Mucho
del arte esta preñado de la ideología cristiana. Las ideas de bien y mal están incrustadas
en las cabezas de la gente y desde esta perspectiva tasan el arte, en bueno y
malo. Esto tiene implicaciones enormes. Es interesante ver como el arte esta íntimamente
ligado a lo social en su parte medular. La reacción al arte cargado con ideología
cristiana lo ha sido en la música de metalera el Black Metal. Esta corriente de
arte musical esta cargado de ideas llamadas satánicas, oscuridad, ritos
perversos y todo lo que conlleva. Con
todo esto no es mas que un mal entendido. Es bien sabido que la ideología esconde
la verdad.
Si
partimos de dar existencia a priori a un dios cristiano único, verdadero, eterno,
sabio, todo amor y su contraparte el demonio, estaremos siempre en el terreno
de la teología cristiana donde toda transgresión a las reglas dogmáticas impuestas
es inevitablemente un pecado con la consiguiente sanción divina. Si el arte se
prende de la antípoda divina, es decir, del satanismo se llega inevitablemente
a la confrontación con lo divino y se pierde la perspectiva del arte mismo.
Para
apreciar el arte por el arte mismo, es preciso despojar de la ideología divina
y diabólica al arte, en el caso presente, al Black Metal. La mayoría de los metaleros
son personas comunes y corrientes que trabajan, que pagan impuestos, comen,
caminan y aman. No están en el estado anímico del odio permanente ni son
marginados sociales; simplemente no les acomoda la moral cristiana. Y, solo
eso.
Ya
Kant nos había puesto sobre la discusión de la imposibilidad de demostrar la
existencia del dios cristiano pero, siguió pugnando por seguir la creencia
dogmatica. Para el Derecho solo se pueden demostrar hechos positivos. Para la Filosofía
analítica solo tiene sentido hablar de
lo existente, lo demás es palabrería innecesaria. Dice Ludwig Wittguestein que “De
lo que no es puede hablar es mejor callarse”, en el caso presente los no
creyentes no tienen la carga de la prueba respecto a la existencia de dios; por
ende, al o poder demostrarse la existencia de dios es mejor callar.
Los
que escuchan Black Metal o no les acomoda la moral cristiana y prefieren
armarse con Metal Negro para evadir la practica religiosa o si en verdad creen
en la existencia del diablo, están en el mismo nivel que los cristianos,
enajenados por una idea que se ha materializado en imágenes sin referencia
alguna. Siendo antípodas el dios cristiano y el demonio, la inexistencia de uno
conlleva a la inexistencia del otro. En resumen, son meras creaciones humanas
proyectadas en la realidad para explicar tanto el origen y concepto respectivo
como las conductas humanas.
Si
esto se logra se podrá ver sin desviación alguna el arte ya sea divino o diabólico
como meras expresiones humanas. En el caso del Black Metal se puede apreciar la
gran imaginación de los artistas que crean y recrean mundos perversos que son
solo eso, invenciones que trastocan la realidad de manera imaginaria pero que
al final de cuentas la dejan intacta. Hay muchos artistas y grupos de Black
Metal como para dar un periplo musical extenso. Por mi parte recomiendo a King
Diamond. Su arte es sublime, su voz operística, potente es una halago para la
vitalidad, los músicos que lo acompañan de primera línea. Todo esto ribeteado
por su aspecto perverso acentuado por el maquillaje.
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