sábado, 12 de mayo de 2018

MEADE, ¿CONTINUISMO DE QUÉ TIPO?





El Presidencialismo tenía como base el totalitarismo controlado por los tres grandes sectores el obrero, el campesino y el popular apuntalado por los monopolios de la política, de la economía, del control social enmarcado por un nacionalismo ritual. El culto a la personalidad del presidente es la consecuencia.

Ahora bien, todo lo anterior, lo han perdido, de manera gradual, los presidentes en turno. En consecuencia, el Presidencialismo, esta muerto. Los ritos nacionales ya, desde hace mucho, no tiene n razón de ser. ¿Qué razón de ser puede tener festejar la Independencia o la Expropiación Petrolera?, ninguna; el Estado mexicano ya es dependiente de diversos Estados nacionales, siendo Los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá los principales pero no los únicos. Con relación a la Expropiación Petrolera, la misma ya está en manos privadas de nacionales y extranjeros y el pueblo mexicano sujeto a los fines de la iniciativa privada. La mayoría de los rubros que se festejan siguen la misma suerte.

En efecto, el actual gobierno con sus privatizaciones es el último peldaño de las privatizaciones pero el, mismo ha quedado maltrecho, inservible. Si a esto se le suma su corrupción e impunidad se tendrá el lamentable estado de lo que fue el Presidencialismo. Ya el jefe del ejecutivo es más una figura decorativa en comparación de los años dorados de este régimen. Antaño, el presidente en turno designaba su sucesor pero desde el año 2000, este rito de continuidad se ha roto y perdido para siempre. Podrá  otro tipo de gobierno pero este modelo esta caduco, abrogado.

Hoy, el candidato oficial en la persona de José Antonio Meade Kuribreña, esta decaído por las mismas razones, al no tener la unidad y la seguridad que prodigaba el Presidencialismo, las fuerzas políticas y la sociedad han buscado un cauce a través del cual transitar hacia otro modelo político y lo han encontrado en la persona de Andrés Manuel López Obrador; él es, a quien los políticos de diversas expresiones políticas se acercan para sumarse a este proyecto inacabado de la política. Es el nuevo líder que encabeza el movimiento de transición en la medida en que no logre cuajar su proyecto.

Este nuevo liderazgo espanta a muchos. Lo nuevo siempre despierta la desconfianza; ahora bien, nuevo relativamente. ¿Es peligroso?, parece que no, México no es proclive a una dictadura de izquierda como otros Estados nacionales latinoamericanos. Esto es más producto de la ideología barata que generan y esparcen los inminentes derrotados. La desesperación es brutal y los desesperados hacen locuras o cosas insólitas. No se puede rehacer un Estado de la noche a la mañana, así como este no terminó de esa manera. Los cambios sociales y políticos en estas condiciones son de mediano y largo plazo; esto a menos que se haga lo contrario y se quiera un desastre.

En este contexto, ¿qué significa “peligro”?, sino una perogrullada pues la condición de la vida es el peligro. En cada caso no se debe de hablar propiamente de un “peligro”, de manera particular pues, es tan claro que hasta ahora el peligro y en particular la práctica de gobierno ha sido únicamente para el pueblo llano sin que las elites hayan probado siquiera un peligro mayor al normal. Vean ustedes quienes hacen los señalamientos del “peligro”, y se verá claramente que son azuzadores más del gobierno o de la derecha que viven de manera palaciega. Simplemente su aseveración no tiene sustento. El peligro esta incluso en los lugares que parecen más seguros y de eso hay una cantidad incontable de ejemplos.

En el caso de Meade, al inicio quiso distanciarse del actual gobierno en la medida de lo posible y presentarse como eficiente, honrado, conocedor y transparente; sin embargo, esto no les funcionó y tuvieron que recular y volver a la senda trazada. El candidato del PRI, está obligado por la necesidad ineludible de seguir la línea del gobierno de Enrique Peña Nieto. Las privatizaciones continuarán si llega al gobierno en detrimento del pueblo más pobre. Por lo pronto ha mentido y los electores lo saben.

Pero si el Presidencialismo se terminó, el Partido Revolucionario Institucional y su candidato no tienen que ofrecer que no haya ya ofrecido Peña Nieto y no pueden practicar más que las privatizaciones con toda la corrupción e impunidad imperante. Por si en algún momento, hubo personas que creyeron en la diferencia, esta no solo no llegó sino que, Meade, tuvo que abandonar su presentación de “ciudadano” y  permitir que lo despersonalizaran y lo envolvieran en los ropajes y ritos priistas. En consecuencia, Meade, es una continuación de Peña Nieto, en todo momento ha sido este último quien ha barajado y manejado los hilos de su candidatura.

Meade es el candidato y en su caso, será el presidente del continuismo del desastre, del fracaso porque hereda un Presidencialismo vacío, enjuto, vacío de contenido y la única propuesta es seguir como siguen los dogmáticos las palabras de sus profetas aunque los lleve a mas desastre. Seguir esta propuesta es el suicidio colectivo y, la mayoría de los mexicanos saben que no se debe seguir este camino.

La propuesta de Ricardo Anaya sigue la misma suerte que la de Meade con sus matices porque sin duda alguna enarbola los mismos principios políticos, económicos y acentúa los sociales; los panistas y solo ellos, están destinados a mandar y los demás a servir. La base de la coalición es endeble y depende del éxito que la misma pudiera tener y, en caso contrario se derrumbará sin remedio. No están los líderes que mantengan junta esta coalición ni las condiciones están dadas.

El Movimiento de Regeneración Nacional tiene sus problemas, sus errores y excesos y tiene el enorme reto de sortear todos los obstáculos que se le presenten si quiere consolidarse como el partido político hegemónico y tratar junto con la sociedad de construir un nuevo régimen y en la mayor osadía un nuevo tipo de Estado. Este tipo de empresas no solo no son fáciles sino inciertas y peligrosas por su magnitud y los enemigos que los acechan desde dentro y desde fuera.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario