LA HORA CERO DEL RÉGIMEN
DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL
Los
intelectuales se dan de topes para tratar de saber cómo cayó el régimen Presidencial
y no están lejos de comprenderlo. Si se les dijera que el propio partido único de
Estado, el PRI, fue el propio actor principal de su destrucción seguramente se volverían
más histéricos de lo que están pues no es creíble. Con todo, es la verdad. Fue
un suicidio inducido y nunca se dieron cuenta los priístas de ello. En realidad,
los políticos son victimas de su propia ceguera y corrupción. Trataré de contar
esta historia con brevedad.
Todo
se inició en 1984, cuando el sistema financiero colapsó y el gobierno mexicano,
encabezado por Miguel de la Madrid Hurtado, nacionalizó la banca mexicana,
misma que después se privatizó a precios bajos. Esto en detrimento de las arcas
del Estado. En este momento el Estado mexicano era cerrado, no admitía que se
supiera n las noticias verdaderas; se construía la verdad por medio de la
Secretaria de Gobernación que era el Santo Oficio que decía que noticias se
daban y como se daban en ratio, prensa y televisión, aunque había sus
excepciones. En esa época el PRI todavía era el partido único de Estado y tenía
sus tres grandes sectores: el obrero, el campesino y el popular como medios de
control social. La política social derramaba millones de pesos sobres estos
tres grandes sectores que dependían del gobierno. PRI y Estado eran una y única
cosa. Todo estaba controlado; la mayoría del pueblo mexicano era priísta, pero
en ese año se inició el descontrol sin que hubiera síntomas de ello. Esto pasó
desapercibido.
No
bien había pasado esto en la economía cuando en 1988, salieron del PRI Cuauhtémoc
Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y muchos otros personajes de vital importancia.
Sin que lo supieran ni los propios actores políticos se estaba gestando la caída
del régimen totalitarista. Tenía sus años contados. Pasarían 34 años para que, en 2018, se viera
con toda claridad el resultado de este proceso.
En
1988, se conformó, el Frente Democrático Nacional, con diversos partidos de
izquierda y postularon a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato. Las elecciones
presidenciales de 1988, no fueron ni de lejos claras sino todo lo contrario. Perdió
Cárdenas. Eso es historia. Y, que historia. Eso dejo secuelas políticas negativas
para el PRI, que, sin embargo, no se veían; tanto por la ceguera de los políticos
como por la falta de síntomas claros de ello. Pero el régimen perdía crédito de
manera gradual.
Pero
he dicho una y, otra vez que los actos y, hechos extranjeros y de organismos
como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los poderosos Estados
capitalistas son incluso más importantes que lo que pasa aquí, en México. Estos
actores ordenaron o presionaron para que, se privatizara todo lo público; es
decir, debilitaron al Estado mexicano, para que los gobernados se volvieran
consumidores, tantos derechos y un Estado cerrado impedían que triunfara el
Neoliberalismo en México; eso debería acabar.
El
Capitalismo liberó a los siervos de los señores feudales y así terminó LA Edad Media,
si en occidente el Dios cristiano había regido la vida; en la época de la economía
el dinero, la producción y el consumismo iban a regir la vida en todos sus ámbitos;
el Dios es la economía; se pasó de la teología a la economía como rectora de la
vida. El Papa, en la actualidad es un símbolo decadente y la economía el símbolo
de la actualidad.
En
la Edad Media no había propiamente una consciencia del ser como individuo se pertenecía
a un grupo como los panaderos, los herreros, campesinos, albañiles y que eran cerrados
pues el conocimiento se transmitía a su propio grupo y aunque físicamente eran
individuos mentalmente se pensaba como grupo.
El
Capitalismo liberó a los siervos de los señores feudales para poder explotarlos
libremente; de eso, se dio plena cuenta Marx y muchos otros y dieron la solución
teórica pero que en la realidad no se pudo lograr y esto, malamente decantó en
la dictadura de los partidos de izquierda como en la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas),
y esto, con su caída, dejó el camino libre al Neoliberalismo.
En
México, el Neoliberalismo, no habría tenido éxito con la política totalitarista
del PRI; claro, eso el FMI, no se lo dijo al PRI; cuando le ordenó privatizar y
mientras más privatizaba el PRI, más perdía poder político pues mandaba a sus
electores a la iniciativa privada (los liberaba), con el surgimiento de más
partidos se le complicaba el escenario político. En ese mismo contexto, el PRI,
perdía la rectoría del Estado pues la misma se fue trasladándose a las
trasnacionales.
El
Santo Oficio, la Secretaria de Gobernación quedó, obsoleta con el triunfo de
las Redes Sociales, que pronto fue una herramienta de comunicación y de organización
a la par de poner en evidencia la enorme e imparable corrupción del gobierno. Lo
exterior y lo interno estaban en una sinergia que harían caer lo que se creía imposible:
el fin del Presidencialismo.
Para
el 2000, el PRI perdía el gobierno federal y las gubernaturas de varios estados
y municipios. 12 años duró el priismo panista. En el 2012, el PRI volvió a
ganar el pode federal, pero cometió el craso error, la victoria pírrica de
privatizar todo lo que hacía falta y eso fue el tiro final directo al corazón del
régimen. No iba haber un más allá de eso.
Esas
reformas tenían como fin en liberar a los mexicanos de la dependencia que, con
el PRI, tenían del Estado. Había muchos derechos para los campesinos que, vivían
con la seguridad de que su ejido era inembargable y le daba para vivir; los
obreros podían, en caso de ser despedidos injustamente, demandar y lograr que
se les indemnizara conforme a la ley. La educación era medianamente gratuita,
lo mismo la seguridad, pero todo eso se terminó. El fin era dejar a los
mexicanos libres de la dependencia del Estado, desnudos de todos derechos y se volvieran
neoliberales y esto se consiguió. Los mexicanos entraron a este régimen, pero también
tomaron conciencia y se despojaron del antiguo régimen Presidencial para nunca
volver.
E
nuevo régimen puede ser virtuoso o ser un fiasco, pero al pasado priista o
panista nunca se volverá. No hay que engañarse. Es una lucha perdida de
antemano. Lo que hoy exigen las circunstancias es que, los individuos se salven
por sí mismos. El gobierno actual ha dado tan poco que confirma lo aquí dicho.
No más un Estado paternalista. Por más que se quiera, la 4T, no va a salvar al
pueblo, este se debe salvar así mismo. Esto no es malo por sí mismo. Si se mira
bien se debe actuar en consecuencia y montarse en los rieles de la vida para
poder sobrevivir a esta realidad. Esto no es fácil ni se entiende y menos se
acepta.
Dice
Miguel Barbosa que ha dado 300 despensas, mismas que no alcanzan para escasos
15 días; el gobierno federal va en la misma línea; los gobiernos municipales
llevan la misma línea. No quedan más que las acciones individuales. Y, en
efecto, los más fuertes pasarán esta dura prueba. El árbol de la vida ha sido
sacudido y seguirá siendo sacudido sin ninguna delicadeza, por desgracia.
Una
mala o buena noticia se saca de todo esto. La marcha es larga y no hay ninguna
cosa que se pueda hacer para implantar el pasado como forma de vida; no va bien
sino muy mal. Incluso la 4T, puede terminar como las tres anteriores, pero eso
no significa, de manera alguna, que tenga el pasado derecho alguno para
instalarse como actualidad.
La
única tarea es construir con toda la fuerza que se tiene y se puede construir
un Estado fuerte. Como mexicanos no somos más pero tampoco menos que los demás pueblos
y, en consecuencia, poder dar una que otra buena sorpresa.
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