EN LA HORA DE LA DEMOCRACIA, CONSERVADURISMO
Los
cambios políticos en este 1 de julio de 2018, fueron a culminación de un
proceso que se reinició en el año de 1988 con la formación del Frente liderado
por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y una gama de otros líderes políticos. El
panismo, que es lo mismo que el conservadurismo teológico, pues la base
política de los panistas es la religión católica con sus dogmas. Como se sabe
los dogmas pretender ser “verdades eternas inmutables”, sobre los que la vida se
desarrolle; esto entra en violento choque con la vida misma que es todo
dinamismo, aunque en apariencia como en la Edad Media o el Porfirismo aparente
calma, quietud esa misma vida, pero al final ese dinamismo hace saltar todas
las estructuras dogmáticas para dar paso a una nueva etapa de la vida en sus
diversos ámbitos.
El
sentido conservador que el Partido Acción Nacional, pretendió dar al estado
mexicano durante dos sexenios fracaso y ese fracaso le vino precisamente por la
dinámica que el pueblo de México (en el contexto de los cambios externo e
internos), buscó y se sumó como parte de la comunidad internacional; no fue un
hecho aislado ni fortuito. Ya el pueblo mexicano había sentido la necesidad de
un cambio ante el agotamiento del Presidencialismo, y, ante la incipiente
democracia y las campañas de miedo en contra de las izquierdas mexicanas que,
se les tildaba como males apocalípticos, optó por elegir a Vicente Fox, un
gerente de la iniciativa privada venido a político y, a Felipe Calderón, un conservador
que creyó estar iluminado por Dios, para dirigir exitosamente al pueblo.
La
tensión entre el conservadurismo y el dinamismo de la vida que trata de
florecer en la libertad, la democracia, seguían en pugna, aunque, las
apariencias daban otra óptica al punto de no mostrar su rostro cambiante hasta
la llegada de las elecciones del 01/007/18, donde irrumpió con una fuerza
insospechada que dejó a todos sorprendidos por los resultados, lo impensable
había pasado, las izquierdas llegaban al poder. Esto para el panismo fue tanto
como haberse dormido un día antes con la esperanza de que, el bien derrotara al
mal y despertar en una pesadilla de los últimos tiempos, había ganado “El
Populismo”, “El Satán de la Política”. No hubo ni hay tal, es el dinamismo de
la vida la que rompió el encorsetado y viejo traje del presidencialismo y del
conservadurismo, el pueblo mato “Dos pájaros de un tiro”.
Todo
esto debió de haberles quedado claro a los políticos, pero más a los panistas
que tienen esperanzas reales de seguir en la lucha política pero como se sabe
los políticos son sinónimo de torpeza, ignorancia y arrogancia y prefirieron
seguir haciendo política de la misma manera, sin cambiar un ápice de su
cantaleta de dieciocho años; las izquierdas y en concreto Andrés Manuel López
Obrador es un peligro para México, con sus consabidas vertientes y propaganda
panista de una visión infernal de las consecuencias de permitir su llegada al
poder. Después de diez meses de gobernar el cielo sigue siendo inmensamente
azul y la tierra redonda, ambos conceptos con sus matices. En resumen, no se
han cumplido las profecías catastróficas que tanto siguen vociferando los
panistas o que es lo mismo, no han entendido que viven en el pasado y por ello,
fracasan en la política.
Hablemos
de la política desde el punto de vista de la realidad radical, tenemos una
democracia capitalista y habremos de cruzar el pantano porque no hay otra
opción por el momento, pero si la posibilidad de su construcción, partiendo del
ayer y del hoy. Los demócratas lo harán exigiendo cada vez más derechos,
libertades y la consolidación de la democracia (siempre en riesgo tanto por las
izquierdas como por la derecha internacional). No es casual que las mujeres
exijan con buenas o malas maneras (y de eso se trata de la democracia de ensayo
y error más tolerancia con sus límites), más derechos como la equidad de
género, el aborto o el matrimonio igualitario, todo esto en el contexto de la
democracia capitalista y profundizada por el Neoliberalismo.
Ahora
bien, la exigencia de derechos amplios (el dinamismo de la vida) entra en
franca confrontación con el dogmatismo panista (el conservadurismo religioso).
Por su ideología política religiosa basada en la Biblia, a los conservadores les
parece que se atenta contra lo sagrado, la vida por el aborto, la familia por
el matrimonio igualitario o la equidad de género pues las mujeres, siempre
serán consideradas de segunda categoría ante el hombre. Los derechos ya
mencionados son consecuencia de la democracia Neoliberalismo que tiene como
base el híper individualismo que lleva a los seres humanos a responsabilizarse
de sí mismos para bien o para mal. ¡Fuera Estado paternalista!, el
Neoliberalismo quiere a los seres humanos al desnudo y sin defensas externas,
estatales para que se desarrolle según sus capacidades, para ello se le debe
dar a la libertad y los derechos a los ciudadanos para que decidan, tal y como
lo pensaron los filósofos del Iluminismo, “Sapere Aude”, “Atrévete a saber”, es
decir, a vivir por ti mismo. Esto es lo que no han logrado entender los
panistas y esto es la base de su fracaso político.
En
efecto, la tensión entre el conservadurismo y el dinamismo de la vida impuesto
por el Neoliberalismo se convierte en la dialéctica política que da como
resultado la nueva realidad en México, que, sin embargo, deja al panismo en la
bancarrota y de la cual se niegan a salir y siguen aferrados a tratar de vivir
sino es posible en el Edén o de la Edad Media, a lo menos en un Porfirismo
descafeinado. En fin, antes que la libertad, los derechos y la democracia, los
panistas prefieren el viacrucis como forma de expiación de tantos pecados, el
conservadurismo teológico es su respuesta en la hora temprana de democracia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario