viernes, 4 de octubre de 2019

DESIERTOS POLÍTICOS



DESIERTOS POLÍTICOS

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional, son tan disímbolos en sus ideologías políticas pero tan cercanos en la práctica política y económica que, han sido hermanados por el pueblo. El PRI, creo un sistema político totalitario que controlaba todas las facetas de la vida de los mexicanos. Es difícil que esto se entienda a menos que se haya vivido. Sin embargo, no se ha analizado a fondo la participación activa en la demolición del totalitarismo por el propio PRI. Es paradójico pero parece que los políticos priistas cavaban su propia tumba a pesar de ver claramente que se está yendo hacia la propia extinción es tanto como el actuar de personas dependientes de drogas que siguen y siguen. Como si los hechos y actos no pasaran en el propio ser de los políticos. Era una decadencia política inevitable a pesar de las apariencias pues la política es básicamente de percepciones.

Aun hoy día, los priistas y panistas parecen no darse cuenta de que, ese régimen político se ha terminado y que las ruinas en que habitan está lleno de nostalgias imposibles de volver hacer realidad. La desesperanza se cuela por cada poro de sus seres hasta deformarlos más aun, al punto de inutilizarlos. El caso del PAN es muy interesante pues si se busca que movía a los panistas fundadores se encuentran valores como la legalidad, La legitimidad, la democracia entre otros; los panistas de las últimas épocas y camadas perdieron estos principios rectores y terminaron por adoptar el priismo con sus propios matices. Ahora no pueden regresar a casa ´pero son incapaces de forjar sobre el desierto que ellos mismos han creado. Pasaron de una pluralidad de ideas unidas a la magra idea de que, el actual gobierno convertirá al Estado mexicano en Venezuela. Si al descrédito histórico que acumuló el panismo se le suma la esterilidad de ideas, esto puede dar la dimensión de su falta de operatividad.

El PRI, tenía como banderas los anhelos y valores patrios que dieron pauta a la revolución de 1910 y mientras medio cumplían, dentro del totalitarismo, con estos postulados el régimen respiraba, vivía y miraba a todo el pueblo con mirada severa, cruel. Pero la contrarrevolución que los priistas mismos implementaron (El Neoliberalismo), los dejó como auto destructores de su obra magna, el Estado Presidencialista. Se pasó de un Estado cerrado a uno abierto, de una economía controlada por el presidente de la república a una dependiente de las grandes trasnacionales. El patriotismo se terminó y las conmemoraciones oficiales perdían sentido. ¿Qué sentido tiene ya conmemorar la expropiación petrolera o de cualquier otro rubro si ya no son propiedad de la nación sino de privados?.

Los panistas por el contrario, no podían hacer uso pleno  de los valores revolucionarios pues los priistas se los apropiaron, son la base de su ideología política y dejaron poco margen para que surgieran partido políticos pero como siempre, los conservadores están presentes y no les quedó de otra que pedir libertad, legalidad, legitimidad y democracia aunque esto lo exigieran para sí mismos y no para el pueblo.

Con su contrarrevolución el PRI, agotó el Presidencialismo y con ello puso su régimen en los límites de la extinción. El PAN, recibió la presidencia de la república y creyó haber logrado encumbrarse por méritos propios cuando era el agotamiento del sistema político lo que en buena medida les permitió llegar al poder; otro factor, lo fue la adversidad que le tenía una buena parte del pueblo a las izquierdas.

Agotados los principios revolucionarios al PRI, no le quedaba más que el desierto. Lo que antes era unidad, disciplina y vigencia se derrumbó y no hubo poder humano que lo pudiera evitar. El PAN, agotó rápidamente su credibilidad y se encontró con el mismo terreno desértico. Ni los priistas ni los panistas tienen una ideología solidas sino ruinas de las mismas. En ambos partidos, ya no hay los ideólogos necesarios para construir una percepción positiva. Perdida la fe en estos partidos no quedan mas que desiertos políticos.  

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