LOS ALIADOS DE LOS ESPAÑOLES EN LA CONQUISTA
La
construcción de la historia oficial se hace según convenga y con grandes
errores, omisiones y hechos distorsionados; es necesario estudiar sin
prejuicios para lograr hallar la verdad. La llamada conquista de México, generalmente
se cuenta de una manera parca, distorsionada y superficial. En consecuencia, la
mayoría de mexicanos piensan que de España (todavía no existía España como
estado), vino un ejército compuesto de súper hombres cultos, muy superiores a
los seres humanos naturales de este continente, muy superiores en cultura y con
armas poderosísimas. No hay tal, el imperio mexicano mantenía una unidad
endeble bajo el yugo militar de la nobleza mexicana y haría falta más que un
elemento extraño para que, se resquebrajara de manera inevitable.
Es
cierto que los tlaxcaltecas fueron la punta de playa por donde se inició la caída
del imperio, pero mal se haría en no darse a saber la verdad y esta es muy
diferente a lo que se cree de común. Los aliados de los españoles (que no
llegaban a más de mil y que en su mayoría eran aventureros), fueron muchos. Se
puede dar una lista de los más importantes y con ello, se podrá entender mejor
la derrota de los mexicas.
En
la época prehispánica había centenares de pueblos y cada uno luchaba por
mantener su identidad; al ser sometidos por los mexicanos caían rendidos físicamente
pero mentalmente seguían añorando su libertad y su identidad particular. No había
una unidad ni una identidad como pueblo mexicano. La pluralidad de pueblos no
lo permitía y la tiranía impositiva mantenía encendido el odio hacia los
mexicanos.
Los
tlaxcaltecas se aliaron con los españoles y de allí Cortés, sometió a Tepeaca,
a la que llamó Segura de la Frontera llevando, desde Tlaxcala, a “420 españoles
y con 6,000 flecheros tlaxcaltecas, en tanto que Xicoténcatl acababa de
levantar un ejército de 50,000 hombres”.
“En
Tzipantzinco, ciudad de Tlaxcala, se le agregó tanta gente de la republica de
Huexotzinco y de Cholula movida del rumor de la guerra, que se creyó serian por
todos 150,000 hombres”. [1]
Después
vinieron las batallas contra Guaquechollan,[2] Itzocan,[3] Xalatzinco, Tecamachalco y
Tochtepec, [4]
Texcoco, Huexotla, Coatlichan y Atenco, [5] Cuernavaca, [6] Xochimilco, [7] Iztapalapa, Mexicaltzinco,
Colhuacan, Huitzilopochco, Mizquic y Cuitlahuac, [8].
Como
se puede ver, en general todos los pueblos que anteriormente estaban sometidos
o eran aliados de los mexicanos se pasaron al lado de los españoles y con esto
la suerte del imperio estaba echada. Por muy valientes que fueran los sitiados
no había forma de que triunfaran o se salvaran.
Es
inexacto decir que, los tlaxcaltecas son traidores pues la traición únicamente se
da cuando hay amistad o alianza y es sabido que mexicanos y tlaxcaltecas eran
enemigos jurados. La visión nacionalista hace que este pensamiento siga prevaleciendo,
pero los chalcas o los texcocanos, siendo aliados de los mexicas se pasaron al
lado español junto con todos los nombrados.
La
construcción de la identidad nacional se fue desarrollando durante los
trescientos años de virreinato hasta que se dio la revolución de independencia,
desde sus preparativos en 1808 su puesta en práctica en 1810 hasta su consumación
en 1821.
Ahora
bien, esta identidad nacional no es plena ni ideal sino cambiante y muchas
veces puesta en duda; pero esto no debe alarmarnos pues la realidad es como es
y no acepta apelaciones inútiles. La división entre los pueblos prehispánicos fue
factor clave para su conquista, pero esto también dio paso a la creación de la nación
mexicana y el surgimiento del Estado mexicano y con todo, la nación mexicana
sigue su marcha y el Estado mexicano, aunque no pasa por su mejor momento se recompondrá
“A pesar de…”.
[1]
Clavijero, Francisco Javier. Historia Antigua de México.
México 2009. Editorial Porrúa. “Colección Sepan
Cuantos…”. Página 526.
[2]
Clavijero, Francisco Javier. Historia Antigua de México.
México 2009, editorial Porrúa, Colección “Sepan
Cuantos…”. Página 526.
[3] Ibídem.
Página 529.
[4] Ibídem.
Página 530.
[5] Ibídem.
Página 529.
[6] Ibídem.
Página 552,
[7] Ibídem.
Página 553.
[8] Ibídem.
Página 567.
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