Para
vivir en sociedad fue creado el Estado moderno donde se creía que el ser humano
tendría que alcanzar el máximo bien común en todos los rubros. En México, después
de la revolución de 1910, se logró que la repartición de tierras, la nacionalización
de las industrias petrolera y de generación de luz, se impuso que el ejido
fuera inembargable y las parcelas indivisibles. Si bien esto se hizo bajo un régimen
que gradualmente se volvía intolerante y autoritario. De la misma manera, los
logros del Estado de bienestar fueron parciales.
Ahora
bien, desde hace más o menos treinta y cuatro años se ha venido implantando el
Neoliberalismo, es decir, la privatización de todos los bienes y servicios públicos.
En efecto, se han ido quitando a los campesinos, obreros y trabajadores de todo
tipo los derechos alcanzados. El Estado de bienestar se ha terminado sin que
lograra sus objetivos. Ahora, los Estados débiles ya dependen totalmente de las
trasnacionales, estas imponen el marco jurídico a los gobernantes y a los
gobernados.
Este
gobierno ha revertido todo lo conseguido desde la independencia política iniciada
en 1810. Los Derechos Humanos y las garantías individuales son prácticamente letra
muerta. La cosa se agrava si se tiene en cuenta que es la fuerza pública la que
sistemáticamente viola los derechos humanos, desaparece, ejecuta y mata indiscriminadamente.
No
se entiende la actitud de muchos mexicanos que siguen festejando los ritos
oficiales sobre el grito de independencia cuando ya el motivo no existe. Somos dependientes,
tanto de los gobiernos extranjeros como de las trasnacionales.
A
esto súmesele la enorme corrupción que esta imparable. Desde el presidente de
la república hasta el mas modesto de los presidentes auxiliares saquean lo
publico en su beneficio, No hay forma de hacer que rindan cuentas ni son
castigados. Hay una enorme simulación en la impartición de la justicia para los
gobernantes que saquean lo público, dejando a las entidades federativas que
gobiernan con deudas pagaderas a varias generaciones.
Todos
los gobernantes están activamente privatizando los bienes y servicios públicos,
haciendo de paso, los negocios de sus vidas. A estas alturas ya no hay motivo
alguno para festejar la independencia porque ya dependemos de los gobiernos
extranjeros, de las trasnacionales, del Fondo Monetario Internacional, de la
banca extranjera. Solamente las personas pasivas e ignorantes siguen yendo a
los ritos oficiales para dar la apariencia de fiesta popular nacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario