Generalmente la gente cae en el desánimo sin
darse cuenta de lo que realmente es importante en la vida. Los idealistas y románticos
son los primeros en señalar la inutilidad de luchar por la dignidad humana, la
igualdad, la justicia y todo lo que lleve a una vida digna. En la realidad
parece una guerra perdida pues de continuo la realidad refuta la lucha por
estos rubros. Con todo, el hecho de que en la realidad nunca se consiga la
igualdad y la justicia no es argumento ni obstáculo para seguir luchando por
conseguir su realización pues en caso de claudicar, se agravaría la desigualdad
y la injusticia al dejar el campo de batalla para los gobernantes y poderosos
que ha mas son los menos.
Se debe uno plantar en el campo de batalla y
dar el mejor esfuerzo mental y físico pues, por desgracia, la igualdad y la
justicia reales y efectivas son lucha de generaciones y no únicamente de una
sola. Una mirada a la historia de la Humanidad muestra los avances que, si bien
no son suficientes para cada momento real si son suficientes para no claudicar
por ser realizables en grados cada vez mayores.
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