viernes, 27 de septiembre de 2019

OPOSICIÓN SIN RUMBO POLÍTICO



OPOSICIÓN SIN RUMBO POLÍTICO

La oposición está pasando su verdadera “Noche triste”, y no se ve para cuando pueda volver a ver el sol del poder federal pues no tienen siquiera un norte fijo; cualquier luz por débil que sea le parece ser la estrella polar y locos de ánimos marchan incansables hacia allá para descubrir casi inmediatamente que era una falsa ilusión. Que espectáculo.

De un momento a la dirigencia actual el Partido Revolucionario Institucional, le parece que pueden revivir como el “Ave Fénix” y volver al poder político federal como en sus años dorados, pero debe reconocer que están en las ruinas más espantosas que pudieran haber imaginado; no esperaban (Ninguno lo esperaba) una derrota tan aplastante; de un día para otro perdieron lo que les quedaba y se vieron huérfanos de poder político, económico y social. Las preguntas son obligadas. ¿Tiene futuro el PRI?, y en caso afirmativo ¿Qué hacer?, ¿Cómo hacerlo?. La dura realidad es que, la respuesta a la primera pregunta es devastadora, no. Las dos restantes, ya no hay que responderlas. Más que una dirigencia el PRI, tiene un Comité Fúnebre para los restos de su partido. Lo que sostenía al PRI, un régimen totalitarista que aglutinaba al pueblo en tres grandes sectores, el obrero, el campesino y el popular son ahora desiertos libres. No hay ya más ideología revolucionaria ni dinero para hacer política ni fe en la forma de hacer política y sin fe, adiós partido. El mejor cuadro activo que tenían los priistas lo eran sus presidentes y expresidentes, ahora están huérfanos de todos ellos. El partido único de Estado nació del poder y en el poder nunca tuvo necesidad de la lucha electoral democrática para detentar el poder y sin esta experiencia su desaparición esta cantada.

El Partido Acción Nacional, tuvo la oportunidad de transitar hacia el difícil camino de la democracia, pero prefirió adoptar lo que quedaba del Presidencialismo y darle su propio toque, a través de Vicente Fox; sin darse cuenta que el régimen ya se sostenía a duras penas sobre las arenas movedizas del cambio. Con todo, les alcanzó para conseguir alzarse con un segundo periodo sexenal con Felipe Calderón Hinojosa. En el ánimo de buena parte del pueblo, ambas administraciones fueron desastrosas; Fox, terminó como un traidor, corrupto, ignorante e inútil, Calderón como corrupto, incompetente y pendenciero. El poder político fracturo al PAN y las elecciones presidenciales de 2018, casi lo pulverizan. La diáspora panista es impresionante.

Es infantil creer que, el regreso de Fox, sea la solución a la problemática estructural, ideológica y de credibilidad que sufre el PAN. Marko Cortés, con una inocencia increíble se jacta públicamente de este hecho sin darse cuenta que esto le resta credibilidad a la ya poca que conservan. A estos conservadores les pasa lo mismo que a los priistas, han agotado la mayor parte de su crédito social y de militancia. El repudio general por su proceder corrupto los deja en el abandono significativo. Para volver a tener crédito se necesita un largo trabajo, lo que no están haciendo.

El Partido de la Revolución Democrática, le ha pasado lo que le pasa a los partidos que abandonan sus principios rectores, como la lucha por la democracia, la legalidad, la legitimidad y se han pasado a las filas enemigas, el descrédito catastrófico. Al igual que el PRI, el PRD, es un partido destinado a desparecer por completo, pues carece ya de crédito alguno para realizar grandes luchas. El PRD, ha perdido a sus mejores cuadros y entró al cuadro de deshonor al firmar “El Pacto por México”.  

A los tres partidos anteriores o mejor dicho a sus dirigencias les pesa su pasado. En el régimen priista no hacía falta la fe libre pues al ser totalitarista el gobierno y el pueblo avanzaban de la mano, es decir, el Estado tenia unidad, aunque forzada, artificial. Con la mundialización de la economía y la globalización de las ideas el Estado mexicano ya no pudo seguir siendo cerrado ni tener esa unidad forzada; si a esto le añadimos el surgimiento de las redes sociales, la Secretaria de Gobernación, quedó obsoleta como “El Santo Oficio”, de la realidad. No sintieron los cambios generales y no variaron ni su ideología ni su proceder, siguieron actuando como si no hubiera caído el Muro de Berlín, o siguiera existiendo la Unión de Repúblicas Socialistas (URSS), mientras el mundo cambia inexorablemente.

Los tres partidos (PRI, PAN y PRD), no solo no se renovaron ideológicamente cada uno en su propio contexto, sino que, se volvieron viejos, obsoletos tanto en pensamiento como en cúpulas. Es por eso que, el PRI, sueña con los años dorados del Presidencialismo y en eso está perdido. El PAN aunque postuló a un joven relativamente como candidato a las elecciones presidenciales en 2018, y tiene a otro en la dirigencia, piensan a lo viejo; no salen de la cantaleta gastada de que, el nuevo gobierno es “comunista” o “socialista”. Vaya atraso de ideología de lucha. El PRD, se tornó viejo en ideología al creer que, entregarse al oficialismo era ser una izquierda moderna.

En la realidad hace falta un nuevo Constitucionalismo que sea el instrumento para el diseño de un nuevo régimen totalmente diferente al viejo aunque siga teniendo los mismos órganos fundamentales, pero con instituciones y organismos totalmente diferentes en el fin de los mismos. Una reforma estructural e integral del Estado es lo que hace falta en donde los ciudadanos en particular sean el objetivo central del gobierno y el pueblo en general sea en realidad el soberano. Se debe terminar el gobierno monárquico que gobernó durante 90 años y se debe construir el gobierno democrático sin élites que se abroguen para si la soberanía popular. Esto debería ser la tarea de la oposición y no los espectáculos lastimosos que dan de continuo. Han perdido la fe y la cordura y es necesario que rescaten para si estos dos rubros y que incorporen la honestidad, la transparencia y una verdadera política como base de la nación y del Estado mexicano.

domingo, 22 de septiembre de 2019

LA NUEVA MORAL EN LA POLÍTICA MEXICANA




Los líderes del Partido Revolucionario Institucional, a partir de los años ochentas del siglo pasado, se dieron clara cuenta de la decadencia hacia la que había transitado el régimen político y que esta corrupción, había moldeado ya a la sociedad mexicana. ¿Qué podía hacer el gobierno en turno?, francamente poco; la podredumbre emanaba directamente el partido único de Estado y del gobierno en turno. El esfuerzo más sonado y que fracasó como era de esperarse se dio con el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado durante su administración (1982-1988). El discurso, en donde hacia un certero diagnóstico, lo dio siendo candidato a la presidencia y ya como presidente de la república, Miguel de la Madrid, siguió con la misma línea de corrupción. Su esfuerzo fue un fracaso rotundo pues la corrupción se hizo más profunda y amplia.

Esa renovación moral habría de darse durante años antes de las elecciones de 2018, y no fue implementada por el gobierno en turno sino emergida del pueblo mismo. Ahora bien, esa renovación moral no es plena, ideal pero basto para dar fin al régimen que había servido como continente de la corrupción y decadencia del partido oficial, el PRI. ¿Qué significa esa nueva moral), ni más ni menos que un repudio generalizado a la forma de hacer política, la forma de gobernar y de ser del propio pueblo mexicano. Esto fue crucial pues antes que un cambio legal y legítimo de sistema político fue un quiebre moral que derivó en lo jurídico electoral. Y es sobre este contexto que los políticos deben hacer su quehacer, tratar de conservar el poder o tratar de conservarlo. Si esto no lo entienden, están fuera de sintonía y por ende, impedidos de hacer buena política.

La corrupción permeó muy hondo en el partido Acción Nacional, que ávidos de poder pero ya sin la ideología de sus iniciadores accedieron al poder público federal a través de la obtención de la presidencia de la república en la figura de Vicente Fox Quesada (2000-2006), y con matices propios (la religiosidad y conservadurismo), pero sin el combate esperado a la corrupción e impunidad sino la opción del régimen corrupto. El panismo volvió a ganar la presidencia de la república con Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), quien le imprimió a su mandato su sello de corrupción e impunidad; es decir, ambos presidentes fueron los continuadores del sistema político inmoral. Esto fue asimilado por una buena parte del pueblo que gradualmente cambio de mentalidad iniciando por lo moral y dio al traste con la forma de hacer política en las elecciones de 2018. Los panistas no entendieron el momento histórico.

Derrotados el PRI y PAN más sus partidos satélites, han tenido que batallar con sus propias debilidades. Lo más grave para ambos partidos es su incapacidad de renovación moral y política. Han sido incapaces de cambiar y esa parálisis intelectual, moral y política es en cada uno de ellos, su talón de Aquiles.  Ambos partidos, a toda costa quieren el regreso del régimen que creo el PRI y que adoptó el PAN, y eso es imposible; el primer partido está en franca desaparición; el segundo, tiene asegurada su existencia no así, el éxito político.

Los panistas están en una crisis profunda y no se avizora el término de la misma. Lo más penoso es ver que han perdido su estrella polar para dirigir sus pasos en el sentido correcto. El repudio al viejo régimen alcanzó a Vicente Fox, por su negativa a desmontar la estructura de corrupción del PRI y su posterior alianza, lo que fue tomado por una buena parte del pueblo como lo que es, una traición a los intereses morales y políticos del mismo. A Fox, no le han importado las severas críticas y sigue haciendo política; claro, es una política llena de dislates, de errores increíbles, rumores absurdos con el sello de su ignorancia y desfase de la realidad. Parece un Quijote aún más deschavetado que el hijo literario de Miguel de Cervantes de Saavedra. Cuando se cree que no puede haber un hecho más estrafalario por parte de Fox, sale con otro que supera con creces al anterior, causando, el estupor y la hilaridad generalizada. ¿Cómo fue posible que un hombre con claras y graves deficiencias mentales pudiera haber alcanzado la primera magistratura?. El hombre ha tenido una metamorfosis propia, impulsada por su magro intelecto que se basa en prejuicios económicos y religiosos. Siente un terror pánico ante la simple mención de la soberanía del pueblo, de las palabras socialismo, comunismo o populismo sin pensar un ápice en su significado y realidad. No queda ya vestigios del Vicente Fox, dinámico, alegre y esperanzador; ha quemado todo ello en aras de combatir males gigantes que amenazan a la humanidad. Es un declarado capitalista, amante de lo material sin ningún valor filosófico.

El llamado que hacen los panistas a Fox para que los encabece en una cruzada nacional contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, da una clara idea de su decadencia política, ideológica y de ideas. ¿No ven que Fox representa un enemigo del pueblo?. Se están dando, como se dice vulgarmente, tiros en los pies y como si no pasara cosa alguna siguen caminando extraviados, creyendo que los guía su estrella del norte. La realidad es que, cualquier luz roja les parece que les señala el norte, están desnorteados.

Los panistas se enfocan a batallar contra el gobierno de López Obrador, pero están tan ciegos que ignoran que, deben luchar contra su propia corrupción, contra todas sus traiciones al pueblo para ganárselo después de muchos años. La aprobación de AMLO, les debería servir para trazar un plan de batalla. Entender la realidad debería ser uno de sus propósitos, pero cierran los ojos y caminan con toda seguridad hacia ningún lado. Su fracaso político está cantado, tal y como está cantado su éxito cómico con este hecho. Pero los panistas están ciegos y sordos ante la realidad y siguen con su puesta en escena de su espectáculo como si fueran a presentar algo inédito y no al conocido bufón de la decadencia con la lengua más estrambótica de los últimos tiempos: Fox. Bien, el escenario esta puesto y el público en espera de la nueva temporada del panismo foxiano sin fecha de vigencia. Nos espera un grotesco espectáculo. ¡Qué oposición tan ingenua y estrambótica!.



viernes, 20 de septiembre de 2019

DE UN GOBIERNO MONÁRQUICO A UNO REPUBLICANO





Desde el inicio de la formación del Estado mexicano, no se sabía si escoger la monarquía o la república como forma de gobierno. Agustín de Iturbide junto con buena parte del pueblo se decantaron por la monarquía y se implantó el Primer Imperio. No tardó en fracasar esta forma de gobierno a pesar de que los pueblos originarios habían tenido monarcas imperiales por siglos surgidos del pueblo mexicano y de los suyos propios; no existía la democracia. La Nueva España tuvo un gobierno de reyes u virreyes por trescientos años. Imaginen como campeaba la idea del gobierno de un solo ser humano con el poder casi absoluto. Contra esto ha luchado el pueblo mexicano, por la democracia, por la igualdad, la justicia, la legalidad y legitimidad entre otros principios rectores de la vida republicana.

Implantada la república el pueblo mexicano y en especial sus políticos no sabían si la misma debería ser centralista o federalista y hoy, día seguimos sin saber si es el centralismo o el federalismo la forma definitiva de gobierno. Todo el Presidencialismo fue centralista pues todo lo decidía el presidente en turno.  Claro, este preámbulo únicamente da un contexto general pues abordar los variados matices de nuestra historia es una tarea titánica y este escrito únicamente pretende ser una guía general para entender lo básico.

Ahora bien, la idea de un gobierno monárquico siempre ha estado en muchas de las cabezas de los mexicanos aun hoy día. Un claro ejemplo lo es el Partido Acción Nacional que son los justos herederos del conservadurismo y de la monarquía pues ellos mismos se sienten con el derecho divino de gobernar al pueblo ignorante que no tiene esperanza de poder gobernarse y solamente ellos pueden poner orden ante tanto caos; claro, la realidad radical los refuta de manera tajante, incluso en su creencia en la superioridad de su “raza blanca símbolo de superioridad, creen los panistas. Su símbolo más evidente Diego Fernández de Cevallos.

En efecto, las formas monárquicas se implantaron dentro de la república mexicana durante todo el periodo priista. Un solo hombre con casi todo el poder emanado del partido único de Estado y el Partido Revolucionario Institucional fungiendo como la única clase política. Estado, gobierno y partido en una sola sintonía gobernar de manera totalitaria con todo el lujo aristocrático. No se lograba abarcar con plenitud lo que se veía pues por un lado los rituales suntuosos iban encaminados a glorificar los hechos pasados en los días festivos oficiales (republicanismo), y al mismo tiempo se idolatraba al presidente en turno (monarquía). Esta dualidad en las formas impedía al pueblo ver con claridad la esencia del gobierno. Claro, muchos veían justamente en lo que se había convertido el gobierno mexicano. Y, digo el gobierno porque el pueblo nunca participó en lo sustantivo de la grandiosidad como no fuera en calidad de simple comparsa muy lejos de la abundancia del gobierno.

El Panismo al llegar al poder vario la forma, agregando su religiosidad con lo que quedó una monarquía a la imagen de las europeas, pero muy endeble y carente de realidad. Contra todo eso buena parte del pueblo venia luchando desde los años sesentas del siglo pasado y tomado su forma más acabada desde 1988 con el frente liderado por muchos políticos de izquierda que nunca cejaron en su lucha hasta la caída del Presidencialismo priista.

Con todo, no se debe dar todo el crédito a los hechos y actos internos (grave deficiencia de los analistas mexicanos), pues la orden recibida del Fondo Monetario Internacional de privatizar las empresas públicas, es decir, los bienes y servicios públicos, fueron minando el poder del presidente en turno hasta el punto de la decadencia. Un hecho externo influyó de manera importante en la política interna.

Los hechos externos terminaron por derrumbar los cimientos del Presidencialismo hasta que el mismo cayó sin remedio y cedió el paso hacia las formas republicanas con el actual gobierno. La presente administración tiene tantos puntos de crítica como cualquiera otro, pero no hay duda de que tiene la esencia de una república, la austeridad gubernamental y con tendencias de beneficios al pueblo. Esto no es fácil de hacer y las críticas son muchas, la mayoría salidas del coraje, la rabia y la venganza.

Bien, se trata de construir una república con la austeridad a la medida de la pobreza del pueblo mexicano sin que el Estado quede paralizado sino con suma capacidad administrativa, legislativa y judicial para atender estos tres rubros básicos en la vida nacional. Para ello, se debe evitar que un partido o más vuelvan a las formas monárquicas en los tres ámbitos de gobierno. De la misma manera se debe evitar que se conforme una clase política corrupta nuevamente y que los puestos públicos se consigan de manera hereditaria. Las formas monárquicas corresponden al pasado y a los corruptos en forma sectaria, las formas republicanas al pueblo, pero esto es un deber ser que únicamente puede darse con la participación ciudadana y con el cambio gradual de la idiosincrasia del pueblo en su conjunto.

Nos espera una reingeniería del Estado mexicano en donde se evite la corrupción de los funcionarios públicos hasta donde sea posible y esto se asegura con leyes severas que pongan dique a los impulsos desmedidos de los seres humanos que ocupan cargos públicos. Pero insisto y seguiré insistiendo que esto será posible en la medida de la participación ciudadana que tome consciencia y la practica correspondiente del pueblo. Los funcionarios públicos se corrompen en la medida en que dejan de ser vigilados y se les pidan cuentas a cabalidad con las sanciones administrativas, civiles, políticas y penales correspondientes.  

domingo, 15 de septiembre de 2019

15 Y 16 DE SEPTIEMBRE. NUEVOS FESTEJOS PATRIOS




Los festejos patrios se fundan en hechos pasados, de conocimiento general, y se hacen por tradición, es decir, la entrega de estas festividades de las generaciones pasadas a las presentes; esto se hace de manera irreflexiva, sin pensar mucho en esta costumbre pues ese es su sello. Bien. Este 15 de septiembre se festeja la independencia política de la Nueva España del gobierno español y pasar a la creación el Estado mexicano. En estos momentos de la mundialización de la economía y de la globalización de los pueblos es seguro que esa independencia política se vea mermada por la injerencia que ejerzan por los gobiernos de los Estados más fuertes sobre los más débiles; con todo, eso no impide que se festeje; que la fuerza de la costumbre surja automáticamente en la población general. Todo está bien.

Ahora bien, quizá sea muy temprano para empezar a festejar el nuevo gobierno, pero no para festejar la caída definitiva del régimen Presidencialista que es tanto como decir de la “Dictadura del Partido Único de Estado” el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Un hecho que tuvo diversas etapas desde los años sesenta del siglo XX, hasta la fecha actual sin que el trabajo este hecho y se pueda el pueblo olvidar de seguir destruyendo los vestigios de dicho régimen.

Un régimen Presidencial totalitarista, cerrado y que tenía que ser por pura necesidad dictatorial al ser el titular del ejecutivo federal el que tomara todas las decisiones importantes de gobierno y ser el líder del Partido Revolucionario Institucional. El monopolio de la violencia del Estado estaba al servicio el presidente de la república y su partido. La democracia era una utopía.

Hacia el exterior se usaba la llamada “Doctrina Estrada”, para evitar que el Estado mexicano fuera visto, observado y criticado por su falta de democracia y sus métodos dictatoriales sin ninguna defensa efectiva para detener los ríos de violaciones a los derechos humanos, de hecho, no existían los derechos humanos y las violaciones a las garantías individuales era menos que una ilusión; ni se diga de las desapariciones forzadas, los encarcelamientos ilegales, la persecución de los disidentes y el combate a muerte de los guerrilleros. Ese era el Estado mexicano moldeado por el Partido Revolucionario Institucional, que es lo mismo decir que el partido era el heredero de los ideales revolucionarios pero institucionalizados, es decir, impuestos como una ideología torcida en beneficio del mismo instituto político. Una revolución paralizada en las instituciones controladas por el PRI.

En efecto, se debe festejar la independencia política de México con relación a España, pero se debe sumar a los festejos la independencia del pueblo mexicano del Partido Revolucionario Institucional y como consecuencia, la terminación del régimen Presidencialista dictatorial. En líneas anteriores he dado una pequeña visión de lo que fue el Estado mexicano durante el priismo, pero basta para darse cuenta de la lucha épica de los demócratas mexicanos para que paso a paso y con la perdida de muchas vidas se fuera desmontando el gigantesco régimen totalitario.

La presente independencia política interna e un partido, la liberación del pueblo y una gama de posibilidades de ser en el presente y futuro son motivos suficientes para festejar sin emborracharse pues queda trabajo negativo, destruir los vestigios del pasado régimen y positivo, construir un nuevo régimen democrático siempre en caminos amenazados por los más deslamados y ambiciosos. Si el pasado fue difícil, el presente y el futuro no lo son menos. Que momentos de caminar sobre arenas movedizas con la gritería y trompetería lúgubre de la oposición y sus voceros de diversos medios de comunicación.

Bien, para nosotros no tiene mucho sentido la independencia política de México respecto de España, pero si tiene o debe tener pleno sentido esta independencia, esta liberación del régimen priista y esto, es suficiente para reflexionar hacia dónde debemos transitar y cómo se debe hacer. Realmente no hay un plan concreto instalado en las cabezas de los que gobiernan; todo es ir desmontando la estructura del anterior régimen a golpe de piedra sin tener en cuenta una reforma integral de todo el Estado. Estamos escasos de excelentes políticos. Pero la realidad es como lo es y no admite apelación exitosa alguna.

A pesar de las circunstancias difíciles en que el pueblo mexicano se encuentra es un sueño hecho realidad; es despertar bajo un nuevo sol político, lejos de la negrura maligna del totalitarismo. Las generaciones de jóvenes no entenderán esto, pero los que vivieron bajo el régimen priista conocen de primera mano y en carne propia lo que era ese régimen y lo que significa como símbolo de la tiranía dictatorial totalmente decadente que corrompía al pueblo en su conjunto para seguir bebiendo la sangre, la vida directamente del pueblo sin ninguna concesión. Fue horrible, espantoso.

Las nuevas generaciones festejaran el pasado lejano, las viejas generaciones la caída definitiva del viejo régimen político y esto último es la dicha misma. Haber transitado por el corazón iracundo de ese régimen es todo un logro épico para todas esas generaciones que, nunca se rindieron a pesar de las miles de vidas que se perdieron; ojalá, esta costumbre de lucha consciente sea entregada y recibida por las nuevas generaciones pues mucha falta les van a tener de esta larga experiencia. 108 años de vasallaje y oscurantismo han terminado (1910-2018)


lunes, 2 de septiembre de 2019

EL GÉNESIS DE LA OPOSICIÓN EN LA 4T





Las cúpulas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), habían logrado mantenerse en el poder (el primero durante más de 8 décadas) sobre un sistema político realmente nocivo para el pueblo llano pero muy rentable para ellos. El régimen político Presidencialista estaba diseñado para ser totalitarista y acorazado por todos lados para evitar ser vulnerado y su desmantelamiento capa por capa tardo más de medio siglo.

Los dirigentes del Partido Acción Nacional, fueron herederos directos de ese tipo de gobierno y en lugar de iniciar la transición lo usaron para su beneficio personal y de grupo; no les importó la democracia, la legalidad, la legitimidad y la confianza que los votantes les dieron. Igualaron a los priistas en sus prácticas corruptas y en algunos puntos los superaron. Ni el PRI ni el PAN se dieron cuenta que los tiempos habían cambiado tanto externamente como internamente y siguieron con su política ya francamente obsoleta. Este es el contexto general que nunca entendieron estos políticos.

El regreso del PRI al gobierno en el 2012, les hizo abrigar la falsa esperanza de seguir en el gobierno tanto al PRI como al PAN, en una mancuerna ya pactada desde hace cuatro sexenios. Con esta confianza fueron a las elecciones y recibieron una derrota por parte de Andrés Manuel López Obrador. Lo impensable había pasado. El 1 de julio de 2018, se iniciaba el Génesis de ambos partidos como oposición, con un quebranto material ante la pérdida del erario, con una derrota moral ante la pérdida de la confianza de los votantes y del pueblo en general y, una debilidad inédita ante la disminución de sus militantes y de sus mejores ideólogos. Haber nacido como oposición en la decadencia los tiene marcados y, sus hechos y actuaciones posteriores son pruebas irrefutables de ello.

Con la llegada de Morena al poder político, se inicia ha iniciado el desmantelamiento del viejo régimen y esto les ha calado hondo a los priistas, panistas, empresarios y hasta periodistas que vivieron en el régimen y del régimen. Añoran los años dorados en los que el dinero fluía sin trabas y, llegaba a los bolsillos y, cuentas con toda precisión y sin ninguna responsabilidad a pesar de las vías corruptas. Acostumbrados a vivir sin el mayor esfuerzo que tener la aprobación presidencial no se acostumbran a estar sin el dinero público, sin el poder público pero lo grave para ellos es su debilidad material y su ignorancia de una nueva forma de hacer política.

El presidente del PAN, Marko Cortés es todo un ejemplo claro de lo que no debe hacer un líder, ser superfluo ante la gravedad que tiene entre manos. Sus declaraciones rayan en lo hilarante por absurdas; esto de continuo. El mismo camino lleva el senador Gustavo Madero, quien no deja de hacer declaraciones catastrofistas y hasta apocalípticas en medio de sus publicaciones de lo que en las redes sociales se llaman memes. Esta falta de seriedad y de ideas verdaderamente políticas lo hace ver como lo que son, unos ineptos. No tienen siquiera el hábito de ser oposición menos la costumbre. Eso les va a traer como consecuencia que un atraso en poner manos a la obra para recuperar la serenidad y crear un verdadero plan para llegar al poder nuevamente.

Ahora bien, la oposición debe olvidarse del viejo régimen político, el mismo ha cumplido sus objetivos ya históricos y políticos pero terminada su vigencia no hay forma de ponerlo nuevamente en práctica. Mucho me temo que la ceguera y la manquedad de esta oposición los llevará a continuos fracasos hasta que el PRI desaparezca y el PAN, rectifique el rumbo. El Partido de le Revolución Democrática (PRD), ha iniciado un intento de renovación, pero está condenado al fracaso por el abandono de sus ideales iniciales. El panorama no solo no le pinta bien a la oposición, sino que se les presenta sombrío.

En efecto, este es el panorama general en el que está inserta la oposición. Tan débil como esta no acierta a dar buenas batallas ni a señalar crítica y efectivamente los errores a este nuevo gobierno, sigue con su viejo discurso de desprestigio al comunismo y al socialismo. Eso no les ha funcionado ya, ni les funcionará. La oposición esta huérfana de ideas y hasta de ideologías. Eso, para ellos es grave.

Los hechos y los actos reales de la oposición no les alcanzan para volver al poder; es decir, más que lo existente, lo que han dejado de hacer les pesa más. Deberían prepararse para una larga lucha tal y como lo hicieron las izquierdas en el año de 1988 pues de allí tiene sus cimientos el triunfo de López Obrador, sin este momento histórico no hubiera logrado el cometido. Fueron 30 años de lucha y que tienen largos antecedentes.

El PRI y el PAN, carecen de esta larga experiencia de lucha y de construcción de vías ideológicas, de planes de lucha, de organizaciones verdaderamente populares. Si a esto le sumamos la desconfianza ciudadana, tienen serios problemas y poco remedio para ello.

Tres personajes principales pretenden ser la voz de la oposición, Vicente Fox, Felipe Calderón y Diego Fernández de Cevallos. No hay día en que no salgan a la plaza pública para denostar al actual presidente, tachándolo de todo lo malo existente y por existir. Y quizá en algunos aspectos tengan la razón; con todo, carecen de cualquier autoridad en cualquiera de los ámbitos que aborden. En consecuencia, tienen cero credibilidad y si, el repudio popular pues el pueblo no olvida sus desastrosas administraciones, su corrupción de cada uno de ellos, su cinismo e impunidad.

En resumen, la oposición está en pañales, en la oscuridad y sin verdadera oportunidad de volver al poder. Las elecciones de 2021 darán las pautas a seguir y ahí se decidirá la suerte de priistas y perredistas. En caso de no lograr triunfos, la oposición deberá luchar por lo menos cuatro sexenios para aspirar volver al poder político federal. Para ello es menester que despierten y se preparen con nuevos discurso, ideologías y prácticas para el largo camino.

domingo, 11 de agosto de 2019

EL PASADO COMO POLÍTICA




La oposición, hasta hace no mucho gobierno, se ve a leguas que no está capacitada para desempeñar tal puesto. Es una lástima que la misma este tan desvencijada, abandonada de sí misma y sin ningún norte seguro; todas las direcciones les parecen ser el norte que necesitan y vuelven cada vez desengañados. Es deseable que los partidos contrarios al actual gobierno sean fuertes para forzar hacia una dirección conjunta y no una unilateral. Sin verdaderos contrapesos bien cimentados el gobierno mismo pierde la perspectiva y fuerza. Piensen ustedes en el enorme trabajo que hicieron las llamadas izquierdas hasta llegar al poder. Tuvieron que desarrollar diversas ideologías y soportar la persecución, la desaparición forzada, la cárcel y pérdida de miles de sus militantes hasta lograr consolidarse como verdadera opción de gobierno. Comparada la actual disidencia política con aquella, es evidente que a la actual le hace falta de todo, desde ideólogos hasta militancia; es decir, está perdida véasele como se quiera.  

Tan desorientada y mermada están los partidos políticos fuera del poder que, no atinan a crear un plan de batalla; se han vuelto predecibles al punto de ser anulados inmediatamente. En dos aspectos basan su lucha:

A).- En la apuesta al fracaso del actual gobierno. Señalan lo que a su entender son errores fatales y están con el Jesús en la boca todos los días, en lugar de pisar tierra firme, iniciando por la verdadera política; en su lugar se concretan en sembrar endebles rumores en la opinión pública, mismos que se marchitan por si solos.

B).- En la lucha por el pasado. Les parece que el pasado donde se sentían como peces en el agua, es el ambiente ideal para que el Estado mexicano se desarrolle; con todo, ese pretérito es de lo que huye el pueblo mexicano por ser vergonzoso.

A este paso, el Partido Revolucionario Institucional (ha perdido todo lo que pueda ser revolución e institucional, ya de por si dos términos y circunstancias que se excluyen), está destinado a desaparecer. El PRI nació como partido único de Estado, no para la lucha para el poder. Toda sus historia es de política (lucha por el poder y su mantenimiento), fue una simulación desde el poder; en todo momento tuvo el erario, las instituciones electorales, la violencia del Estado, los órganos judiciales de su parte, grupos paramilitares para mantenerse en el poder; sin toda esta gama de elementos, sin el poder político a nivel federal, de muchos de los estados y, a nivel municipal ¿qué le queda al priismo?. El desastre total.    

El PRI, quizás sin advertirlo tuvo sus excesos sin pensar que todo tiene un fin y que, tal como a Cleómenes “El Loco”, tendría que suicidarse de la manera más dolorosa, a pedazos hasta llegar a los órganos vitales. En efecto, con cada etapa de privatizaciones perdía una parte de si y sin embargo, actuaba como si esto no fuera a tener sus materiales, morales y legales hasta que ya no había remedio.

Las cúpulas del partido oficial, como cualesquiera niños ricos les fueron proporcionado todo menos el roce, la práctica de la lucha en escenarios diversos y menos el democrático; así, cuando tuvo que enfrentarse al pueblo este lo hizo pedazos y sin esperanza de volver a gobernar ni por la fuerza del Estado ni porque sus cúpulas puedan lograr el poder político a través de comicios. Esto sería un prodigio inimaginable.

Por su parte el Partido acción Nacional, se encuentra en las mismas circunstancias como que siguieron la misma senda que el oficialismo les heredó y, en consecuencia, siguieron la misma suerte, el descrédito popular. Con todo, tan luego se serenen y organicen verán que tienen una gran veta de conservadores para seguir en la lucha política. No por algo este pueblo es predominantemente católico. Claro, tendrán que cambiar el fondo de su práctica e ir a convencer al pueblo y en esto adolecen de lo mismo que el PRI, no están diseñados para rozarse con las clases pobres, a las cuales consideran apenas si dignos de tratar. Es un partido elitista más por prejuicios que por razones reales.

En resumen, ni al PRI ni el PAN, están en condiciones de ser una buena oposición por lo que ya he dicho; el primero; tarde que temprano, desaparecerá como partido pues no tiene razón su existencia; el segundo; tardará en recomponerse, con lo que le han dejado abiertas las puertas al Movimiento de Regeneración Nacional, por varios sexenios.

El primer paso de la actual oposición, es dejar el pasado y dejar de apostar al fracaso del actual gobierno. El vejo modelo Presidencialista emanado el oficialismo no tiene cabida en las actuales circunstancias, estuvo hecho para ser un sistema político cerrado y con todo el poder del Estado para seguir manteniendo su vigencia por décadas. Este mismo régimen político fue el que heredó el PAN y es el mismo al que todos los días ambos partidos piden regrese el pueblo mexicano; lo que no va a suceder ni de chiste. El PRI vive la tragedia de Cleómenes; el PAN, el drama del extravío, de la locura de la añoranza por lo que no construyeron, el Presidencialismo priista. El pasado no tiene cabida en esta Cuarta Transformación que está triturando y devorando sin remedio.  

lunes, 5 de agosto de 2019

¿QUIÉN MANDA, CÓMO MANDA? LA HISTORIA.





En el mundo como en cualquier organización debe haber quien mande para bien o para mal, guste o no. En la actualidad no se puede dudar sobre el liderazgo de los Estados Unidos el mando, aunque no se puede desdeñar la importancia de Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia y China. El perder el poder político y económico siempre ha sido un peligro latente y permanente. Pero por el momento mandan Los Estados Unidos de Norteamérica.

