El
Partido Revolucionario Institucional, fue creado como un partido único de
Estado con el totalitarismo como su eje rector de su política. Siempre fue, es
y será un partido enemigo de la democracia; nació torcido y su fin ser del
mismo estilo. La simulación es otra de las características del PRI, en toda su
historia su rostro es una transfiguración del autoritarismo a la simulación de
la democracia, de la justicia, de la institucionalidad, del viejo Estado de
pesos y contrapesos que no era otra cosa que una mascarada.
La
ultima que no la definitiva de las simulaciones es la de postular un candidato
ciudadano que engañara a los incautos sobre los fines torcidos de conservar el
poder a pesar de toda su historia sangrienta, violenta, antidemocrática,
ilegal, ilegitima y fraudulenta Basta
recordar las matanzas recientes en las que se ha visto involucrado el PRI y las
elecciones del Estado de México, ese es el PRI y nunca va a cambiar.
José
Antonio Meade es una especie de aventurero que va a donde lo llevan las
circunstancias. Es falso que sea una persona con una bagaje cultural amplio y
profundo; no es más que un sujeto de la alta burocracia que ha aprendido el
funcionamiento torcido del régimen priista. Sus formas afectadas u acartonadas
dan la pauta para saber que es sujeto tipo que es el indicado para manejar. Por
lo menos yo no le he oído ideas y menos teorías acerca de la alta política ni
siquiera del régimen Presidencial ni respecto del nuevo tipo de régimen que de
base al nuevo Estado híper moderno.
Este
es el máximo problema que debe resolver el pueblo ¿cómo desechar por completo
el Presidencialismo y sus residuos que pueden transformarse en el régimen gubernamental
sujeto de las grandes trasnacionales?. Esa es la misión de Meade y de Anaya,
volverse gobiernos en uno y otro caso entreguistas con tal de montarse en el
lomo de la corrupción y escapar en las alas de la impunidad.
Ahora
bien, es evidente que el Presidencialismo se desmoronó sin remedio y abrió la
posibilidad de la democracia y los propios matarifes del Presidencialismo, los
priistas, iniciando por Enrique Peña Nieto están espantados por las
consecuencias inesperadas que trajo consigo el de haber puesto el último clavo
al ataúd de su propio monstruo. Por ello, a toda costa han puesto a funcionar
la vieja maquinaria generadora de los fraudes y ni esto están seguros de que
les funcionara. Están espantados porque los ciudadanos del norte de México han
despertado como una pesadilla sobre el actual gobierno. Una golondrina les creo
la ilusión de un largo verano, cuando en realidad el frio hielo crecía bajo sus
propios pies mientras celebraban el ocaso de su régimen como si fuera un
triunfo perene.
El
ciudadano Meade, no es más que el rostro del viejo PRI, del nuevo PRI más
decadente y ya sin ideología viva. Allí están los viejos ritos del pasado
deambulando como esqueletos de ciudades perdidas; como espantajos de un régimen
podrido que muestra su feo rostro porque la corrupción digamos lo abiertamente
deja sus huellas indelebles. Y, estas cicatrices en nuestras manos y en
nuestros rostros son la infamia de un sistema político que se niegan a dejar
los más ambiciosos y viles de entre los mexicanos y debemos sentir vergüenza enorme
por no detener esta podredumbre de la vida pública. Caro lo hemos pagado y caro
lo seguiremos pagando.
La
elevación en todos los sentidos pero más en dignidad humana de los mexicanos no
podrá darse sin el aniquilamiento de este sistema priista. ¿Qué dignidad puede
ofrecer la Bestia sanguinaria?. Ninguna. La cúpula priista argumenta en cada
plaza y foro que han cambiado que tienen un nuevo rostro, el rostro ciudadano
de Pepe Meade. Ese rostro no es más que una engañifa mal montada. Meade no se
ha percatado que al entregarse en las garras del monstruo se le transmitieron todos
los genes políticos de la intolerancia, de la violencia, de las mentiras, de la
vileza, la corrupción y el cinismo.
Quien
tenga ojos sensibles a los cambios casi imperceptibles y a la mimetización monstruosa
podrá reconocer que el candidato priista es ya un ente priista con toda la sed diabólica
de destruir, de ofender, de denostar, denigrar a sus contrarios políticos; que
son en todo caso contendientes a puestos de elección popular y no blancos que
se deben eliminar a toda costa.
Hace
algunos días acuso a Nestora Salgado de ser “secuestradora”, y quizá este
sabihondo ignora que el artículo 20 de nuestra Carta Magna, tiene como
principio la presunción de inocencia y que es indebido culpar y condenar a una
persona sin que haya sentencia firme. Con toda la destreza vil del viejo PRI, Meade
se trasladó al sistema penal mexicano inquisitorial para tratar de humillar pública
y nacionalmente a una mujer. Ante las críticas el ciudadano Pepe Meade no dio
marcha a tras a sus acusaciones y sentencia para él, inapelable y ya firme y volvió
a mascullar que no se arrepentía y no se disculpaba. Machacando con un violento
¡Faltaba más!.
Pepe
Meade, ¿acoso ignora que dentro del PRI hay decenas de gobernadores corruptos y
algunos de ellos procesados y otros en plena fuga?. Claro que no lo ignora, lo
sabe pero fustiga a sus adversarios políticos pero bendice a los diablos priistas
que pululan a su alrededor y que conviven a diario con él. La cúpula priista
sabe que está en verdadero peligro de extinción pero no se van a ir sin dar
ejemplos de violencia, de corrupción, fraudes electorales. El viejo PRI y el
nuevo PRI se mimetizan en el rostro del ciudadano Meade pero también Pepe Toño tiene
la capacidad de mimetizarse en el rostro del PRI y mostrar los largos
colmillos, el garrote y la violencia que subyacen en su ser ya totalmente
priista.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario