EL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL COMO FACTOR DE TRIUNFO DE
MORENA
Los
seres humanos somos proclives a no aceptar las consecuencias negativas de nuestros
actos y, hechos; negamos y rara vez aceptamos dichas consecuencias. Esto ha
pasado a los panistas y todos los derrotados en las anteriores elecciones de 2018.
Sin embargo, los conservadores son tan responsables del triunfo de Andrés Manuel López
Obrador como de todos los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional.
Esto parece una mentira, pero no lo es pues bien puede demostrarse.
Para
lograr entender los actos y hechos en las elecciones de 2018, se deben analizar
todos y cada uno de los factores que hayan tenido incidencia en las mismas. En
el caso presente los efectos de la política conservadora. Dos sexenios gobernaron. Tienen
diversas gubernaturas, municipalidades, diputados y senadores en la actualidad.
Bien, todas las actuaciones y hechos tantos jurídicos como políticos. Toda la
suma de sus actos y hechos jurídicos como políticos pueden crear para un
partido y sus integrantes un crédito o un descrédito y en el caso del panismo
crearon un descrédito los 12 años de gobierno federal, gobiernos estatales y
municipales. A esto se le debe sumar el resultado de las actuaciones y hechos jurídicos
y políticos que hayan creado sus senadores, diputados, dirigentes y militancia
en general. Todo esto no ha sumado para bien sino para mal.
Los
panistas calcularon mal y tal vez no tenían más opción momentánea que aliarse
con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución
Democrática (PRD), fundamentalmente; esto fue percibido por la población en
general y los votantes en particular como no favorable para la administración del
Estado mexicano. Después de una larga experiencia de probar con la alternancia
con la primera gubernatura perdida por el PRI, Baja California Norte con
Ernesto Ruffo en 1989, pasando por la pérdida de mayoría absoluta en la Cámara
de Diputados hasta la alternancia en el poder político en el gobierno federal,
el pueblo de México decidió retirarle la mermada confianza al PAN.
Los
actos y hechos de los panistas les crearon un descrédito y es paradójico que
entre más trataban de obtener el poder político los resultados se les escapaban
de las manos y los resultados en 2018, iban a tomar a todos por sorpresa. El
panismo se disolvió quedando muy maltrecho; incluso diversos actores políticos del
PAN se sumaron a Morena. Es cierto que, los conservadores que se quedaron con el
PAN, contribuyeron involuntariamente al triunfo de AMLO pero toda la suma de la
enorme corrupción, el desprecio por los pobres (votantes), sus dogmas
religiosos queriéndolos imponer como política, sus excesos, sus desaciertos y
su lejanía con los votantes los llevaron a obtener resultados magros. Por todo ello,
los panistas no tienen derecho a quejarse del triunfo de Morena pues son
directa aunque involuntariamente responsables.
Ahora
bien, en política no todo se gana ni se pierde todo. Los panistas deberían cambiar
sus dogmas como forma de política y actualizarse en las nuevas circunstancias
de la vida pues, por momentos parecen pensar y como en vivir en la Edad Media. Además,
los conservadores deben, si es que quieren, un poco de crédito, detener su corrupción,
su simulación democrática y todo lo malo que les impide tener veracidad en la
vida política. No se puede explicar la abrumadora votación a favor de MORENA
sin la contribución de los conservadores. Lo demás es mera irracionalidad.
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