Dicen los diputados y senadores
que ellos decidirán que leyes son las mejores sin que ningún ciudadano secuestre
al Congreso. Mentira vil y risible. Es evidente que cuando el pueblo ejerce su soberanía
activa los legisladores reculan inmediatamente. Tal es el caso con los
maestros. Los legisladores están tan solícitos y melosos con los maestros
tratando de engatusarlos para hacerlos caer en sus redes de engaños y seguir
con la privatización de los servicios públicos.
Es hora de sumarse a las
demandas públicas y generales a este mal gobierno sin quedarse en las demandas
parciales sino avanzar hacia las demandas generales. Que no solo sea
beneficiado el gremio de maestros sino que esto se extienda a toda la nación
mexicana adolescente de beneficios públicos mínimos.
A este tipo de gobierno en México
se le debe tener y temer, tanto o más que el mismo crimen organizado, dado que
este gobierno tiene los medios legales a su disposición para malbaratar los
bienes nacionales de todo tipo y empeñar las vidas presente y futuras al
capital privado.
No tardaran los senadores,
diputados y todo reaccionario en declarar que se investiguen a los que se
manifiesten y que se les aplique la ley, el Estado de Derecho alegan entre
rechinar de dientes. No solicitan la misma aplicación de la ley, del Estado de
Derecho para la corrupción en la Administración Publica en sus tres niveles de
gobierno y mucho menos en contra de ellos. Allí se aplica la patente de Corso.
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