domingo, 22 de septiembre de 2019

LA NUEVA MORAL EN LA POLÍTICA MEXICANA




Los líderes del Partido Revolucionario Institucional, a partir de los años ochentas del siglo pasado, se dieron clara cuenta de la decadencia hacia la que había transitado el régimen político y que esta corrupción, había moldeado ya a la sociedad mexicana. ¿Qué podía hacer el gobierno en turno?, francamente poco; la podredumbre emanaba directamente el partido único de Estado y del gobierno en turno. El esfuerzo más sonado y que fracasó como era de esperarse se dio con el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado durante su administración (1982-1988). El discurso, en donde hacia un certero diagnóstico, lo dio siendo candidato a la presidencia y ya como presidente de la república, Miguel de la Madrid, siguió con la misma línea de corrupción. Su esfuerzo fue un fracaso rotundo pues la corrupción se hizo más profunda y amplia.

Esa renovación moral habría de darse durante años antes de las elecciones de 2018, y no fue implementada por el gobierno en turno sino emergida del pueblo mismo. Ahora bien, esa renovación moral no es plena, ideal pero basto para dar fin al régimen que había servido como continente de la corrupción y decadencia del partido oficial, el PRI. ¿Qué significa esa nueva moral), ni más ni menos que un repudio generalizado a la forma de hacer política, la forma de gobernar y de ser del propio pueblo mexicano. Esto fue crucial pues antes que un cambio legal y legítimo de sistema político fue un quiebre moral que derivó en lo jurídico electoral. Y es sobre este contexto que los políticos deben hacer su quehacer, tratar de conservar el poder o tratar de conservarlo. Si esto no lo entienden, están fuera de sintonía y por ende, impedidos de hacer buena política.

La corrupción permeó muy hondo en el partido Acción Nacional, que ávidos de poder pero ya sin la ideología de sus iniciadores accedieron al poder público federal a través de la obtención de la presidencia de la república en la figura de Vicente Fox Quesada (2000-2006), y con matices propios (la religiosidad y conservadurismo), pero sin el combate esperado a la corrupción e impunidad sino la opción del régimen corrupto. El panismo volvió a ganar la presidencia de la república con Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), quien le imprimió a su mandato su sello de corrupción e impunidad; es decir, ambos presidentes fueron los continuadores del sistema político inmoral. Esto fue asimilado por una buena parte del pueblo que gradualmente cambio de mentalidad iniciando por lo moral y dio al traste con la forma de hacer política en las elecciones de 2018. Los panistas no entendieron el momento histórico.

Derrotados el PRI y PAN más sus partidos satélites, han tenido que batallar con sus propias debilidades. Lo más grave para ambos partidos es su incapacidad de renovación moral y política. Han sido incapaces de cambiar y esa parálisis intelectual, moral y política es en cada uno de ellos, su talón de Aquiles.  Ambos partidos, a toda costa quieren el regreso del régimen que creo el PRI y que adoptó el PAN, y eso es imposible; el primer partido está en franca desaparición; el segundo, tiene asegurada su existencia no así, el éxito político.

Los panistas están en una crisis profunda y no se avizora el término de la misma. Lo más penoso es ver que han perdido su estrella polar para dirigir sus pasos en el sentido correcto. El repudio al viejo régimen alcanzó a Vicente Fox, por su negativa a desmontar la estructura de corrupción del PRI y su posterior alianza, lo que fue tomado por una buena parte del pueblo como lo que es, una traición a los intereses morales y políticos del mismo. A Fox, no le han importado las severas críticas y sigue haciendo política; claro, es una política llena de dislates, de errores increíbles, rumores absurdos con el sello de su ignorancia y desfase de la realidad. Parece un Quijote aún más deschavetado que el hijo literario de Miguel de Cervantes de Saavedra. Cuando se cree que no puede haber un hecho más estrafalario por parte de Fox, sale con otro que supera con creces al anterior, causando, el estupor y la hilaridad generalizada. ¿Cómo fue posible que un hombre con claras y graves deficiencias mentales pudiera haber alcanzado la primera magistratura?. El hombre ha tenido una metamorfosis propia, impulsada por su magro intelecto que se basa en prejuicios económicos y religiosos. Siente un terror pánico ante la simple mención de la soberanía del pueblo, de las palabras socialismo, comunismo o populismo sin pensar un ápice en su significado y realidad. No queda ya vestigios del Vicente Fox, dinámico, alegre y esperanzador; ha quemado todo ello en aras de combatir males gigantes que amenazan a la humanidad. Es un declarado capitalista, amante de lo material sin ningún valor filosófico.

El llamado que hacen los panistas a Fox para que los encabece en una cruzada nacional contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, da una clara idea de su decadencia política, ideológica y de ideas. ¿No ven que Fox representa un enemigo del pueblo?. Se están dando, como se dice vulgarmente, tiros en los pies y como si no pasara cosa alguna siguen caminando extraviados, creyendo que los guía su estrella del norte. La realidad es que, cualquier luz roja les parece que les señala el norte, están desnorteados.

Los panistas se enfocan a batallar contra el gobierno de López Obrador, pero están tan ciegos que ignoran que, deben luchar contra su propia corrupción, contra todas sus traiciones al pueblo para ganárselo después de muchos años. La aprobación de AMLO, les debería servir para trazar un plan de batalla. Entender la realidad debería ser uno de sus propósitos, pero cierran los ojos y caminan con toda seguridad hacia ningún lado. Su fracaso político está cantado, tal y como está cantado su éxito cómico con este hecho. Pero los panistas están ciegos y sordos ante la realidad y siguen con su puesta en escena de su espectáculo como si fueran a presentar algo inédito y no al conocido bufón de la decadencia con la lengua más estrambótica de los últimos tiempos: Fox. Bien, el escenario esta puesto y el público en espera de la nueva temporada del panismo foxiano sin fecha de vigencia. Nos espera un grotesco espectáculo. ¡Qué oposición tan ingenua y estrambótica!.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario