miércoles, 8 de agosto de 2018

ERRORES EVIDENTES Y COSTOSOS EN LA POLÍTICA MEXICANA





En la política mexicana pasa lo que no debería pasar, cometer errores evidentes y costosos. A pocas personas se les ocurría poner a un médico a diseñar estructuralmente un puente o un edificio, o encargarle a un físico la defensa de un delincuente y así por el estilo, sería absurdo. Pues bien, esto es lo que se estila en México poner a quienes no están calificados en puestos administrativos y políticos a los más incapacitados de la historia y el presente.

En Inglaterra se dan errores pero los ciudadanos comunes san muestra de saber de política y de saber quiénes deben gobernar. Tienen una larga tradición democrática. No por suerte las leyes constitucionales fueron la base de la obra de Louis de Secondant mejor conocido como Montesquieu, “El espíritu de la leyes”, aunque el nombre del auto y de su obra son mucho más largos que como los conocemos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, escogieron a Winston Churchill como líder para combatir al nazismo de Adolfo Hitler y como es sabido le ganó la partida a Hitler; bien, si durante la guerra fue incuestionablemente el mejor, tan luego termino esta y se hicieron elecciones no fue considerado adecuado para volver a ser Primer Ministro en la paz y perdió contra Clement Attlee del partido Laborista.

La política de amigos en el poder es tan dañina como cualquier mal que provenga de la ignorancia, de la impericia. Y, en México esta es la práctica desde hace mucho tiempo y, criticar esto es tanto como quitarle al pueblo la religión o una tradición que por muy absurda que esta asea tiene bien arraigada en su psiquis.

Se deja de creer en muchas cosas, ideas, tradiciones, teorías pero necesariamente se crean otras que llenen la imaginación y, fatalmente se vuelve a la idolatría por los líderes en los que reencarna la dirección de la vida y se espera que milagrosamente compongan lo que se ha descompuesto gradualmente desde décadas sino cientos de años.

Los casos más recientes se han dado en el sexenio de Enrique Peña Nieto, su grupo de amigos más cercanos en la política han sido designados en unos y otros puestos como si fueran amos y señores de varias ramas del saber junto con su práctica. Los caprichos como estos contribuyeron a la caída del régimen priista.

Si se sigue designado a los mismos de siempre que únicamente han cambiado de partido el cambio para bien no se dará. Si se siguen dando puestos a políticos improvisados únicamente porque son conocidos los resultados no pueden ser buenos en general sino desastrosos o por lo menos pasivos. Este proceder es un error lo implemente quien lo implemente y siempre han sido costosos.

martes, 7 de agosto de 2018

VICENTE FOX, LA ALTERNANCIA SIN TRANSICIÓN




El deseo de cambio de régimen político ha estado latente desde hace mucho tiempo; se puede documentar desde los años sesentas del siglo pasado con el descontento estudiantil y ciudadano; los hechos históricos del 68 y 71, son prueba de ello y esto no iba a parar hasta lograrlo para bien o para mal.

Los cambios legislativos constitucionales se fueron dando; en 1977 se crea un Sistema de Partidos; en 1987 se promulga el Código Federal Electoral; en 1989 se crea el Instituto Federal Electoral; en 1996 se modifica la estructura del INE; en 200007 se amplía la participación democrática. Es evidente que al crearse más partidos y, hacer más reformas y con la participación ciudadana el régimen político iba perdiendo terreno.

En 1988 las izquierdas se unieron y postularon al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la presidencia de la república; y, se dice que iba ganando pero el sistema falló y terminó por ganar Carlos Salinas de Gortari. Hoy, todos los actores políticos involucrados niegan el fraude y ya no se pude conocer la verdad porque el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional, se unieron y al frente de esto estuvo Diego Fernández de Cevallos para quemar las boletas y toda la papelearía electoral.

Lo más significativo de esto es, que se hacía pública la alianza de priistas y panistas contra las izquierdas. A partir de este año se irían juntando ambos partidos para impedir el avance democrático y la llegada de las izquierdas al poder. Esta alianza tuvo sus altibajos pero seguía intacto su entendimiento político.

En el año 2000, llega a la presidencia de la república Vicente Fox, con la promesa de terminar con el régimen priista. Sin embargo, con el ejercicio del poder se dio cuenta que el mismo era un buen negocio para lo privado y terminó por dejar intacta toda la estructura priista intacta. Se percató de que, Andrés Manuel López Obrador, tenía la posibilidad de ganar la siguiente elección y se enfocó con todo el aparato del Estado a tratar de detener su candidatura a través del desafuero; no lo logró pero si contribuyo al llamado fraude electoral.

Ahora bien, como buen panista, Fox, ya no observo los ritos oficiales del régimen priista pues quería implantar “El Reino de Dios en la Tierra”, mostrando, cada vez que podía su fe religiosa en actos de poder públicos aunque ya era un converso de la política Neoliberal del PRI y de su corrupción. En resumen, Fox traicionó al pueblo de México y se convirtió en un férreo defensor del priismo. Prefirió participar en las siguientes elecciones y propiciar que ganara Felipe Calderón Hinojosa que permitir la democracia.  

Con la llegada de Felipe Calderón Hinojosa, se dio continuidad a la implantación de “El Reino de Dios en la Tierra”, al Neoliberalismo, al régimen priista, a la corrupción y desató una guerra sin sentido. No se puede decir mucho a favor de Calderón pero si mucho del entendimiento que tuvo con los priistas para impedir que Andrés Manuel ganara. Y, no es necesario que gane un candidato de las izquierdas o de la preferencia personal de cada uno de los mexicanos pero es evidente que, a Fox, Calderón y Peña Nieto; es decir, a los panistas y priistas (PRIAN), les tenia contentos el sistema político corrompido y ellos ser corruptos antes que la democracia. Su frase “Haiga sido como haiga sido”, es su símbolo de corrupción.

