orden muy superior en lo político. Sus gobernantes eran virtuosos y ni se diga los gobernados. No se podía andar tonteando porque era muy peligroso vivir con dudas y flaquezas.

Las leyes eran muy rígidas y la pena de muerte era la que se aplicaba con mayor frecuencia pero también eran sociedades altamente disciplinadas. En las cinco principales áreas de la vida: la economía, lo social, el arte, la filosofía y la axiología tenían un orden sin para a un nivel superior incluso que los europeos. No se permitía que en la política entraran personas improvisadas. Basta con ver como se elegían los gobernantes por sus méritos guerreros, filosóficos y en las demás ciencias y artes para darse plena cuenta de la disciplina necesaria para destacar. Claro, esto no quiere decir que todo fuera perfecto pero al ver hoy, día la laxitud con que se hacen los hechos, actos y como se gobierna no se puede más que estar en desacuerdo en el desorden.

No se permitía la improvisación en ningún campo de lo público ni en lo privado. Esto nos los narran los españoles y otros historiadores pero tal parece que delo que se trata es de seguir simulando hasta lo indecible. Si bien no se puede volver al modelo de Estado prehispánico si se puede aprender la forma disciplinada tanto en lo público como en lo privado en el marco de la democracia. Se trata pues de formar una sociedad disciplinada que no esté sujeta al mal gobierno y para ello de ella misma deben emanar políticos capacitados para el gobierno y dejar el actual modelo; todo esto siempre bajo la vigilancia del pueblo.



sábado, 6 de octubre de 2018

20.- LA TERRIBLE DERROTA DE LOS ESPAÑOLES EN LA NOCHE TRISTE.



20.- LA TERRIBLE DERROTA DE LOS ESPAÑOLES EN LA NOCHE TRISTE.

La caída de Tenochtitlan es una parte de la historia que los mexicanos debemos conocer en lo más posible y, a detalle para poder construir una mejor visión de nuestros antepasados y, así poder construir el presente y futuro. Ahora bien, los historiadores han narrado los hechos como si únicamente los españoles con sus fuerzas e inteligencia hubieran podido conquistar el imperio mexica. La verdad está en las propias palabras de Hernán Cortes y Bernal Díaz del Castillo como los que estuvieron en los hechos y demás historiadores que con imparcialidad han estudiado la historia de la conquista de México. En realidad los españoles no llegaban a mil antes de la marcha hacia Tenochtitlan; así lo testifica Cortés y la primera ocasión en que fue a la capital del imperio no fue con españoles exclusivamente sino con una gran cantidad de tlaxcaltecas, cholultecas entre otros aliados; sin estos hubiera sido imposible que hubieran podido sobrevivir rodeados de los más temibles guerreros   entre los que se encontraban los guerreros ocelote y águilas; las fuerzas especiales del ejército mexicano. Claro, los españoles escriben de tal manera que quieren ser recordados como gigantes entre todos los guerreros y no hay que dudar de su valor pero si de sus palabras y buscar la verdad de manera imparcial. Después de haber leído distintas versiones, incluyendo las de Cortes y Bernal Díaz, me parece transcribir la versión de Francisco Javier Clavijero por su mayor objetividad en los hechos; sin embargo, narra los hechos muchas veces poniendo a los españoles como si fueran los únicos personajes en los hechos cuando no fue así. Va el texto:

Inicio:

“Ordenó su marcha en el mayor silencio de la noche, cuya oscuridad se había hecho mayor con un nublado, y cuya molestia y peligro se agravaba con la lluvia. Dio la vanguardia el invicto Sandoval con otros capitales, 200 infantes y 20 caballos. En el cuerpo del ejército iban los prisioneros, la gente de servicio, el bagaje y el mismo Cortés con 5 caballos y 100 infantes para acudir con prontitud a donde hubiese mayor necesidad. La retaguardia se encargó al capitán Pedro de Alvarado con el resto de españoles. Las tropas auxiliares de Tlaxcala, Cholula y Cempoala, que eran más de 7,000 hombres, se repartieron en las tres partes del ejército; e invocando la protección del cielo, comenzaron a pasar por la calle de Tlacopan.

Pasó la mayor parte con felicidad el primer canal o acequia con la ayuda del puente que llevaban, sin más resistencia que la poca que hicieron los centinelas que guardaban aquel lugar, pero advertidos los sacerdotes que velaban los templos, tocaron el arma y excitaron con sus bocinas al pueblo. En un momento se vieron los españoles por tierra y por agua de un número extraordinario de enemigos que con su misma multitud y desorden se embarcaban en el ataque. Fue muy sangriento el combate en el segundo canal, extremo el peligro y extraordinarios los esfuerzos de los españoles por salvarse.

La oscuridad de la noche, el estrépito de las armas, los clamores e imprecaciones de los combatientes, los gemidos de los prisioneros y los ayes de los moribundos formaban un conjunto de lastima y de horror. Aquí se oye la voz de un soldado que implora el socorro de sus compañeros, y allí de otro que en los últimos alientos de su vida pide a Dios misericordia. Todo es confusión, gritos, heridas y muerte. Cortés,  cumpliendo con todas las obligaciones de un buen general, acude con suma intrepidez a todas partes, pasando y repasando a nado los canales, alentando a los unos, socorriendo a los otros y dando a las reliquias de su ejército todo el orden que permitían las circunstancias, no sin gravísimo riesgo de ser muerto o hecho prisionero.

El segundo canal se cegó de tal suerte con los cadáveres, que sobre ellos pasaron los que habían quedado de la retaguardia; Alvarado, que la mandaba, se halló tan apretado en el tercer canal, que no pudiendo contrarrestar el furor de los enemigos, ni echarse a nado sin ser muerto, fijó, según dicen, su lanza en el fondo del canal y sus brazos en el cuento de la lanza, y dando un extraordinario impuso a su cuerpo, se puso de un salto de la otra parte del canal. Acción que siempre se celebró como un prodigio de agilidad y que dio a aquel lugar el nombre que hasta hoy conserva de Salto de Alvarado.[1]

La pérdida de los mexicanos en esta noche no pudo menos de ser muy considerable. De los españoles hablan, como en otros cálculos, con mucha variedad de autores.[2] Lo más cierto (según dice Gómara, que muestra haberlo averiguado con mayor diligencia) es que murieron sobre 450 españoles, más 4,000 hombres de tropas auxiliares, y entre ellos, según dice Cortés, todos los cholultecas; murieron también todos o casi todos[3] los prisioneros y toda la gente de servicio y 46 caballos, y se perdió casi toda la riqueza adquirida, toda la artillería y todos los papeles pertenecientes a la Real Hacienda y a la Historia de lo acaecido hasta aquel tiempo a los españoles.

Entre los españoles, que faltaron, los de más consideración fueron los capitanes Juan Velázquez de León, persona principal e íntimo amigo de Cortés, amador de Lariz, Francisco de Morla y Francisco de Saucedo, hombres todos de mucho valor y mérito. Entre los prisioneros pereció el desgraciado rey Cacamatzin[4] un hijo y una hija del difunto rey Moctezuma. Acompañó a estas princesas en su desgracia doña Elvira, hija del príncipe Maxixcatzin. No pudo el esforzado corazón de Cortés contener a vista de tanta calamidad el llanto a sus ojos. Sentóse en una piedra cerca de Popotla, población cercana a Tlacopan, no tanto por respirar la fatiga cuanto por llorar la pérdida de sus amigos y compañeros; pero sirvióle de consuelo en su aflicción el ver vivos a sus más esforzados capitanes: Sandoval, Alvarado, Olid, Ordaz, Ávila y Lugo; a sus intérpretes Aguilar y doña Marina, y a su ingeniero Martín López, en quienes principalmente libraba entonces la reparación de su honor y la conquista de México.”

Fin del epígrafe.

Nota: Me parece que, el grueso de tlaxcaltecas y demás aliados fueron la muralla que logró contener a los mexicanos para que no fueran exterminados los españoles; sin este blindaje y ayuda con la que contaron los españoles estos hubieran sido borrados. No se trata de quitarles méritos a los españoles pero creo sinceramente que no se pondera la gran ayuda de los aliados de lso españoles y enemigos de los mexicanos.






 Clavijero, Francisco Javier. Historia antigua de México. 
México. 2009. Editorial Porrua. Colección "Sepan Cuantos...". Páginas. 514, 515 y 516.



[1] Bernal Díaz se burla de los que creían este salto y dice que era absolutamente imposible, atendida la profundidad y anchura del canal, pero lo dan por cierto los demás historiadores y lo autoriza la tradición.
[2] Cortés dice que murieron 150 españoles; pero disminuyó por particular motivo el número, o lo erraron los copistas. Bernal Díaz cuenta 870 españoles muertos; pero en este número comprende no solamente los que faltaron esta noche, sino también los que perecieron en los días siguientes hasta entrar a Tlaxcala. Solís no cuenta más de 200 y Torquemada 290. En el número de los que faltaron de las tropas auxiliares convienen con Gómara, Herrera, Torquemada y Betancourt. Solís dice solamente que fueron más de mil tlaxcaltecas; lo cual ni concuerda con el cálculo de Cortes, que cuenta más de 2,000 aliados, ni con el de los demás historiadores.
[3] Cortés dice que murieron todos los prisioneros; pero de este número se debe exceptuar Cuicuitzcatzin, que estaba preso como consta de esta relación de Cortés, aunque ignoramos el tiempo y causa de su prisión, y no murió esa noche, como después veremos.
[4] Torquemada afirma como cosa bien averiguada que pocos días después de preso Cacamatzin le hizo Cortés dar garrote en la prisión.  Cortés, Bernal Díaz, Betancourt y otros dicen que murió con los demás prisioneros en la Noche Triste.

EL SER HUMANO SIN ADJETIVOS. LA FIESTA DE LA BARBARIE





Provengo, como la mayoría, de una familia muy tradicional y eso implica ser católica. Por si esto fuera poco de un pueblo cerrado y blindado por el cristianismo contra toda forma de pensar diferente y de ser diferente; únicamente se debe ser como se dicta. Con el tiempo viaje y fui encontrando diferentes formas de pensar y de ser y fui tomando nota; es decir, rompí con el cerco religioso de mi pensamiento. Fue maravilloso.

Con el paso del tiempo estudie Derecho, me volví escritor y termine la carrera de Filosofía y siempre estoy en la calidad de estudiante. Al respecto me topé con una obra d José Ortega y Gasset y después con el mismo: “La deshumanización del arte”, que trata de cómo se fue colando el “arte pop”, en pintura; se dejó, no del todo, de tener a los seres humanos como modelos de los pintores y de la pintura y, lo sorprendente se puso una lata de sopa Campbell como arte. Los puristas, pusieron el grito en el cielo y más que en el cielo. La decadencia, dijeron. Sin embargo, la realidad no admite apelaciones ni alegatos en contra y este tipo de arte triunfo. Alabado sea Satanás.  

Hoy, admitimos el arte en casi todas las cosas. Los celulares y demás artefactos tienen ese rasgo y los adquirimos por gustos propios, los fabricantes explotan nuestros gustos para hacer ese tipo de artículos. Las botellas y todo lo que la industria del consumo produce nos seduce con esas artimañas o recursos estéticos.

No es de extrañar que en una sociedad altamente religiosa y fanática se excluya lo diferente y se llegue a la violencia verbal y física. El catolicismo con toda su decadencia aún sigue imprimiendo su sello de ignorancia y hasta los letrados siguen con la estúpida idea familiar de “papá, mamá e hijos”, aunque la realidad les grite a diario todo lo contrario. Para los acomplejados y programados seres humanos es un ataque a su forma de pensar y de ser y creen que están defendiéndose asimismos cuando en realidad defienden a la Santa Madre Iglesia de la Edad Media.

Se ha puesto de moda la discusión si un ser humano llamado “Transgénero”, puede o no válidamente concursar en un certamen de belleza. Los conservadores, evidentemente, llevados por sus dogmas y prejuicios han dicho que no rotundamente. Ignoran que ese certamen está hecho para ganar dinero explotando la sexualidad de manera salvaje bajo el camuflaje de “lo femenino” y que les importa un rábano lo que piensen los morbosos televidentes u observadores del certamen. Es un negocio como lo es el futbol o la venta de rábanos.

Ahora bien, en un concurso de belleza se califica eso, la belleza y debe ser exenta de moralidad y de sexualidad. Si nos atenemos a esto se verá que no pasa cosa alguna grave. Pero todo lo tenemos que violentar con prejuicios y que nos han sido impuestos por los mercaderes de la religión que es otro negocio como cualquiera. Y, allá vamos armados hasta los dientes con dogmas, los puños cerrados y las caras desencajadas a dar todas las batallas que creamos necesarias aunque nos falte la razón. ¡Que espectáculo!.

No hay duda de que vivimos dominados por dogmas religiosos evitando ser razonables a toda costa y no es raro encontrar gentío que quiere su “Cuarta Transformación”, por decreto, es decir sin mediar razón ni realidad. La diversidad de la realidad es innegable sin perder su unidad. Ya Aristóteles había dado en que la realidad es diversa en lo secundario, en los accidentes. Carlos Darwin se dio pena cuenta de que la diversidad de pájaros era accidental por los propósitos propios de los lugares y ante esta evidencia irrefutable razonablemente llamó a su obra “El origen de las especies”. Porque efectivamente lo que existen son especies pero los humanos nos empeñamos hasta la muerte en hacer lo fácil difícil y lo difícil imposible. Hemos dicho que existen razas y superioridad entre las mismas. Vaya estupidez.

Mezclamos, en nuestra vida diaria, los más disímbolos conceptos hasta lograra una gran confusión y esta la llamamos “nuestra forma de vivir”. En la creación de leyes introducimos la moral, en los usos sociales la moral, en los hechos sociales las leyes y toda clase de prejuicios al punto de volver todo esto una “Babel”, donde ninguno está dispuesto a ceder y mucho menos a tratar de entender al otro. Claro nos llamamos civilizados y abiertos de mente no vaya a ser que se nos confunda con sandios o lerdos.

Para los romanos, griegos y otros pueblos la sexualidad era más libre que en nosotros, no tenían los prejuicios actuales, sostenidos por las religiones únicas y, verdaderas y, verdaderas responsables y culpables de tanto alboroto sin que para ellos quedemos exentos de la barbarie y, la misma responsabilidad y culpabilidad de los hechos. Si nos atenemos a los hechos libres de prejuicios veremos que, en los concursos de belleza, se trata en todo caso de ver la belleza del cuerpo y hasta ahí. No se trata pues de hacer iguales sexual y reproductivamente a las llamadas mujeres transgénero y a las mujeres naturales. Razonablemente a ninguno se le ocurriría, hoy, creer que las mujeres transgénero puedan ser aptas para la reproducción humana pero, bellas si lo pueden ser.

No se está obligando a ninguna mujer ni a ningún hombre u otro ser humano a ser como las transgénero, se trata únicamente de aceptar a otros seres humanos con todos sus accidentes o, en lo secundario. Todos, en este contexto somos seres humanos y debemos tener el mismo derechos a participar en las cosas, hechos y actos humanos con el respeto a las diferentes formas secundarias de ser.

Mujeres y hombres puritanos han puesto inmediatamente las armas en el campo de batalla con las salvajadas más risibles que se puedan imaginar. ¿Por qué se sienten ofendidas estas personas por hechos y actos que no les dañan?. ¿A que le tienen miedo?. Puros perjuicios religiosos. Las mujeres deberían sentirse avergonzadas de usar los mismos argumentos que hemos usado los hombres para someterlas, para violentarlas y dar paso hasta para el asesinato: “Las transgénero, no son iguales que nosotras”. ¿En que no son iguales, en los accidental en lo fundamental son seres humanos.

Se decía que tan luego las mujeres entraran a la vida pública como en la política las cosas, las circunstancias, los hechos y los actos iban a cambiar; se iban a suavizar con el amor materno que les es inherente. Vaya idealismo. Han entrado al mundo blandiendo los recursos combativos de los hombres con toda barbarie y quieren el mundo ya con toda la irracionalidad posible. No es raro ver ya a las mujeres igualándose con los hombres en la decadencia y se sienten orgullosas de ello. Vaya Bien sigamos con la fiesta de la barbarie a diestra y siniestra que en algún momento tendremos que pagar la factura.

Por mi parte cuando me encuentro con otro ser humanos me interesa su capacidad en alguna profesión que ostenta, en un oficio que ejerce, en su trabajo manual, intelectual, en su arte sea cual sea. No me importa su sexualidad porque efectivamente es suya y no mía. Un ser humano, mientras más intelectual, más valiente, más atrevido más me llama la atención. Por el contrario un ser humano bien conformado y definido como heterosexual entre más lerdo y acomplejado me causa lastima por su condición básica de vivir, por ignorar lo medular, al ser humano.  



viernes, 5 de octubre de 2018

ROTACIÓN DE JUECES





Es indudable que se tiene que combatir la corrupción en el órgano judicial en sus distintas ramificaciones de competencia por territorio, materia o en el orden federal y estatal; sin embargo, no se debe hacer la reforma al artículo 118 constitucional sin tener claro el funcionamiento de los tribunales. Una de las causas de corrupción es la lentitud, otra el nepotismo y la relación anómala entre abogados y jueces.

Para dicha reforma es necesario tener la experiencia directa y propia sobre la impartición de justicia; es evidente que los legisladores de Morena y concretamente de Ricardo Monreal no tienen la mínima idea de esto. En primer lugar hay rotación de juzgadores de manera más o menos constante pero no se debe hacer de manera arbitraria pues cambiar de titular pues esto conllevaría a más lentitud en la impartición de justicia y, eso lo saben los abogados que patrocinan a los ciudadanos que requieren sus servicios profesionales. Segundo, los jueces se han estado especializando (no de la manera adecuada), por materia y sería un error rotarlos fuera de su materia. Se vuelve un desastre. Tercero, no por rotar a los juzgadores se erradica la corrupción pues esta si existe en determinados juzgados es de manera casi total.

Ahora bien, la corrupción también tiene otras fuentes y una de ellas es la pobre partida que se les destina a la impartición de justicia. Haya más bares y cabarets que juzgados. Es común que los juzgados carezcan de lo más elemental: papelería. Hay juzgados que son una vergüenza en los inmuebles que están funcionando, mobiliario y todo lo que tenga que ver con su funcionamiento. Los sueldos que gana el personal (sin incluir jueces y secretarios), es magro. En efecto, mientras se privatiza lo público se abandona la impartición de justicia. ¿Sabrá Ricardo Monreal que en el Estado mexicano, los juzgados federales no llegan a mil para una población de 130 millones de personas?.

Me pregunto si dentro de los legisladores de Morena ¿habrá alguno que haya prestado sus servicios profesionales como abogado al público?. Es una lástima que no tengan la visión total del estado lamentable sobre el cual se imparte justicia y únicamente traten este rubro montados sobre emociones, ideas falsas, imaginación torcida a través de un discurso pobre en sí y fuera de toda realidad.

Los legisladores deben prepararse y conocer la realidad para poder crear leyes que, efectivamente sean benéficas para el pueblo en general y no tener buenas intenciones pero desconociendo la realidad en su profundidad y amplitud. Apoyo total en el cambio pero critica sana en lo que están errados.  

domingo, 30 de septiembre de 2018

LOS TRÁILERES DE LA MUERTE




Como en la “Carta Robada”, de Edgar Allan Poe, que estando a la vista de todos los que la buscaban no la veían; de esta misma manera, la mayor de las veces tenemos los hechos y los actos frente a nuestros ojos pero somos incapaces de verlos. Nos ha pasado esto con los “Tráileres de la Muerte”, que se pasean macabramente por diversas ciudades de la república como si pasear a 300 o 400 cadáveres fuera lo más normal del mundo. Al principio esto pareció una broma, un mal chiste o una noticia falsa. Pero no, la realidad nos golpeó con toda su dureza; era verdad. Inmediatamente se buscaron chivos expiatorios y a otra cosa mariposa; un escándalo desplaza al otro. Responsables y culpables hay muchos y están en el gobierno y en sus tres niveles.

Pero, ¿cómo llegamos a esto?. El desmantelamiento del Estado mexicano lo iniciaron los priistas desde hace 34 años cuando se inició la implantación del Neoliberalismo; se trataba de volverlo enclencle, enjuto, enfermo para poder vender al mejor postor, a precio de chatarra, las empresas públicas.  Y, lo lograron con gran efectividad. No se podía esperar otra cosa que la delincuencia se desbordara mientras los empresarios y gobernantes se daban un festín de rapiña de lo público. Y, entre más saqueo más decadencia a grados inauditos.

Y, llegó el día fatídico en que Vicente Fox Quesada ganó la presidencia. Y, llegó el día en que traicionó al pueblo y, en lugar de democracia apuntaló la corrupción, su corrupción personal, familiar y de amigos. Esto no fue menor porque retrasó la caída del régimen priista y dio pie para la mayor decadencia del Estado mexicano. La fiesta privatizadora siguió con suma alegría de priistas y panistas.

Y, la desgracia no paró allí. Llegó el día en que priistas y panistas pactaron y ganó Felipe Calderón Hinojosa. El Mal venia en forma presidencial. Loco rabioso decidió que el Dios católico lo había ungido como su brazo ejecutor en la tierra y su deber era acabar con tanto desorden y decadencia; quiso imponer “El Reino de Dios en la Tierra”, una locura digna de su loca persona. E, inició una “Guerra Santa”, sacando ilegalmente al ejército a las calles, montañas y valles para convertirse en un emulo de Napoleón Triunfante por sobre el mal.

Inmediatamente se incrementaron los muertos a todo lo largo y ancho del territorio mexicano. Las madres y familiares elevaron su llanto y protesta. Para Felipe Calderón, los muertos eran simple y llanamente “daños colaterales” sin importarle las masacres ni matanzas ni que muchos fueran personas que estaban en el momento y lugar, pata ellos, equivocados. En lugar de buscar la cordura, la verdad, Calderón, se emborrachaba y cantaba a la manera de Nerón mientras se quemaba Roma. Por si fuera poco se auto proclamó como el presidente de todo lo bueno y el mejor de todos los tiempos con una legión de idólatras que lo apoyaban.

La historia de Enrique Peña Nieto es la misma y, en su administración explotó la brutalidad en su máximo grado pero a él, no le interesa como sus predecesores se auto proclamó como “El Salvador de México”,  mientras los ríos de sangre fluían y fluyen y todo el territorio se convertía en un gran cementerio. Ya se va con la convicción de ser uno de los mejores presidentes de México, psicópata.

Ahora bien, los tráileres de la muerte son el símbolo de esa guerra sin sentido de Calderón. Y junto con él, Peña Nieto son responsables directos de tantas muertes, masacres y matanzas. Yo, los acuso a los dos. En esos tráileres se apilan indignamente cientos de cadáveres, la mayoría de jóvenes. Jóvenes en la flor de la vida. La fuerza de trabajo necesaria para la productividad y hasta para la alegría. No otro sentido tiene la sentencia: “Juventud, divino tesoro”. Claro, para Calderón y Peña Nieto son números, daños colaterales que no van a manchar sus impolutas administraciones. Claro hay una visión acertada sobre sus corruptas administraciones, sus diabólicas actuaciones.

En efecto, los sexenios de Calderón y Peña Nieto superan cualquier horror que se haya podido escribir o que se haya puesto en escena. Ni Vlad el Empalador ni o Hitler se atrevieron a matar a su propio pueblo o, dejarlo en estado de indefensión. Entre todo su perversidad eran patriotas a su manera. Fox, Calderón y Peña Nieto son la personificación del mal, el mal encarnado en cabezas imbéciles. Psicópatas de primer orden que se solazan en lagos de sangre. Vampiros que beben la sangre de su propio pueblo. Estos son los responsables y culpables de tanta desgracia. El Partido Revolucionario Institucional debe desaparecer y el Partido Acción Nacional se le debe poner un bozal por lo menos en 50 años, esto es lo justo.    



LA CONSTRUCCIÓN DE LA CUARTA TRANSFORMACIÓN




En la juventud se construyen sueños, esperanzas y se hacen planes que la realidad se va encargando de destruir o modificar. Si se hace una reflexión personal de lo que se añoraba y lo que se es hoy se verá que la diferencia entre el ayer y el hoy, es enorme. ¿Dónde quedaron los sueños?. En el mundo del deber ser por supuesto. Nos queda el ser, la verdad, la realidad que por cierto es rica si se tiene el paladar para ello.

Por buena fortuna en lo público tenemos ya la experiencia suficiente, la historia suficiente y espero que la madurez suficiente para poder forjar el futuro inmediato, mediato y el lejano. Los tres momentos históricos que llamamos “Transformaciones”, son ricos en enseñanza como para reflexionar sobre los hechos y actos que los forjaron y sus consecuencias. El romanticismo, el idealismo deben quedar fuera de esta construcción llamada “Cuarta Transformación”.

Por cierto ¿transformación de qué y para qué?. Transformación de un régimen totalitarista, dictatorial, injusto, represor y cerrado, hacia sus antípodas los valores de pluralidad, democracia, justo, protector y abierto. No se puede soslayar que el pueblo mexicano es rico en su pluralidad social pero que debe ser incluyente de las minorías; si el marco legal era injusto teniendo como base la prueba confesional que se arrancaba por cualquier medio de tortura salvaje se debe abandonar ya esos métodos para pasar al Derecho científico; el presidente de la república y todos los servidores públicos deben abstenerse de usar a las fuerzas armadas, el poder del Estado para reprimir al pueblo y en plena consciencia, el pueblo mexicano debe abrirse ante los demás pueblos para vivir y convivir con el respeto debido y participando en el cuidado del planeta.

Pasaremos a ver las tres transformaciones con fechas que son arbitrarias con la realidad pues con las mismas no se terminan épocas pero sirven de referencia para la mejor comprensión de la historia. Cada uno vaya haciendo las reflexiones e investigaciones que crea pertinentes.

Veamos por inicio la primera transformación en sus hechos y actos básicos. Por primero de cuentas la revolución de independencia no se llevo a cabo entre el pueblo mexicano y un ejército español sino básicamente entre mexicanos, los que estaban a favor de la independencia y los que estaban a favor de seguir siendo súbditos del rey de España, Fernando VII, que por entonces estaba bajo el poder de Napoleón Bonaparte.  No fueron los revolucionarios los que llevaron a cabo la independencia sino en un inicio quien tenía la encomienda de derrotar a los independentistas, Agustín de Iturbide en conjunción con el ejército revolucionario y el que comandaba. La fecha de independencia el 27 de septiembre de 1821. A partir de aquí siguió un largo camino de construcción de lo que hoy, es México con grandes problemas y desaciertos al punto de perder mas de la mitad del territorio mexicano.  La adolescencia tiene su costo. Las formas de vida virreinales siguieron subsistiendo.

