jueves, 1 de agosto de 2019

POLÍTICA Y CIENCIA



POLÍTICA Y CIENCIA


Ya saben cómo es la política en el mundo y en particular en México, descarnada y con un pasado vergonzoso del cual intenta salir buena parte del pueblo mexicano, aunque no faltan como siempre traidores, oportunistas y los viejos dueños del Estado mexicano, los priistas y panistas. Bien, no se trata de remover el cieno sino precisamente apartarse de la política y sentar los reales en la ciencia como la historia, la filosofía, el derecho y todas las disciplinas para analizar esta llamada Curta Transformación hasta ahora. ¿Va bien?, ¿va mal?.

Comparar este gobierno con los gobiernos de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa o el de Enrique Peña Nieto, es un despropósito; los anteriores tenían el control social por la fuerza, este por convicción, aquellos eran prácticamente los mismo, este su fin. No tengo duda de que, estamos ante un hecho que pocas veces se ven, un verdadero cambio. Andrés Manuel López Obrador no es el motor de este cambio, aunque sea el personaje central. Pasó lo mismo con Barak Obama, él, fue el símbolo ganador de la lucha de los afroamericanos. ¿Quién en su sano juicio puede desdeñar o restarle el justo valor al trabajo del Martin Luther King o, al del reverendo Jesee Jackson y todas las legiones de héroes anónimos?. En México pasó lo mismo, recuerden ese Frente amplio Nacional de 1988, aglutinó a lo más granado de las izquierdas y de allí se dio nuevo impulso a la lucha democrática.  No se le puede restar mérito alguno a López Obrador pero un ser humano por muy importante que este sea no es el todo. Este cambio se inserta en la dinámica actual del mundo entero.

En fin, volvamos al análisis del actual estado de la política. Los adversarios del actual incipiente régimen claman todos los días y a cualquier hora que vamos al fracaso, a la bancarrota. ¿Esto es cierto?. Olvídense de los grandes analistas y sabelotodo que nos ponen en los me4dios de comunicación. Por inicio haga un análisis cada uno de ustedes y vea si su vida ha cambiado para bien, para mal o sigue más o menos igual y esa será un primer acercamiento al meollo del problema. Un segundo paso, es hacer lo que los buenos filósofos hacen, no fiarse de las apariencias. Y, eso es lo que precisamente nos presentan los medios de comunicación, más bien de desinformación, apariencias. El tercer elemento es tomar en cuenta la realidad total y ver los problemas nacionales uno por uno y en su conjunto. Seguimos con la herencia de los anteriores gobiernos; es cierto que este gobierno debe ser responsable de lo que pasa, pero no se debe olvidar la inercia de toda la corrupción heredada. No le dieron a este gobierno un inicio en ceros sino en números rojos.

Ahora bien, desmontar la estructura de todo el antiguo régimen representa un trabajo titánico. Imaginen y vean la oposición de los funcionarios afines y de cepa priista, acostumbrados a mandar, a tener excesos de corrupción con toda impunidad, esos harán hasta lo impensable con tal de no perder sus privilegios. De los panistas se puede decir lo mismo palabra por palabra. Los panistas son ridículamente más combativos porque saben que el Partido Revolucionario Institucional no tiene rescate, pero ellos si pues abrevan en el conservadorismo de la fe católica. Claro, son lerdos y como símbolos de ello, tienen a Fox, a Calderón y a Marko Cortés. Tres figuras patéticas por donde se les vea. En efecto, la corrupción es una herencia priista y los muertos un legado de Calderón y los panistas; esto sin liberar de manera alguna al actual gobierno de sus responsabilidades.

La verdad yo esperaba una Cuarta Transformación más ruda, más cruda pero incluso estaba yo dispuesto a pagar mayor precio con tal de que se acabara el régimen priista. No soy pesimista al hacer una análisis jurídico, histórico y filosófico de ese periodo. Realmente me sentía yo fuera de toda esperanza y no es que me fuera mal en todos los ámbitos de mi vida; simplemente no puedo vivir feliz en un régimen exento de libertad. Vivir como un ciudadano cero no se me da.

Bien, lo anterior no significa que no vea yo claramente los errores y limitaciones del actual gobierno, pues mi labor consiste en ver la realidad sin pasiones, imparcialmente a la manera de Tucídides. No sigamos los sentimientos en este caso sino a la razón. Y, no temamos cosa alguna como humanos falibles, siempre podemos corregir. ¿Hemos hacer caso al gobierno o a la oposición?, no, siempre a los hechos comprobables, aunque esto parezca muy cintificista, no lo es, simplemente no se deben creer en las apariencias.

Otro elemento para el análisis. ¿Quiénes son los que se oponen a López Obrador?, la gente que desde la comodidad de la buena vida se queja por ser prejuiciosa. Van a protestar contra este gobierno rodeados de escoltas, bien comidos y bebidos en franco contraste con el pueblo cuando se manifiesta por hambre, por injusticias. En este rubro el pueblo les lleva la ventaja inalcanzable. Estos ricos son ignorantes y ridículos ya los vimos. No son mejores que nosotros, han mostrado todas sus flaquezas de manera lamentable. Si alguna hora es de hacer justicia esta lo es y de manera general.

Hay muchos elementos por analizar, pero por ahora únicamente añadiremos a la iniciativa privada, esa que se ha beneficiada de trabajo de millones de mexicanos de muchas generaciones; esa iniciativa que pasó de ser “soldado del PRI”, a ser “General”, y dirigir desde la economía la política nacional. Es lo más poderoso que puede haber pues tiene cómplices extranjeros y que no perdonan nunca lo que consideran un agravio. De ese tamaño es el reto que tiene este gobierno.

Pero este problema no es de este gobierno sino del pueblo mexicano, ya les decía que no se fiaran de las apariencias. Andrés Manuel se ira y el problema subsistirá y somos nosotros los que seguiremos lidiando con el mismo. Este problema es nacional y se debe tratar como tal. Todos somos culpables de los problemas y todos debemos ser responsables de las soluciones por acción u omisión.

Bien, ¿estamos bien o mal?, debemos proceder como en la Ilustración, no decirles un veredicto, sino que cada quien llegue a su propia conclusión de manera fría, imparcial. Que cada uno vea su realidad y diga en que condición se encuentra y si está dispuesto a la lucha. Daré mi conclusión final y ya anticipada, prefiero esto y su costo que seguir viviendo en un sistema totalitarista en donde pocos se beneficiaban. Espero que esto no los influya, sino que los haga pensar. No creáis en mis palabras, piensen por ustedes mismos.



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