Muy
a menudo se auto endilgan la etiqueta de “intelectuales”, personas que no
tienen tal calidad. No se trata de únicamente alcanzar grados académicos,
escribir o tener la calidad de figura pública para ser intelectual. Se trata
pues de tener la calidad analítica, deductiva, inductiva y todos los métodos del
conocimiento posibles para poder desentrañar lo que ocultan las apariencias.
Los
políticos y, periodistas más modestos en el saber se hacen pasar por lo más
granado del pensamiento mexicano y, lo único que logran en aumentar la confusión
actual en la política y en todo lo que sus torcidos ojos tocan. Dicen que el
actual régimen esta en peligro de extinción por el hartazgo de la política tan
baja y ruin que hacen los que deberían de ser peritos en la misma. Como no dan
en el clavo nos dan con el mismo.
Hace
42, 36, 24 o 12 años los políticos eran tan corruptos como ahora y había hartazgo
que ni duda cabe pero el sistema político aún no se había deteriorado a este
grado. El Presidencialismo se fue degradando al punto de vaciarse y quedar
obsoleto. El presidente en turno fue desmontando las facultades constitucionales,
meta constitucionales, las facultades en las leyes secundarias, las facultades políticas
y las económicas.
El
jefe del ejecutivo quedó tullido, enclencle, enjuto al grado de no poder
siquiera proporcionar los servicios básicos como salud, seguridad pública, educación
y cualquier otro servicio (Esto sin tomar en cuenta que la delincuencia ha
permeado el gobierno), y con cada nueva privatización el poder público y económico
se decantaba hacia las trasnacionales.
Hoy,
se ha dejado sentir con toda su fuerza aunque de manera confusa la ausencia del
poder del presidente, su inutilidad. Este régimen se terminó y no hay forma de
que se sostenga porque ha perdido todos sus asideros. Un síntoma de la dirección
que debe tomar el cambio se ve en las preferencias que mucha gente tiene por Andrés
Manuel López Obrador. Es significativo que aunque tiene errores que en el
pasado le han costado caros a Lopez Obrador, hoy, el pueblo que lo sigue, se
los festeje.
Este
es un momento irrepetible e importante. Sería muy bueno que los verdaderos
intelectuales entraran a desmenuzar los hechos y los actos que ocurren en estos
precisos momentos para dar luz al pueblo. Porque este momento es un momento
donde el pueblo es de vital importancia y no debe estar inactivo sino activo
con la mayor claridad posible. Los intelectuales pueden decir lo que quieran no
les es legal ni legitimo este momento.
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