La segunda transformación es la separación del Estado eclesiástico del Estado Civil y que se cimienta con la Constitución  General de 1857 que trató de terminar con los fueros militares y eclesiásticos y en buena medida lo logró pero los militares y sacerdotes no perdieron su poder por decreto y muchos años harían falta para pasar a segundo plano. Todavía gobernaron hasta bien entrado el siglo XX con el general Lázaro Cárdenas del Río y Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Bien.

En este contexto de zozobra don Benito Juárez, fue cuatro veces presidente de la república, muriendo de angina de pecho en su cuarto mandato. Le siguió como presidente Sebastián Lerdo de Tejada entre 1872 hasta 1976. Como se ve ya estaba en el ambiente el repudio por la reelección y con este pretexto se alzó en armas el general Porfirio Díaz jurando combatir este hecho pero que, tan luego llegó al poder no lo soltó sino con otro movimiento armado, la revolución mexicana de 1910. No nos fue bien con esta primera transformación en lo material pues e perdió más de la mitad del territorio mexicano y en lo político se balbuceaba.

Esta segunda transformación fue muy difícil para el Estado mexicano y tratando de llegar a la democracia nos quedamos como pueblo estancados en la dictadura personal de Díaz y quedando en predicho los gobiernos de Juárez y de Lerdo de Tejada como antecedentes dictatoriales. Claro, no se puede juzgar este periodo con los hechos y actos malos sin en su integridad pues sería injusto. Sin embargo, esto lo dejaremos para otra ocasión. Por el momento solo diremos que en lo político se tuvieron claroscuros. Avance político y jurídico con Juárez y retroceso político, social y económico con Díaz a grandes rasgos. En esta segunda transformación el Estado mexicano se consolidó pero al pueblo, en general, no le fue bien.  

La tercera transformación se hizo contra la dictadura personal de Díaz. Como reacción se dio una contrarrevolución liderada por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta. Son asesinados Francisco I. Madero y José María Pino Suárez y la revolución siguió con una matazón de líderes y pueblo. Fueron muertos violentamente Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Felipe Ángeles por nombrar algunos. La economía quedó devastada. Con todo, esto no es lo más grave; lo más grave fue que se sujetó al pueblo mexicano a la dictadura del partido único de Estado, el Partido Revolucionario Institucional por 89 años.

La primera transformación tuvo un lapso de tiempo de 49 años, la segunda 53 y la tercera 108. Si bien de fondo y en definitiva no hemos podido transitar hacia la democracia plena no menos cierto es que durante estos periodos se han logrado construir instituciones y avanzar en lo político, en lo jurídico y social; en lo económico estamos peor con la deuda de más de diez billones de pesos. Como se ve, la tarea es mucha.

Es necesario tomar plena consciencia y no esperar que esta “Cuarta Transformación”, se haga en poco tiempo y por decreto. El problema central de los mexicanos viene desde los pueblos prehispánicos. El imperio mexica estaba sostenido por las armas y no le faltaban enemigos poderosos como los tlaxcaltecas que al final fueron los que terminaron derrotándolos en alianza con los españoles, cholultecas, huejotzincas y demás aliados. Claro, los españoles, menos de mil, supieron sacar la gran tajada de esta unión artificial.

En la guerra de independencia fue el pueblo mexicano quien se enfrascó en la guerra civil entre los que estaban por la independencia y los que querían seguir gobernando y perteneciendo al imperio español.

En la guerra de Reforma fueron mexicanos, liberales contra conservadores, los que derramaron sangre mexicana por tratar de imponer cada grupo su visión de modelo político, república o monarquía y que dio paso a la injerencia extranjera de Inglaterra, Francia, España y los Estados Unidos de Norteamérica para bien y para mal.  

La revolución mexicana fue lo mismo, guerra intestina con resultados no favorables para la nación mexicana sin que todo haya sido malo. Pero lo central es que, somos los mexicanos los que nos enfrascamos en combatirnos entre si al punto de no dejarnos avanzar hacia el bienestar general sino personal, parcial y de grupos.

Ojala y este breviario histórico nos haga reflexionar y dejar las diferencias radicales para poder construir en definitiva un régimen democrático y justo en donde todos tengamos oportunidades de educación, de salud, de seguridad pública, de trabajo, de libertad y justicia y se erradiquen las formas monárquicas del gobierno y se cumpla en lo posible la igualdad humana en sus términos reales y no ideales.



viernes, 28 de septiembre de 2018

GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA Y LA IGNORANCIA




El sistema Presidencial estuvo y todavía está basado antivalores como la mentira, en la simulación, en la ideología del patriotismo pero eso se agotó. En consecuencia, se debe construir un régimen político basado en valores que sean benéficos para el pueblo y se dejen las simulaciones. Pero esto no se podrá llevar a cabo si siguen estas prácticas por los propios promotores de cambio.

El diputado federal Gerardo Fernández Noroña tiene su cápsula en SDPnoticias donde da noticias sobre los hechos políticos y jurídicos. Es bueno que quienes estén dentro del poder político expresen su punto de vista con base en los hechos pero deben hacerlo so solo con conocimiento de causa sino estar capacitados para poder ser lo más exactos posibles y en esto es lo que falla estrepitosamente el dicho legislador. De antemano, manifiesto que no conozco a Fernández Noroña de manera personal más que de cierta conferencia que he ocurrido, no más. De la misma manera expreso que no tengo ninguna pasión en su contra ni interés más que el de la verdad y porque es servidor público en mi calidad de abogado, pasante de filosofía y escritor. Por lo demás me es irrelevante su persona.

Dice en su capsula de fecha veintiocho de septiembre de dos mil dieciocho que en el caso de Javier Duarte de Ochoa que robo a los veracruzanos y al pueblo de México. Esto es inexacto dado que el entonces gobernador tenía bajo su responsabilidad lo público y no se puede cometer el delito de robo sobre lo que se tiene o posee, es absurdo, cometió delitos diversos pero no el de robo.

Le parece de risa la multa que le impuso el juez de la causa (alrededor de 59, 000pesos) y es cierto pero de eso a sostener que si un pobre se roba un bolillo le imponen una sentencia de diez años es un despropósito. No dudo de las injusticias porque soy abogado y la práctica del Derecho en diversas áreas me ha abierto los ojos desde hace mucho de cómo funcionan los jueces a la hora de impartir justicia. Sin embargo, nunca me he encontrado con un caso de esa naturaleza y en todo caso se pagaría la reparación del daño porque no son delitos graves a menos que tengan las agravantes señaladas en la ley penal. Insisto, eso que cuenta el diputado es falso.

