DESIERTOS POLÍTICOS
El
Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional, son
tan disímbolos en sus ideologías políticas pero tan cercanos en la práctica política
y económica que, han sido hermanados por el pueblo. El PRI, creo un sistema político
totalitario que controlaba todas las facetas de la vida de los mexicanos. Es difícil
que esto se entienda a menos que se haya vivido. Sin embargo, no se ha
analizado a fondo la participación activa en la demolición del totalitarismo
por el propio PRI. Es paradójico pero parece que los políticos priistas cavaban
su propia tumba a pesar de ver claramente que se está yendo hacia la propia extinción
es tanto como el actuar de personas dependientes de drogas que siguen y siguen.
Como si los hechos y actos no pasaran en el propio ser de los políticos. Era
una decadencia política inevitable a pesar de las apariencias pues la política
es básicamente de percepciones.
Aun
hoy día, los priistas y panistas parecen no darse cuenta de que, ese régimen político
se ha terminado y que las ruinas en que habitan está lleno de nostalgias
imposibles de volver hacer realidad. La desesperanza se cuela por cada poro de
sus seres hasta deformarlos más aun, al punto de inutilizarlos. El caso del PAN
es muy interesante pues si se busca que movía a los panistas fundadores se
encuentran valores como la legalidad, La legitimidad, la democracia entre
otros; los panistas de las últimas épocas y camadas perdieron estos principios
rectores y terminaron por adoptar el priismo con sus propios matices. Ahora no
pueden regresar a casa ´pero son incapaces de forjar sobre el desierto que
ellos mismos han creado. Pasaron de una pluralidad de ideas unidas a la magra idea
de que, el actual gobierno convertirá al Estado mexicano en Venezuela. Si al descrédito
histórico que acumuló el panismo se le suma la esterilidad de ideas, esto puede
dar la dimensión de su falta de operatividad.
El
PRI, tenía como banderas los anhelos y valores patrios que dieron pauta a la revolución
de 1910 y mientras medio cumplían, dentro del totalitarismo, con estos
postulados el régimen respiraba, vivía y miraba a todo el pueblo con mirada
severa, cruel. Pero la contrarrevolución que los priistas mismos implementaron (El
Neoliberalismo), los dejó como auto destructores de su obra magna, el Estado
Presidencialista. Se pasó de un Estado cerrado a uno abierto, de una economía controlada
por el presidente de la república a una dependiente de las grandes
trasnacionales. El patriotismo se terminó y las conmemoraciones oficiales perdían
sentido. ¿Qué sentido tiene ya conmemorar la expropiación petrolera o de
cualquier otro rubro si ya no son propiedad de la nación sino de privados?.
Los
panistas por el contrario, no podían hacer uso pleno de los valores revolucionarios pues los
priistas se los apropiaron, son la base de su ideología política y dejaron poco
margen para que surgieran partido políticos pero como siempre, los
conservadores están presentes y no les quedó de otra que pedir libertad,
legalidad, legitimidad y democracia aunque esto lo exigieran para sí mismos y
no para el pueblo.
Con
su contrarrevolución el PRI, agotó el Presidencialismo y con ello puso su régimen
en los límites de la extinción. El PAN, recibió la presidencia de la república
y creyó haber logrado encumbrarse por méritos propios cuando era el agotamiento
del sistema político lo que en buena medida les permitió llegar al poder; otro
factor, lo fue la adversidad que le tenía una buena parte del pueblo a las
izquierdas.
Agotados
los principios revolucionarios al PRI, no le quedaba más que el desierto. Lo
que antes era unidad, disciplina y vigencia se derrumbó y no hubo poder humano
que lo pudiera evitar. El PAN, agotó rápidamente su credibilidad y se encontró con
el mismo terreno desértico. Ni los priistas ni los panistas tienen una ideología
solidas sino ruinas de las mismas. En ambos partidos, ya no hay los ideólogos necesarios
para construir una percepción positiva. Perdida la fe en estos partidos no quedan
mas que desiertos políticos.
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