El problema no es saber quién manda sino la forma, es decir, el cómo y ese es el meollo del asunto. En esto le va la estabilidad no únicamente a los estadounidenses sino a México, Centroamérica, Sudamérica y virtualmente a todo el resto del orbe. Por ello, es obligado centrase en este hecho. Son claras las dudas del actual gobierno y esto es síntoma de lo económico y social. Son ese tipo de momentos en los que los políticos no están preparados para dar respuesta a los problemas económicos que aquejan al pueblo y resulta un problema social. En lugar de que el Estado norteamericano de una respuesta adecuada a este momento singular (y tal vez no pueda), escoge un gobernante singular.

El actual gobernante Donald Trump, se le ha figurado como se lo imaginaron los votantes que la lentitud, la torpeza de los políticos tradicionales era el problema a lo económico y social. Se necesitaba una solución política que no fuera política sino básicamente económica con una agresividad constante. E, ahí el error fundamental de la actual política interior y exterior de quien manda. Este problema ha pasado en muchas ocasiones. El más conocido es el de los espartanos que lideraban la Liga del Peloponeso y, quisieron que imponer disciplina a sus aliados a su manera y, en definitiva, no les granjeó su simpatía y lealtad; a la larga les fue adversa su actitud e bravucones y se les apareció Epaminondas a la cabeza del ejercito tebano.

Quizá, las circunstancias estén determinando la política en Washington, pero precisamente, en estos momentos álgidos en donde se pierden las perspectivas y por ende el rumbo, es cuando se debe tratar a lo menos poner la cabeza fría para no hundirse más en el caos y llegar a la zozobra.  

La política de imposición es necesaria cuando hay resistencias infranqueables, pero se deben de agotar las formas políticas y diplomáticas, pero al parecer el pueblo y el gobierno estadounidenses han perdido ambas herramientas técnicas. Si esto es así, estamos en un estadio grave a secas pues quien manda ha perdido un brazo, un pie y los dos brazos.

Ante la falta de ideas y experiencia política el gobierno de Trump, ha creído falsamente que gobernar un Estado es lo mismo que dirigir a una gran empresa, en donde alguien es el Gerente General y manda y los demás obedecen. Esto no es así, e imagino que ya lo ha descubierto. Hay otros dos órganos dentro del Estado que le impiden la arbitrariedad total. Hay intereses de todo tipo interno y externos. Haber tomado la supremacía blanca como remedio a lo económico, político o de inmigración no ha hecho otra cosa que empeorar el fondo y quizá esto le cuesten las próximas elecciones.

El movimiento supremacista esta, francamente en decadencia, no es homogéneo, no son los años cincuenta del siglo pasado y no tiene los elementos para cambiar la realidad; es decir, no es la solución. Llegan sujetos solitarios que matan a diestra y siniestra a personas inocentes que, creen son el problema. ¿Qué han ganado con esto en lo general y en lo personal?, ni un ápice de algo positivo para su causa. El actual estado económico y social no va a retroceder por esto. Únicamente logran causar terror pasajero y unidad en su contra.

Creer que los inmigrantes son la causa de sus males refleja únicamente la ceguera y terquedad, tanto del pueblo en general como la del gobierno cuando precisamente “El sueño americano”, se construyó por los mimos. Claro, ya no existe el “Viejo oeste”, para ser conquistado, sin embargo, si una economía que reactivar.

Para un buen funcionamiento de un Estado debe haber políticos que sepan mandar pues esa es la médula de su quehacer, mandar, pero no se necesita ser un sabio para darse cuenta que ni el pueblo ni su clase política tienen los pies en la tierra, por el contrario, están en constante inactividad histérica la mayoría y los extremistas en franca paranoia. Trump no es otra cosa que el símbolo de la actual situación que aqueja al Estado norteamericano. Claro, no todos están en las condiciones señaladas, pero son insuficientes para equilibrar la balanza y el balance.

Trump, parece ser, el inverso del Divino Claudio, que llegó al poder del imperio con un miedo terrible pero que al paso del tiempo no solo anuló su mala imagen de idiota, sino que conquistó; contrario a Claudio, Trump, tomó el poder con excesiva confianza en i mismo y va que lo pierde como un idiota sin conquista alguna.

 Se acercan las próximas elecciones y el pueblo estadounidense deberá escoger a su líder por cuatro años más y, veremos si son capaces de mostrar madurez y serenidad o, por el contrario, la continuidad de su actual ceguera, terquedad y bravuconería como medicina a sus males económicos, políticos y sociales.

domingo, 4 de agosto de 2019

¿EXISTE LA SUPREMACÍA RACIAL?




El tema no es complejo intelectualmente pues se inscribe entre la explicación mitológica y la explicación científica. La primera explicación viene desde muy lejos y ha sido usada como justificación para dominar a los pueblos que no se ajustan, primero ser elegidos por un dios cualquiera para mandar; pongo como ejemplo a los gobernantes egipcios que se separaron, bajo este argumento, del pueblo para convertirse en dioses humanos hasta crear toda una serie de rituales para vivir y para ir “al más allá”.  Con el tiempo, esa divinidad descansó sobre el llamado color de la piel blanca. De ahí deriva la división de los seres humanos en razas.

La división de los seres humanos en razas justificó el dominio de unos pocos sobre muchos. Se creía y se sigue creyendo que la piel blanca es sinónimo de pureza y por ende, de superioridad. Esto no es más que un prejuicio que no tiene soporte alguno racional ni científico. Pero esta idea repetida hasta la saciedad se puso de moda en la serie de conquistas que hicieron sus creadores, los europeos desde el siglo XV para conquistar lo que hoy, llamamos América, China, la India, Oceanía y África. Lo inferior tiene que seguir lo superior, una idea aristotélica, aunque del ámbito intelectual original se tornó un modelo físico e intelectual.

Ahora bien, la pregunta es, ¿esto es cierto racionalmente?, no lo es, ya los griegos postulaban que todo lo existente debería tener un mismo origen y Aristóteles nos dejó su idea de un “Motor inmóvil que mueve todo sin ser movido” como origen de todo lo existente hasta entonces. Idea que se perdió filosóficamente y que la transmutaron los cristianos a su Dios, que se volvió el origen de toda la realidad y de la no realidad (metafísica). Esta es la base del actual creacionismo.

La mitología es la primera explicación que se da a la realidad y aunque no es de desdeñar por el esfuerzo explicativo si está ya muy lejos de ser la forma adecuada de entender la realidad. El mito se torna prejuicio, es irreflexivo sin corrección alguna, la explicación científica reflexiona sus juicios y los corrige según se avanza.

Es interesante que Carlos Darwin (1809-1882), postulara en su obra más conocida “El origen de las especies”, eso precisamente, que lo que existen son especies y no razas dentro de los estudios biológicos que realizó. Hoy hablar de razas humanas es vivir en la ignorancia, hundirse profundamente en las tinieblas con el traje de buzo llamado prejuicio, irracionalidad. Este prejuicio no tiene asidero alguno más que la mente débil de quienes lo tienen como ariete en la vida.

El-principio-primero-de-todas-las-cosas, fue hallado científicamente en la teoría del Big Bang, que señala que todo cuanto hay es producto de una singularidad, una gran explosión y que no es necesaria la existencia de Dios alguno para que esto ocurra. Esta es la base de la explicación científica.

Bien, podría ser que, aunque todo tenga un mismo origen no todo tenga la misma calidad y con esto, los derechos del hombre (debería decir ser humano) y del ciudadano no sean más que principios irrealizables. Nos encontramos ante dos vertientes; la primera, es de tipo material meramente y la segunda, de calidad humana que no deben ser confundidas. Los seres humanos apreciamos de manera distinta lo material; el oro por encima de la plata, lo fino por encima de lo bruto etc., sin embargo, ¿es válida esta justipreciación entre humanos?, pues lo hay buenos y malos. La respuesta inmediata parecería ser sí, pero, aquí no podemos proceder apriorísticamente pues no sabemos de ante mano quien será bueno o malo sino hasta después de que se actúa, es decir, la calidad positiva humana se gana, se mantiene o se pierde.

Ahora, debemos pasar a los hechos ya entrado el siglo XX, después de abolida en buena parte del mundo la esclavitud física. La primera gran refutación a esa superioridad blanca se tuvo en los juegos olímpicos celebrados en Alemania, si Alemania, en donde Jesse Owens, ganó los metros, los doscientos metros, los cuatrocientos y el salto de longitud, en el seno de los nazis que sostenían la “superioridad racial”. El mito fue expuesto en la realidad como lo que es, un prejuicio ridículo.

Claro esto no derribo por si solo la muralla irracional, sino que, incluso la hizo más cruel, despiadada y difícil de atacar en los propios Estados Unidos de Norteamérica y tuvieron que pasar muchos años y morir muchos activistas sociales como Martin Luther King, y otro que nunca se venció, Jesse Jackson, por nombrar un par de ellos. Toda esta lucha tuvo su momento simbólico con la llegada de Barak Obama a la presidencia de ese Estado nacional. Claro, contra esto, los llamados supremacistas han reaccionado, teniendo al más lerdo de los lerdos, Donald Trump.

La ciencia de la Física, en particular la Óptica, nos sirve para desnudar la falacia de la supremacía de la raza blanca. Por principio de cuentas, hay tres colores primarios (rojo, verde y azul) y de la combinación de estos se crean los colores secundarios. Por otra parte, existen objetos que emiten luz y los opacos; estos últimos absorben y reflejan la luz. Cuando un objeto opaco absorbe todos los colores del a luz parece negro y cuando refleja todos, parece blanco. Pero, ni el negro es un color ni el blanco tampoco. Vaya descubrimiento que han hecho los científicos. Esto por si solo anula la superioridad de las razas en lo intelectual.

En la realidad, si nos trasladamos a los Estados Unidos de Norteamérica, bien se puede ver que los “negros, dominan ampliamente en deportes como el atletismo, el boxeo, el béisbol, fútbol americano, basquetbol entre otros. En el cine la televisión, la música y el arte en general ni se diga. Queda refutada ampliamente la supremacía blanca. Pero los supremacistas son tercamente ignorantes.

Aunque, los supremacistas son una minoría existente únicamente en los Estados nacionales en donde han perdido su jerarquía no dejan de ser peligrosos de manera permanente y mortales hasta llegar a la cadena de masacres que se dan principalmente en los Estado unidos de Norteamérica. Erróneamente, los supremacistas creen, que van a cambiar la realidad cuando únicamente causan muertes de inocentes y dolor sin ganar un ápice de credibilidad y si ganando la condena general.

En este punto, se ha procedido racionalmente y no se ha prohibido la existencia de los supremacistas en aras de la libertad de expresión, el respeto a los derechos humanos, es decir, se procede racionalmente y no de manera irracional y rabiosa. La igualdad humana es un ideal que ha costado y seguirá costando lucha constante, dolor y vidas humanas. Con todo, los derechos humanos no son autoaplicativos sino conquistas que se deben defender día y noches y su avance exige acciones de condena y mayor avance a pesar de la violencia de las hordas bárbaras de supremacistas.



sábado, 3 de agosto de 2019

LOS ÁMBITOS ECONÓMICO Y DE SEGURIDAD PUBLICA Y SU USO EN LA PUGNA POLÍTICA MEXICANA




Todos los días los medios de comunicaciones nos muestran la pugna entre el gobierno y, la oposición, eso es lo normal en todo el mundo donde haya democracia y esto no se hace con las mejores maneras sino con las peores. Para este análisis no importa la diversidad de partidos políticos que estén como contrarios al gobierno porque en general usan los mismos argumentos para hacer política. El gobierno hace la defensa a ultranza de su administración en sentido contrario y de esta manera quedan conformados los dos frentes.

Bien, ahora sabemos que los dos frentes están definidos, que la pluralidad de la oposición no importa y que la misma usará los mimos argumentos contra el gobierno y que este defenderá su gestión. Pues bien, nos hace falta saber qué, ámbito o ámbitos se usan mayormente para tratar de llegar al poder (la oposición) y que cual o cuales para mantenerlo (gobierno). Por un lado, la oposición priista y panista perdieron el poder político y por el otro, Morena ha logrado ser gobierno y tiene como fin desmantelar toda la vieja estructura política del régimen priista. Esto es un peligro evidente para el priismo y el panismo y a toda costa tratan de evitar ser extinguido el priismo y más disminuido el panismo pues esto daría como resultado una larga cadena de gobiernos morenistas en los tres niveles de gobierno.

La confrontación es todos los días las veinticuatro horas del día y con tantas noticias no se sabe a bien quien dice la verdad. Pero en este rubro también es simple el escenario; hay medios de comunicación que apoyan a la oposición y otros que apoyan al gobierno. Olvidemos durante este análisis si ambas partes lo hacen de manera honesta o no, este quehacer debe ser frío. En el ámbito empresarial pasa lo mismo y ni se diga entre el pueblo. Claro, sabemos muy bien que la llamada Cuarta Transformación lleva primera mano en casi todo y que sus contrincantes están pasando las de Caín.  

Ahora bien, la oposición usa básicamente el ámbito económico como ariete argumentativo para tratar de convencer al pueblo que este gobierno va hacia el desastre, hacia la derrota, hacia el fracaso; no importa que palabras usen, pero siempre dirán que va muy mal y que es la pobre población la que sufre y sufrirá las malas consecuencias de esta mala administración. Otro argumento usado por la oposición lo será la seguridad pública. Por su parte, el gobierno en su parte destructiva y necesario cometerá injusticias y dará pauta para ser criticado. Con todo, defenderá sus acciones y tratará en la medida de los posible de dar resultados positivos a los gobernados. Su tarea no es fácil pues a la par que debe destruir la vieja estructura debe hacer malabares en la construcción de un nuevo régimen político.

En efecto, quedan como argumentos políticos básicos para la oposición el ámbito económico y el de seguridad; esto no significa que no usen los demás ámbitos como el cultural, el de relaciones internacionales, la migración, la educación etc., pero se centran básicamente en lo más sensible para el pueblo, la economía que es la base de la vida diaria de los más pobres que prácticamente viven al día y la seguridad pública que, hasta ahora es un desastre heredado pero del cual debe hacerse responsable ya este gobierno.  Por su parte el gobierno debe resistir los embates de sus contrarios y defenderse en este y todos los demás ámbitos.

Es fundamental entender cuando los rubros o ámbitos que no son propiamente políticos como en estos dos casos la economía y la seguridad pública son usados como medios para hacer política.  Si logramos entender esto, será relativamente fácil saber las intenciones, los fines y los logros que cada una de las partes en pugna política. El fin para ambas partes es el mismo, pues la política esencialmente es la consecución del poder y su mantenimiento. Las formas son las que varían y todos los ámbitos pueden ser usados como medios para ese fin; la crítica a la salud pública, la pavimentación de las calles y en general toda la prestación de bienes y servicios públicos.

No se puede adivinar de manera detallada el fin, pero si se puede hacer un pronóstico acertado en lo general con todos los elementos a la mano. A claras se ve que, agotado el Presidencialismo priista el mismo ya no tiene que ofrecer ni sus creadores los priistas ni sus continuadores los panistas previeron los cambios tan radicales que los dejarían fuera del gobierno federal. Al no tener un plan B en su momento y al no poder aun todavía siquiera iniciarlo se ve francamente imposible que logren detener esta locomotora llamada Morena que cuenta con el respaldo mayoritario no solo de sus más de treinta millones de votantes sino de la mayoría del pueblo. Es decir, se terminó una era y se inicia otra que sigue la senda de la democracia por ahora. Debemos tener cuidado porque nunca se debe cantar victoria democrática en un mundo tan complejo por sus intereses económicos, políticos y sociales.

Finalmente, se debe hacer el estudio de las tres anteriores Transformaciones pues las mismas han determinados las actuales circunstancias. Hemos de buscar el futuro con los elementos que tenemos a la mano sin olvidar la historia pues ella nos determina, es, además, la gran maestra de nuestro presente y futuro. Desconocer el pasado es caminar a ciegas.

jueves, 1 de agosto de 2019

POLÍTICA Y CIENCIA



POLÍTICA Y CIENCIA


Ya saben cómo es la política en el mundo y en particular en México, descarnada y con un pasado vergonzoso del cual intenta salir buena parte del pueblo mexicano, aunque no faltan como siempre traidores, oportunistas y los viejos dueños del Estado mexicano, los priistas y panistas. Bien, no se trata de remover el cieno sino precisamente apartarse de la política y sentar los reales en la ciencia como la historia, la filosofía, el derecho y todas las disciplinas para analizar esta llamada Curta Transformación hasta ahora. ¿Va bien?, ¿va mal?.

Comparar este gobierno con los gobiernos de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa o el de Enrique Peña Nieto, es un despropósito; los anteriores tenían el control social por la fuerza, este por convicción, aquellos eran prácticamente los mismo, este su fin. No tengo duda de que, estamos ante un hecho que pocas veces se ven, un verdadero cambio. Andrés Manuel López Obrador no es el motor de este cambio, aunque sea el personaje central. Pasó lo mismo con Barak Obama, él, fue el símbolo ganador de la lucha de los afroamericanos. ¿Quién en su sano juicio puede desdeñar o restarle el justo valor al trabajo del Martin Luther King o, al del reverendo Jesee Jackson y todas las legiones de héroes anónimos?. En México pasó lo mismo, recuerden ese Frente amplio Nacional de 1988, aglutinó a lo más granado de las izquierdas y de allí se dio nuevo impulso a la lucha democrática.  No se le puede restar mérito alguno a López Obrador pero un ser humano por muy importante que este sea no es el todo. Este cambio se inserta en la dinámica actual del mundo entero.

En fin, volvamos al análisis del actual estado de la política. Los adversarios del actual incipiente régimen claman todos los días y a cualquier hora que vamos al fracaso, a la bancarrota. ¿Esto es cierto?. Olvídense de los grandes analistas y sabelotodo que nos ponen en los me4dios de comunicación. Por inicio haga un análisis cada uno de ustedes y vea si su vida ha cambiado para bien, para mal o sigue más o menos igual y esa será un primer acercamiento al meollo del problema. Un segundo paso, es hacer lo que los buenos filósofos hacen, no fiarse de las apariencias. Y, eso es lo que precisamente nos presentan los medios de comunicación, más bien de desinformación, apariencias. El tercer elemento es tomar en cuenta la realidad total y ver los problemas nacionales uno por uno y en su conjunto. Seguimos con la herencia de los anteriores gobiernos; es cierto que este gobierno debe ser responsable de lo que pasa, pero no se debe olvidar la inercia de toda la corrupción heredada. No le dieron a este gobierno un inicio en ceros sino en números rojos.

Ahora bien, desmontar la estructura de todo el antiguo régimen representa un trabajo titánico. Imaginen y vean la oposición de los funcionarios afines y de cepa priista, acostumbrados a mandar, a tener excesos de corrupción con toda impunidad, esos harán hasta lo impensable con tal de no perder sus privilegios. De los panistas se puede decir lo mismo palabra por palabra. Los panistas son ridículamente más combativos porque saben que el Partido Revolucionario Institucional no tiene rescate, pero ellos si pues abrevan en el conservadorismo de la fe católica. Claro, son lerdos y como símbolos de ello, tienen a Fox, a Calderón y a Marko Cortés. Tres figuras patéticas por donde se les vea. En efecto, la corrupción es una herencia priista y los muertos un legado de Calderón y los panistas; esto sin liberar de manera alguna al actual gobierno de sus responsabilidades.

La verdad yo esperaba una Cuarta Transformación más ruda, más cruda pero incluso estaba yo dispuesto a pagar mayor precio con tal de que se acabara el régimen priista. No soy pesimista al hacer una análisis jurídico, histórico y filosófico de ese periodo. Realmente me sentía yo fuera de toda esperanza y no es que me fuera mal en todos los ámbitos de mi vida; simplemente no puedo vivir feliz en un régimen exento de libertad. Vivir como un ciudadano cero no se me da.

Bien, lo anterior no significa que no vea yo claramente los errores y limitaciones del actual gobierno, pues mi labor consiste en ver la realidad sin pasiones, imparcialmente a la manera de Tucídides. No sigamos los sentimientos en este caso sino a la razón. Y, no temamos cosa alguna como humanos falibles, siempre podemos corregir. ¿Hemos hacer caso al gobierno o a la oposición?, no, siempre a los hechos comprobables, aunque esto parezca muy cintificista, no lo es, simplemente no se deben creer en las apariencias.

Otro elemento para el análisis. ¿Quiénes son los que se oponen a López Obrador?, la gente que desde la comodidad de la buena vida se queja por ser prejuiciosa. Van a protestar contra este gobierno rodeados de escoltas, bien comidos y bebidos en franco contraste con el pueblo cuando se manifiesta por hambre, por injusticias. En este rubro el pueblo les lleva la ventaja inalcanzable. Estos ricos son ignorantes y ridículos ya los vimos. No son mejores que nosotros, han mostrado todas sus flaquezas de manera lamentable. Si alguna hora es de hacer justicia esta lo es y de manera general.

Hay muchos elementos por analizar, pero por ahora únicamente añadiremos a la iniciativa privada, esa que se ha beneficiada de trabajo de millones de mexicanos de muchas generaciones; esa iniciativa que pasó de ser “soldado del PRI”, a ser “General”, y dirigir desde la economía la política nacional. Es lo más poderoso que puede haber pues tiene cómplices extranjeros y que no perdonan nunca lo que consideran un agravio. De ese tamaño es el reto que tiene este gobierno.

Pero este problema no es de este gobierno sino del pueblo mexicano, ya les decía que no se fiaran de las apariencias. Andrés Manuel se ira y el problema subsistirá y somos nosotros los que seguiremos lidiando con el mismo. Este problema es nacional y se debe tratar como tal. Todos somos culpables de los problemas y todos debemos ser responsables de las soluciones por acción u omisión.

Bien, ¿estamos bien o mal?, debemos proceder como en la Ilustración, no decirles un veredicto, sino que cada quien llegue a su propia conclusión de manera fría, imparcial. Que cada uno vea su realidad y diga en que condición se encuentra y si está dispuesto a la lucha. Daré mi conclusión final y ya anticipada, prefiero esto y su costo que seguir viviendo en un sistema totalitarista en donde pocos se beneficiaban. Espero que esto no los influya, sino que los haga pensar. No creáis en mis palabras, piensen por ustedes mismos.



martes, 23 de julio de 2019

LA 4T: DESTRUCCIÓN, CONSTRUCCIÓN




Las tres anteriores Transformaciones; en realidad verdaderas revoluciones armadas, con todas sus consecuencias, dejaron hecho un desastre, en todos los ámbitos al pueblo mexicano y se ha tenido que construir sobre ruinas. De milagro, el pueblo mexicano, ha salido mejor librado de lo que se ha podido esperar. La revolución de independencia ha sido mal contada al grado de haber sido un realista (defensor del gobierno español), Agustín de Iturbide quien llevó a cabo la independencia del pueblo mexicano. La revolución que se dio entre conservadores y liberales fue a favor de los primeros, pero durante un año más o menos los segundo ganaban batalla tras batalla al punto de llamarle a José Santos Degollado “El héroe de las derrotas”. El reconocimiento de los Estados Unidos e Inglaterra vino a salvar la situación. La revolución de 1910 tiene el mismo corte de las dos anteriores, pues las tres fueron destructivas en su primera fase y nunca pudieron terminar en una democracia, en su fin positivo.

Esta Cuarta Transformación no sigue los pasos de las tres anteriores, dígase lo que se diga, aunque coincide en terminar con un régimen político totalitarista. Los muertos que está produciendo esta Cuarta Transformación no son frutos propios sino una herencia maldita. Es cierto que el actual gobierno no tiene la suficiente materia gris y está muy lejos de acercarse a tener una generación como la tuvo Benito Juárez, dentro de la cual cualquiera de sus miembros podía brillar con luz propia. Tampoco tiene los caudillos que tuvo ni la primera Transformación ni la tercera. Verdaderos héroes de las armas. Carece esta 4T, de verdaderos líderes tanto en el pensamiento como en la acción, es decir, no hay un plan sino hombres y mujeres de acción que son buenos destructores (como debe ser), pero le hace falta creadores del nuevo régimen.

Ahora bien, esa parte destructiva es necesaria. Le correspondía a Vicente Fox, ser el iniciador de la destrucción de la estructura priista y, a Felipe Calderón ser el continuador de la aniquilación de ese sistema político, pero ambos fallaron de manera estrepitosa y pactaron con el priismo. Retrasaron la llegada de la democracia porque los panistas no son demócratas de origen sino religiosos metidos a políticos. No distinguen entre el Estado laico y el religioso. De política saben tanto como unos preparatorianos de ciencia.

En efecto, la idea torcida y retrograda de tratar de imponer el “Reino de Dios en la Tierra”, por parte de los panistas les trajo la derrota. Eso era de esperarse; el pueblo aspiraba a la democracia mientras los panistas querían transformar el priismo en un régimen confesional; se erigieron como los continuadores de sus antepasados en tiempos del Juárez reformista.  Los panistas quisieron un Estado donde despareciera lo laico para ser únicamente un Estado preñado de religión hasta en la vida privada. Esa ceguera los llevó a la silla de los acusados con una condena inapelable de responsabilidad y por ende, de culpabilidad.

Recayó la tarea de imponer la democracia en el actual partido en el gobierno y su evaluación serena, a pesar de todo, es que lo está haciendo bien a secas sin grandes proyectos positivos pues se encuentra en su fase destructiva. Esto no puede ser de otra manera. No se puede pasar al número dos o tres sin haber pasado por el uno. Muy a pesar de lo que diga la oposición esta Cuarta Transformación va cumpliendo con su cometido. Es de desear y reclamar el rubro de la Seguridad Publica, ámbito abandonado desde hace por lo menos tres sexenios. El Estado mexicano como cualquier Estado debe tener bajo su control a los delincuentes pues es uno de sus fines. Es una mentira que a los delincuentes se les debe dejar matar entre si tal y como se ha venido diciendo desde la administración de Fox. A los ciudadanos que cumplen con las leyes no se les debe aplicar las mismas sino a quienes no las observan y un Estado que no aplique las leyes está en serio peligro de mayor decadencia.

Con todo, se debe destacar la participación del pueblo. En la Primera Transformación el pueblo mexicano participó como mero comparsa pues los llamados criollos fueron los que llegaron al poder político. En l Segunda Transformación pasó lo mismo y ni se diga en la Tercera Transformación muy a pesar de ponerse en nichos, obras artísticas y en los altares de las leyes el pueblo mexicano fue sometido a una dictadura del partido único de Estado: el Partido Revolucionario Institucional.  Se ve a claras que en esta ocasión el pueblo mexicano mostró una madurez política nunca antes vista. En diversas elecciones los priistas y panistas junto con sus comparsas introdujeron al miedo y el temor infundado sobre los candidatos de izquierda. La engañifa tenía que terminar y terminó. La democracia llegó, pero como siempre, hace falta teoría sobre la democracia libre de ideologías y una práctica constante hasta que esto se haga una costumbre pasada en constante revisión y reforma.

Esta Cuarta Transformación, depende radicalmente del pueblo y no como lo gritan sus opositores del actual gobierno. Imaginen a este gobierno o, a cualquier otro sin el apoyo popular. Esto lo sabe el presidente de la república y claras muestras de ello, lo son sus constantes llamados a mantener la confianza en el mismo. En este rubro el pueblo no debe engañarse, dejarse engañar o perder el rumbo. La fuerza la tiene, le falta la madurez y la constante vigilancia hacia sus gobernantes sean estos del partido que sean. A un pueblo como el mexicano no debe bastarle con ser libre, democrático sino ser lo que es, soberano de manera constante para que no se tuerza y retuerzan sus gobernantes que, los mismos gobiernen obedeciendo el mandato popular para no terminar en nuevamente en las garras de la tiranía totalitarista y perdidos en tierras siniestras. Hace falta mucho más trabajo en lo positivo que en lo destructivo. La realidad se construye bien o mal y el futuro tiene sus bases en cada momento que transcurre.



sábado, 20 de julio de 2019

SOBERANÍA POPULAR, OPINIÓN PÚBLICA Y POLÍTICA





La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del Estado mexicano, señala que su soberanía radica original y esencialmente en el pueblo y en beneficio de este. La soberanía de un Estado en vías de desarrollo menor que otros Estados, puede estar mermada o puesta en duda, pero eso no es obstáculo para que el pueblo siga luchando para lograr su pleno desarrollo, su ser como tal. En consecuencia, la soberanía popular no es estática sino elástica en los grados de madurez o inmadurez del pueblo.

Precisamente se trata de que el pueblo en general y los ciudadanos en concreto hagan uso de esa soberanía popular para no ser meramente gobernados si no que, sea el conductor de su propia realidad y futuro. No se puede hacer un uso cotidiano de la soberanía de manera directa pues ello conllevaría a anular al gobierno electo en turno. Las irregularidades y excesos se deben corregir mediante los procesos electorales o ejerciendo los derechos que la propia Carta Magna ponga a disposición de los ciudadanos. El pueblo no puede renunciar a su soberanía ni a su ejercicio directo pero que debe usarse de manera sabia, madura.  

Una forma de terminar un régimen político mediante elección fue lo ocurrido el uno de julio de dos mil dieciocho. El desmoronamiento del régimen se venía gestando por lo menos durante los últimos cuarenta años hasta que colapsó totalmente. Ahora bien, este fin abrupto antes de verse en la realidad pasó por un proceso psicológico que va de lo negativo a pasar a ser parte activa del cambio de manera decisiva. En efecto, el sistema de creencias cambio radicalmente debido a actos y hechos tanto externo como internos y aun con la participación del partido y gobiernos oficialistas, aunque esto sea paradójico.

Pero se debe pasar de lo teorético a lo práctico y este es el meollo de la vida cotidiana en la vida política de los mexicanos. Los casos emblemáticos están en los ex gobernantes hasta hace poco hegemónicos del Partido Acción Nacional y del Partido Revolucionario Institucional. El segundo, no tiene ya razón de existir y si no desaparece de manera inmediata lo hará de manera gradual pero inevitablemente. El primero, es donde se encuentran dos de los ex presidentes más activos contra el actual gobierno, propagando ideas descabelladas con base en la humillación pública que sufren.

Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón, no logran asimilar que tuvieron pésimas administraciones; el primero además carga con el peso de haber traicionado sus propias palabras y, en lugar de desmontar la estructura priista se unió a los mismos con lo que le dio continuidad al régimen político; el segundo, tiene el estigma de haber iniciado una guerra sin previamente tener un plan maduro y seguro para combatir los excesos, las violaciones a derechos humanos y en consecuencia hacer la reparación de los daños humanos ocasionados. Ambos ex presidentes viven realidades contrarias a la real; creen que pueden ser útiles al pueblo mexicano y a la política. Este error de forma y fondo los hunde a los dos de manera irremediable. Pero ellos, de manera ridículamente quijotesca siguen haciendo una política de muy mala calidad en contra del actual gobierno.

Se deben acotar las acciones políticas tanto Fox como de Calderón, porque representan el pasado, los dogmas de fe en la política y al viejo régimen priista sobre el cual quisieron construir el propio sobre los rieles de la corrupción y la impunidad. Ambos no supieron siquiera adivinar que la decadencia del sistema presidencial conllevó libertad ciudadana. Ahora los ciudadanos libres del totalitarismo priista pueden informarse a través de las redes sociales (el talón de Aquiles del oficialismo), conocer otras formas de pensar, de ser que ya es imposible de detener.

De un sistema político cerrado se pasó a uno abierto en donde los ciudadanos han demostrado ser parte activa del cambio y así deben seguir pues deben seguir construyendo lo público y fortaleciendo su soberanía.  En la medida en que maduren los ciudadanos podrán remediar los excesos y los excesos con los que se conducen Fox y Calderón deben ser remediados. Son políticos de muy baja calidad que han probado su incapacidad para gobernar y ser opción como oposición. Han demostrado que lo único que les interesa es vivir de lo público, haciéndose ricos con toda impunidad.

Es evidente que mientras los panistas añoran el pasado y el conservadurismo; el pueblo mexicano busca construir su destino libre de trabas dogmáticas o del control total de un sistema político que evite la libertad que es la base de la soberanía popular; sin libertad adiós soberanía. Esta es razón suficiente para no oír los llamados de ambos ex presidentes y para ponerlos en la mínima expresión y acción política.  

En este contexto la soberanía activa del pueblo tiene su base en un sistema de creencias que deben ser lo suficientemente concordantes con la realidad para poder tener el control sobre la política, sobre los políticos y no al revés.  En la medida en que el pueblo mexicano corte las malas hierbas para que estas no vuelvan a contaminar la vida pública y la democracia se torne nuevamente un nido de corrupción e impunidad. El pasado debe superarse dejando intacto lo poco bueno que tiene y construyendo un nuevo régimen político como base del Estado.

El panismo no podrá desaparecer pues abreva en el conservadurismo y conservadores los habrá siempre, pero si debe ser acotado por ser contrario al futuro del pueblo mexicano. Fox y Calderón son los símbolos de la decadencia de ese presidencialismo con el sello panista, conservador.  En este momento la opinión pública debe determinar la soberanía y la política de manera real y no ceñirse a lo puramente conceptual.