En cuanto a los hechos que dice le ocurrieron en Santiago Tianguistenco (imagino estado de México),  es inverosímil que a una persona por presenciar una violación –como lo asevera el diputado- se le imponga una sentencia de setenta años; es de locura y más si el delito –como lo sostiene Fernández Noroña- no es secuestro. Antes de hablar, el diputado debería por lo menos leer el proceso o carpeta de investigación porque en caso contrario sus palabras devienen en huecas, carentes de sustento. Y, de esta manera confunde a sus audiencia y videntes.

Después viene un momento de sentimentalismo que esta por demás. Sigue con la repartición de culpas y le toca a Duarte de Ochoa, a Peña Nieto y, a lo que él, llama Poder Judicial; claro, ignora que eso que llama Poder Judicial es en realidad el Órgano Judicial. Ideas viejas. Ahora bien, no dudo de la existencia de jueces de consigna y de los excesos den el Órgano Judicial pero de eso a culpar a todos el órgano es una falsedad. Por mi parte ignoro si el dicho servidor público hay tenido la fortuna buena o mala de defender a un imputado, procesado o sentenciado pero es casi en automático que ignora el procedimiento judicial.

Con relación a lo político –mezcla los dos rubros en su capsula- es falso que se hallan elegido el primero de julio el Poder Legislativo y el Poder Judicial pues como ya dije son órganos. Es cierto que esa antigualla de llamar Poder esa los Órganos está en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos pero insisto son errores que no se le pueden seguir repitiendo pues precisamente se trata del cambio y, eso conlleva a la adopción fundada de conceptos adecuados.

Por si esto no fuera suficiente en errores sostiene que México es un país. Para la conversación coloquial o informal se puede aceptar que se diga que México es un País pero nunca he encontrado desde la Ciudad-Estado, es decir, desde hace veinticinco siglos una “Teoría del País” por la simple razón de hablarse del Estado. Ignoro si algún despistado haya nombrado su obra con este término.

Es impresionante que en tres minutos con treinta y un segundos se puedan decir tantos desatinos. ¿Acaso ignora Fernández Noroña que a ese régimen que critica ya pertenece?. Él es parte de este gobierno. No sé qué esperan en el Congreso General para presentar iniciativas para combatir lo que tanto critican. Esto es surrealista.

Yo invito a Fernández Noroña que, realmente estudie y reflexione pues no se puede siquiera construir un nuevo régimen teniendo un embrollo oscuro en calidad de ideas. Claro, esa misma invitación va para los restantes legisladores porque para ejecutar sus facultades deben estar preparados. Prometieron el oro y el moro, solo les queda cumplir o morir –en sentido figurado- en el intento.

Finalmente, se les debe apoyar porque, efectivamente –como lo dice el diputado- sin la fuerza del pueblo no es posible transitar hacia la democracia plena. Y, no nos podemos permitir el lujo ruin de combatir a nuestros propios representantes pero tampoco podemos volvernos cómplices en sus flaquezas, limitaciones o excesos. Volvernos cómplices de su ignorancia es poner a disposición de los corruptos nuevamente lo público, el Estado.

MEXICAS Y ESPARTANOS




Los pueblos antiguos tuvieron que volverse guerreros para poder vivir, convivir y sobrevivir entre tantos peligros. Los valores que tuvieron que adoptar los hacia particulares entre los demás. Era la mentalidad los que los hacia distinguirse en primera instancia y después, la práctica los marcaba.

Los espartanos adoptaron como virtudes la fuerza para volverse guerreros de elite. Fueron los primeros en Europa que profesionalizaron su ejército. Los guerreros desde los siete años eran puestos a disposición del Estado para ser educados en la guerra, volviéndolos gradualmente los mejores entre los mejores. Su disciplina los llevo a ser considerados los mejores guerreros del mundo conocido y lo demostraron, con tan aproximadamente 7,300 guerreros, en las Termopilas, al detener a los persas durante días a un ejército de alrededor de 200,000 soldados comandados por Jerjes.

Los únicos que podían sobresalir y obtener una lápida en el panteón lo eran las mujeres que morían de parto y los guerreros muertos en combate. Creían que se morir por el Estado era la gloria máxima.

Por su parte los mexicas tenían los mismos valores. Los jóvenes eran puestos a disposición del Estado mexica para que se educaran en diversas artes y, para la guerra. La única forma de que un macegual podía escalar en la pirámide social era sobresaliendo en batalla.

Entre los mexicas también el Estado se encargaba de su educación en todas las artes y en la guerra. Su educación era muy rígida para inculcarles las virtudes de valor, de decir la verdad, de sacrificio y todas las virtudes que fueran menester para la grandeza del Estado.

La única forma de que las mujeres mexicas fueran canonizadas era si morían de parto; se volvían divinas y sus cuerpos eran deseados al punto de tratar de robárselos o mutilarlos para adquirir sus poderes. Los guerreros se robaban el dedo corazón de la mano izquierda para ponerlo en la rodela y con ello creían poder ganar en combate.

Los guerreros solo podían ir al cielo si morían en batalla o muertos en sacrificio por los enemigos. Se imaginaban una especie de edén donde había arboledas, bosques y las ofrendas que les obsequiaban los vivos, donde los guerreros moraban y después de cuatro años de viajar con el Sol se tornaban pájaros de diversas clases y volvían al mundo material.

Los mexicas en menos de 200 años habían conquistado todo el centro de lo que hoy, es México hasta llegar de mar a mar y hasta Guatemala. Dos pueblos unidos por las virtudes, disciplina.



LA LEVA EN LA CUARTA TRANSFORMACIÓN




En cada época donde se llega al final de su vigencia la gente se llena de anhelos, esperanzas e ilusiones de una vida mejor, de un futuro utópico y, no es raro que el entusiasmo se transforme y, llegue hasta el fanatismo que siegue la razón y, se llegue a la violencia verbal y física. Son tiempos de crisis donde se sabe muy poco sobre lo que se quiere y la forma de cómo hacerlo. Los errores son el sello distintivo se quiera o no. Basta con ver cualquier movimiento social de cambio o revolucionario. Las tres Transformaciones nos dan idea de esto.

Para llegar al punto de una transformación, un cambio hace falta que concurran diversos factores propios y ajenos. Las contradicciones surgen como producto de esas fuerzas desatadas ya sean propias o ajenas. Por ello, en este momento no debe sorprender que personajes de otros partidos e incluso quienes eran contrarios al cambio se sumen y sean promotores activos tanto en lo ideológico como en la práctica. Resulta raro tanto como ver crecer praderas en el desierto; sin embargo, esto es común en estos tiempos de cambio.

A Miguel Hidalgo y costilla se le sumaron no solo el pueblo llano que arrasaba como marabunta todo lo que encontraba a su paso sino también hacendados que hasta hacia poco era impensable que lo hicieran; el cambio de circunstancias, de una nueva realidad con todos sus factores permitió esto pues hasta autoridades estaban sumadas al cambio revolucionario de independencia. En este punto de quiebre no es raro que las ideologías se pulvericen y los poco entendidos hagan criticas fuera de este contexto.

La segunda y tercera transformación tampoco estuvieron exentas de sus contradicciones y no se tiene porque esperar hechos y actos diferentes en este momento. Si bien todavía no toma posesión el jefe del ejecutivo electo pero ya está perfilada la línea de actuación y que él mismo ha dictado. De esto que no quepa duda. Como era de esperarse los errores han surgido como producto de la falta de experiencia en el gobierno. Es el choque de la ideología con la realidad. Pero además la ideología tiene un defecto muy marcado como arma política es verdaderamente atractiva pues ofrece lo que el pueblo anhela pero a la hora de aplicarse en la realidad muestra sus limitaciones, sus muñones en donde debería haber brazos y manos.

Como cualquier movimiento de transformación hace falta ahora un ejército de mujeres y hombres que den la lucha en todos los frentes; en lo periodístico, en lo ideológico, en la administración, en la impartición de justicia y en la creación de leyes; es decir, en la destrucción de las bases (por lo menos) del anterior régimen para evitar su retorno y de allí partir hacia la construcción de uno nuevo y que ni duda cabe que esta es la mayor aspiración del pueblo mexicano con sus consabida oposición dialéctica. Ese ejercito ya está conformado y los legisladores federales y estatales son la avanzada de esa transformación.

Ahora bien, ese ejercito de avanzada como tenía que ser se ha formado como se formó el ejército revolucionario de independencia por puro entusiasmo, poca preparación, con mandos en espera de la orden de avance definitivo y con mínima idea del futuro pero muy activos en la lucha contra el pasado. Repito, esto no tiene porque asustar sino a los idealistas; así es la realidad.

Hay entre los legisladores los que fueron escogidos como en la leva revolucionaria sin saber de armas ni de estrategias de guerra; estos sin saber de política y de creación de leyes que den muerte al antiguo régimen y conformen a lo menos el perfil del nuevo Estado mexicano. Mucho entusiasmo y poco orden. Ahora bien, que no extrañe que haya arribistas, oportunistas y ambiciosos que únicamente busquen alcanzar un nuevo grado de vida o de plano hacer negocios en lo público. En efecto, las pasiones humanas no han cambiado desde prácticamente los seres humanos han puesto como fin vivir en sociedad y, no será diferente ahora ni por que se haya dado una aparente epidemia de honradez ni por decreto. Eros y tánatos (el amor y la muerte) siguen tan vigentes como hace miles de años.

Hasta ahora el trabajo de esta avanzada legislativa se ha centrado, como debe ser, en destruir el viejo régimen que no deja de dar trabajo. En este contexto se ha visto o mejor dicho no se han visto todos aquellos candidatos a legisladores subir a tribuna, presentar iniciativas de leyes o siquiera dar declaraciones a los medios de comunicación. La realidad del escenario político los mantiene por si solo a raya. Claro, no faltan los viejos legisladores que dirigen tras bambalinas la actuación d estos bisoños legisladores.

Con la toma de posesión del presidente electo se iniciara la marcha hacia lo que es hoy todavía el anhelo plasmado en palabras “La Cuarta Transformación”,  que es tanto como decir “Sufragio Efectivo, no Reelección”, “Tierra y Libertad”  o “Que se Detenga al Neoliberalismo”. ¿Qué se debe esperar?, pues que se inicie el desmantelamiento de toda la estructura dentro del Estado mexicano de lo que resta del Presidencialismo; es decir, del régimen priista para poder; ahora si a transitar hacia un nuevo régimen político y si es posible hacia la conformación de un nuevo Estado mexicano. Junto con estas actividades es de esperarse errores, sainetes, excesos, deficiencias, luces, sombras; sorpresas para bien y para mal.

¿Qué se debe esperar del pueblo?. Numero uno; el apoyo decisivo para poder lograr el acabose del antiguo régimen político y la creación del nuevo. Segundo, la participación del pueblo ahora ya como gobernado para que esto no se tuerza tan pronto que aborte la misión. Para ello hace falta que el pueblo madure gradualmente y este bien informado para no desfallecer o mal entender al gobierno. La tarea es titánica y, inmediato, mediato y, a largo plazo para lograr esa Cuarta Transformación que hoy se nos presenta como fantasma que deambula por las calles ideológicas y es menester que se materialice en todo el Estado como producto de la actividad política de gobierno y pueblo.

Finalmente, se debe tener en cuenta que durante todo el tiempo pasado se impedía la libertad de expresión, la crítica al punto de considerase delito o pecado con sus consecuencias rígidas en penas de hasta la muerte. El remedio contra un régimen totalitarista o con excesos lo es la libertad de expresión y la corrección a la mal apolítica también lo es la libertad de expresión. Por eso no debe molestar ni espantar que haya libertad de expresión y excesos

No se ha logrado el derecho a la libre expresión como arma contra los adversarios políticos o el gobierno y como silencio a favor de los gobernantes del agrado propio. Si para los malos gobiernos la libre expresión es el remedio, para los gobiernos democráticos es la forma de mantenerlo en la sana línea de lo justo; es decir, en todo momento se debe mantener la libre expresión, la crítica tanto para corregir como para mantener la salud política.



domingo, 23 de septiembre de 2018

EL VALOR DE LOS MEXICAS ANTE LOS ESPAÑOLES Y DEMÁS ALIADOS




Es muy bueno leer la historia de los prehispánicos para saber cómo era el carácter de los mismos, su vida, costumbres, ciencia, filosofía, economía, sociedad y arte que son los ejes centrales de toda sociedad para poder hacerse una idea clara.

Es sorprendente como se ha evitado decir la verdad sobre los pueblos prehispánicos y como se ha maquillado todo para que los españoles parezcan como súper hombres y los prehispánicos como seres inferiores. No hay escritor que se atreva a pensar sobre los hechos y desmenuzarlos filosóficamente. Quizá no han tenido tal calidad o quizá no era el momento.

Eran todo los mexicas y en especial sanguinarios pero no bárbaros y para dominar entre pueblos fuertes era menester este rasgo en este contexto. La valentía era una virtud cotidiana. Los menos de mil españoles no hubieran servido ni de entrada para los mexicanos si no hubieran estado protegidos por los tlaxcaltecas, grandes guerreros, tan valientes como los mexicas. Ahora bien, no se puede culpar a los tlaxcaltecas por apoyar a los españoles, eran enemigos jurados de los de Tenochtitlan.

En efecto, si los tlaxcaltecas no hubieran estado como buenos padres de los españoles en sus primeros pasos, estos hubieran sido literalmente devorados en lo que hoy conocemos como pozole. Con todo, no se trata de menoscabar la valentía de los españoles pues la tenían pero no eran superiores como guerreros ante los naturales. Las circunstancias les permitieron ser benefactores de las contradicciones del imperio mexica; no más.

La totalidad de obras escritas sobre la conquista siguen la línea de Thomas Carlyle quien en su obra considera que son los héroes, los líderes, los caudillos los que escriben la historia y dejan su impronta en la vida hasta que llega otro héroe y cambia con sus acciones todo lo que sus fuerzas le permitan. Es un craso error creer esto pues se desestiman las circunstancias sociales, políticas, geográficas, económicas, morales y éticas. Otra de las limitaciones que se hayan siempre presentes es que todos los historiadores de la conquista de México son religiosos y de continuo se ven obligados a torcer los hechos influenciados por sus creencias religiosas. Pues bien este tipo de historia no deja de ser importante pues nos traen a colación los hechos para que sean conocidos; siempre tratando de ser imparciales y con toda la frialdad posible.

William H. Prescott es uno de los historiadores que trata el tema de la conquista de México que atribuye toda la gloria a los españoles y donde los tlaxcaltecas, cholultecas, huejotzincas, los de Otumba y demás aliados contra los mexicas fueran meros fantasmas, títeres o comparsas que se movían sin voluntad alguna. Por supuesto que no; los tlaxcaltecas tenían sus razones vengativas, su odio y el interés por acabar con la guerra que les daban los mexicanos y los demás pueblos lo mismo. Si esta circunstancia política no hubiera existido (La división entre tlaxcaltecas y mexicas), Hernán Cortés no hubiera siquiera llegado a Tenochtitlan, ahí estala historia contada por los propios españoles eso si mal contada, sesgada, camuflada y permitida. Dicho lo anterior paso a transcribir una fragmento de la obra de Prescott[1] y que se sitúa después de diversas victorias de los enemigos de los mexicas.

“Esperando Cortes encontrar el orgullo de los nativos algo humillado con estos reveses, determinó con su acostumbrada política proponerles bases ventajosas para una negociación. Invitó pues al enemigo a un parlamento, y luego que se reunieron en la gran plaza los principales jefes con sus respectivas comitivas, subió a la torrecilla ocupada antes por Moctezuma, e hizo señas de que quería hablarles. Marina se colocó, a su lado en clase de interprete, y la multitud miraba con ansiosa curiosidad a la joven india, (sic) cuyo influjo sobre los españoles, y particularmente sus relaciones con el general, hicieron que los aztecas le designaran con el nombre mexicano de Malinche[2]. Hablando Cortés por la suave y armoniosa voz de su favorita, dijo a los mexicanos, que debían estar ya convencidos de que nada podían esperar de su oposición a los españoles. Habían visto a sus dioses arrastrados por el polvo, destruidos sus altares, incendiados sus edificios y muertos sus guerreros. “Todos estos males –continuo- os ha ocasionado vuestra rebelión. Y, sin embargo, por el afecto que aun os profesa vuestro soberano, a quien habéis tratado indignamente, suspenderé gustoso las hostilidades si deponéis las armas y volvéis a la obediencia. Pero si así no lo hacéis –concluyó- ¡convertiré vuestra ciudad en un montón de cenizas, y no dejare alma viviente que llore sobre ellas!”

Pero aún no conocía bien todavía el capitán español el carácter de los aztecas, si creyó intimidarlos con amenazas. Pacíficos en su exterior y tardos para obrar, era tanto más difícil calmar su exaltación cuando habían sido excitados una vez, y entonces, que habían sido conmovidos hasta lo más íntimo, no había voz humana que pudiera apaciguar la tempestad. Sin embargo, puede ser muy bien que no se hubiera equivocado Cortés tanto en cuanto al carácter del pueblo. Tal vez conoció que un tono de autoridad era el único que podía tomar con alguna esperanza de cambiar su posición, en la que un lenguaje más moderado y conciliador, manifestando la convicción que tenia de la superioridad del enemigo, habría desconcertado indudablemente sus planes.

Era cierto, contestaron, que habían sido destruidos sus templos, abatidos sus dioses y muertos sus compatriotas. Muchos más sin duda habrían de perecer bajo las terribles armas del español; pero ellos quedarían contentos entre tanto pudieran derramarla sangre de uno solo de los enemigos, por la de cada mil mexicanos”.[3] Mirad –continuaron diciendo- nuestras azoteas y calles; vedlas pobladas aun de guerreros hasta donde puede alcanzar la vista. Apenas si aminora nuestro número con las pérdidas sufridas, cuando el vuestro cada hora se disminuye. Vosotros perecéis de hambre y enfermedades. Están para acabarse vuestras provisiones y el agua, y pronto debéis caer en nuestras manos. Las puentes están levantadas y no podéis escapar.[4] Pocos de vosotros dejareis de experimentar la venganza de nuestros dioses.” Cuando concluyeron, arrojaron sobre las murallas una lluvia d flechas, que obligó a los españoles a bajar y refugiarse dentro de las fortificaciones.

 Este fiero e indomable espíritu de los aztecas lleno de espanto a los sitiados. Todo lo que habían hecho y sufrido, los combates de día, las vigilias de noche, los peligros que habían desafiado, y aun las victorias que habían ganado, de nada les servía. Era demasiado claro que no tenían ya el resorte de la antigua superstición que obraba en el corazón de los nativos, quienes como fieras que han roto las ligaduras que las aseguraban, parecían ensordecidos y triunfantes con el completo conocimiento de su fuerza. La noticia de la rotura de los puentes, sonó en el oído de los españoles como el toque de la muerte; todo lo que habían oído era demasiado cierto, mirábanse los unos a los otros con ansiedad y temor.

Pues bien, esta es la realidad y Cortés no volverá a cometer el mismo error y traerá en lo sucesivo a los tlaxcaltecas en gran número, a los cholultecas, huejotzincas y todos los enemigos de los mexicas. Esa es la vena de valentía que cortaron a los prehispánicos para su dominación y que debe resurgir.



[1] Prescott, H. William. Historia de la conquista de México.
México. 2000. Editorial Porrúa. Colección “Sepan Cuantos…”. Paginas
[2] Este es el nombre con que aún es celebrada en las canciones populares de México.
[3] Según Cortés, se vanagloriaron en estilo más altivo, de que podían morir veinticinco mil por uno, “a morir veinte y cinco mil de ellos y uno de los nuestros”. “Rel. Seg.” De Cortes, en Lorenzana. Pág. 139.
[4] Que todas las calzadas de las entradas de la ciudad eran deshechas, como de hecho pasaba.” Ibíd., loc. Cit. Oviedo. Historia de las Indias, MS., lib. 33, cap. 13.