jueves, 22 de septiembre de 2016

EL ESTADISTA DEL AÑO




Se molestan, hasta las rabietas los conservadores y los tontos, cuando se menciona que, existe una complicidad entre gobiernos, entre, clases poderosas, clases políticas, clases económicas, entre organismos de diversos Estados nacionales e internacionales. Es evidente que, el nombramiento del mejor estadista del año que le obsequian generosamente a Enrique Peña Nieto no tienen ninguna justificación, ninguna base real. Se premia la rapiña, el saqueo, la corrupción del gobierno actual. Es una vergüenza internacional que se premie a quien a puesto en su más bajo nivel la vida de los mexicanos. Con sus reformas estructurales, ha puesto a los trabajadores del campo, a los obreros y todos aquellos que dependen de un salario para poder vivir, en las garras de los ricos sin ningún derecho para defenderse.

Las reformas estructurales no son otra cosa que una venta de cochera de los bienes y servicios públicos mexicanos. Son viles privatizaciones donde están metidos los funcionarios públicos y políticos. Se premia la corrupción presidencial y todos los crímenes del gobierno. La lista de crímenes es larguísima y ni un solo crimen se ha resuelto.

La clase pudiente internacional camuflada en organismo le da el respaldo a Peña Nieto y con ello, se hace cómplice de este gobierno. Es conocida la estupidez del presidente en turno. Al darle un premio el muy tonto se cree en verdad que esta actuando bien. Crea y recrea un mundo en donde todo marcha a las mil maravillas y él, es un príncipe amoroso, honesto, valiente, sesudo y certero a la hora de gobernar. Por ello, no resulta extraño que se queje que no le aplaudan y le reconozcan sus dotes de estadista y sus logros incalculables en materia económica, administrativa, diplomática, social y política.

La vida esta por debajo de lo meramente material, ese es el sello distintivo de este mal gobierno. Los muertos y las cantidades de muertos en las formas mas atroces no importan. Peña Nieto tiene a los organismos internacionales a modo para ser nombrado el estadista del año. Y, el imbécil sonríe, se lo cree. Que complicidad tan abyecta para darle oxigeno a un gobierno que se ha terminado desde que se inicio, todo era una ilusión, sostenida con alfileres. Un matón premiado por sus pares con el premio mas repulsivo del año.


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