Un
filósofo que se precie de serlo debe renunciar, de buena gana, a vivir en
familia, con familia o en pareja, eso le es sumamente dañino. El mejor ejemplo,
ya se dijo, lo representa Sócrates con Jantipa. Quizá, vivir de tal manera sea su última tentación.
Un buen filósofo en las noches debe ver cuatro paredes o el cielo raso. ¿Dónde nos
hemos perdido?. ¿Dónde me he perdido?.
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