domingo, 6 de octubre de 2019

EN LA HORA DE LA DEMOCRACIA, CONSERVADURISMO



EN LA HORA DE LA DEMOCRACIA, CONSERVADURISMO

Los cambios políticos en este 1 de julio de 2018, fueron a culminación de un proceso que se reinició en el año de 1988 con la formación del Frente liderado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y una gama de otros líderes políticos. El panismo, que es lo mismo que el conservadurismo teológico, pues la base política de los panistas es la religión católica con sus dogmas. Como se sabe los dogmas pretender ser “verdades eternas inmutables”, sobre los que la vida se desarrolle; esto entra en violento choque con la vida misma que es todo dinamismo, aunque en apariencia como en la Edad Media o el Porfirismo aparente calma, quietud esa misma vida, pero al final ese dinamismo hace saltar todas las estructuras dogmáticas para dar paso a una nueva etapa de la vida en sus diversos ámbitos.

El sentido conservador que el Partido Acción Nacional, pretendió dar al estado mexicano durante dos sexenios fracaso y ese fracaso le vino precisamente por la dinámica que el pueblo de México (en el contexto de los cambios externo e internos), buscó y se sumó como parte de la comunidad internacional; no fue un hecho aislado ni fortuito. Ya el pueblo mexicano había sentido la necesidad de un cambio ante el agotamiento del Presidencialismo, y, ante la incipiente democracia y las campañas de miedo en contra de las izquierdas mexicanas que, se les tildaba como males apocalípticos, optó por elegir a Vicente Fox, un gerente de la iniciativa privada venido a político y, a Felipe Calderón, un conservador que creyó estar iluminado por Dios, para dirigir exitosamente al pueblo.

La tensión entre el conservadurismo y el dinamismo de la vida que trata de florecer en la libertad, la democracia, seguían en pugna, aunque, las apariencias daban otra óptica al punto de no mostrar su rostro cambiante hasta la llegada de las elecciones del 01/007/18, donde irrumpió con una fuerza insospechada que dejó a todos sorprendidos por los resultados, lo impensable había pasado, las izquierdas llegaban al poder. Esto para el panismo fue tanto como haberse dormido un día antes con la esperanza de que, el bien derrotara al mal y despertar en una pesadilla de los últimos tiempos, había ganado “El Populismo”, “El Satán de la Política”. No hubo ni hay tal, es el dinamismo de la vida la que rompió el encorsetado y viejo traje del presidencialismo y del conservadurismo, el pueblo mato “Dos pájaros de un tiro”.

Todo esto debió de haberles quedado claro a los políticos, pero más a los panistas que tienen esperanzas reales de seguir en la lucha política pero como se sabe los políticos son sinónimo de torpeza, ignorancia y arrogancia y prefirieron seguir haciendo política de la misma manera, sin cambiar un ápice de su cantaleta de dieciocho años; las izquierdas y en concreto Andrés Manuel López Obrador es un peligro para México, con sus consabidas vertientes y propaganda panista de una visión infernal de las consecuencias de permitir su llegada al poder. Después de diez meses de gobernar el cielo sigue siendo inmensamente azul y la tierra redonda, ambos conceptos con sus matices. En resumen, no se han cumplido las profecías catastróficas que tanto siguen vociferando los panistas o que es lo mismo, no han entendido que viven en el pasado y por ello, fracasan en la política.

Hablemos de la política desde el punto de vista de la realidad radical, tenemos una democracia capitalista y habremos de cruzar el pantano porque no hay otra opción por el momento, pero si la posibilidad de su construcción, partiendo del ayer y del hoy. Los demócratas lo harán exigiendo cada vez más derechos, libertades y la consolidación de la democracia (siempre en riesgo tanto por las izquierdas como por la derecha internacional). No es casual que las mujeres exijan con buenas o malas maneras (y de eso se trata de la democracia de ensayo y error más tolerancia con sus límites), más derechos como la equidad de género, el aborto o el matrimonio igualitario, todo esto en el contexto de la democracia capitalista y profundizada por el Neoliberalismo.

Ahora bien, la exigencia de derechos amplios (el dinamismo de la vida) entra en franca confrontación con el dogmatismo panista (el conservadurismo religioso). Por su ideología política religiosa basada en la Biblia, a los conservadores les parece que se atenta contra lo sagrado, la vida por el aborto, la familia por el matrimonio igualitario o la equidad de género pues las mujeres, siempre serán consideradas de segunda categoría ante el hombre. Los derechos ya mencionados son consecuencia de la democracia Neoliberalismo que tiene como base el híper individualismo que lleva a los seres humanos a responsabilizarse de sí mismos para bien o para mal. ¡Fuera Estado paternalista!, el Neoliberalismo quiere a los seres humanos al desnudo y sin defensas externas, estatales para que se desarrolle según sus capacidades, para ello se le debe dar a la libertad y los derechos a los ciudadanos para que decidan, tal y como lo pensaron los filósofos del Iluminismo, “Sapere Aude”, “Atrévete a saber”, es decir, a vivir por ti mismo. Esto es lo que no han logrado entender los panistas y esto es la base de su fracaso político.

En efecto, la tensión entre el conservadurismo y el dinamismo de la vida impuesto por el Neoliberalismo se convierte en la dialéctica política que da como resultado la nueva realidad en México, que, sin embargo, deja al panismo en la bancarrota y de la cual se niegan a salir y siguen aferrados a tratar de vivir sino es posible en el Edén o de la Edad Media, a lo menos en un Porfirismo descafeinado. En fin, antes que la libertad, los derechos y la democracia, los panistas prefieren el viacrucis como forma de expiación de tantos pecados, el conservadurismo teológico es su respuesta en la hora temprana de democracia.

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