Antes, se creía que
los ricos mexicanos eran bien educados y por lo tanto, sabían lo que hacían y sus
conductas iban de acuerdo a la razón pues bien, con la marcha del once de
noviembre de este 2018, nos han mostrado que están muy limitados
intelectualmente, que no tienen buena educación, que son intolerantes y que su
interés central en la vida es su economía; dejan fuera la ciencia, la
filosofía, el arte y el humanismo. Dieron a la luz su ser, viajar en un avión
que despegue de un aeropuerto de Primer Mundo en uno de Tercera. Que forma de
desprecio tan violenta de manifestarse y deslindarse del resto del pueblo que
quiere comer, educación, trabajo, seguridad pública y todo lo mínimo necesario
por lo que se creó el Estado.
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