En 2012, gana la presidencia la república con la ayuda del PAN y la corrupción electoral consabida del priismo. El regreso del PRI al poder se debió a que no fue tocada  su estructura política hecha de corruptos. Es uno de los sexenios de más negra fama ganada a pulso. La corrupción que ha imperado es de lo más escandaloso. La familia presidencial vive cual si fueran de la nobleza con un descaro y un cinismo sin igual.

Ahora bien, a Fox se le pueden reprochar no solo sus dislates y sainetes ridículos sino que pasaran por u irresponsabilidad y culpa 18 largos años de corrupción política y económica. No conforme a ello, se volvió junto con Calderón, en un par de alborotadores políticos que defendían el régimen priista y no perdían foro, plaza pública o lugar privado para decir que, con López Obrador todo sería como en Venezuela como si ellos hubieran dejado a México en condiciones similares a las de Islandia o Suiza. Fox y Calderón son un par de políticos que les gusta más ser revoltosos que políticos. Son religiosos pero inmorales hasta la saciedad.

Para sostener la democracia se debe desmantelar toda la estructura política del priismo en el gobierno. Que no haya más presupuesto público que maneje el PRI que no sea el que por ley se les asigne en lo electoral. No más programas sociales para compra de voluntades y votos. No más dinero público, manejado y desviado indebidamente para crear un régimen político que tenga sometido al pueblo de México al capricho de los políticos. La ideología del priismo se puede sintetizar en sus dichos: “El que no transa no avanza”, “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” pero las palabras que simbolizan su ideología dictatorial y totalitarista es:

“El pueblo no manda, aquí la decisión la toman 128 Senadores”: Emilio Gamboa Patrón.  

Es decir, los políticos se dicen demócratas pero sin rendir cuentas y abrogándose la soberanía popular para sus corruptelas, corrupción y darse una vida de clase noble sin nobleza. El reto que dejan estos políticos corruptos es enorme; esto, sin tomar en cuenta que volverán a comportarse como alborotadores políticos porque ni duda cabe que volverán a intentar someter al pueblo para darse una vida de lujos ofensivos. El pueblo debe estar atento a esto porque una república democrática es el bien más valioso que pueda tener un pueblo pero también desata el loco deseo de dominarla para fines de grupos dictatoriales y de fanáticos. La realidad pública se construye bien o mal, dependiendo de la calidad de los ciudadanos, sus instituciones y con la observancia de las leyes justas.

lunes, 6 de agosto de 2018

EL CREPÚSCULO DE LA CUARTA TRANSFORMACIÓN





Se habla en México de la Cuarta Transformación como si esta existiera y pudiera ser sacada al escenario público para que el pueblo constatara su existencia y con ello la fe en la transformación siguiera sin dudas. Esto no es posible pues no existe. Más aun, hay que hacer la acotación que las tres transformaciones anteriores no han sido gloriosas pues los iniciadores de la independencia fueron derrotados; con el triunfo de la independencia se intentó un imperio pero falló y Agustín de Iturbide fue declarado traidor a la patria y fusilado; con la segunda transformación, se perdió la mitad del territorio nacional y cuando se consolidó el Estado mexicano Benito Juárez se reeligió, después Sebastián Lerdo de Tejada y finalmente Porfirio Díaz; con la tercera transformación se creó el Partido Revolucionario Institucional y se impuso la dictadura del partido único de Estado y se volvió a la dependencia extranjera plena.

Metafóricamente se puede decir que con la elección de Andrés Manuel López Obrador y Morena, se está en el crepúsculo de la democracia cuando todavía no hay claridad. Hace falta que amanezca y después hacer todo el recorrido del largo día que a diferencia del día natural este no tiene una duración determinada sino indeterminada sin que se sepa bien a bien cuando llegue un eclipse o la noches y si habrá diversas oscuridades.

Falta definir el fin y la forma claramente lo que comúnmente se llaman el ¿Qué?, y el ¿Cómo?.  Hay tantos y poderosos intereses económicos, políticos y sociales tanto internos como externos que el pronóstico de llevar a buen puerto esta llamada Cuarta Transformación es reservado. Si a esto se le suma que los que intentaran, como actores principales, son de origen reciente priista, panista, perredista, petista y de otros partidos con edades ya francamente en su declive esto se pone en mayor suspenso.

Es hora de clarificar en la mente las ideas para esperar la mañana e iniciar el largo camino de lucha para implantar la democracia como forma de vida en la república. No se debe claudicar pero tampoco menos dejarse ilusionar con la retórica y con las ideas huecas que, por plazas públicas anuncian la Cuarta Transformación. La luna de miel debe terminar para poder iniciar la verdadera jornada. Como lo dijera el poeta español Antonio Machado en Cantares “Caminante no hay camino se hace camino al andar…golpe a golpe”.

EL CAMBIO Y SU TIEMPO. LA CUARTA TRANSFORMACIÓN





Los cambios sociales y políticos, generalmente se dan raramente y con base más en los sentimientos que en la razón; esto no debe de sorprender; así ha sido y seguirá siendo por mucho tiempo. Pasado la euforia en estos casos, después del cambio de régimen, se pasa  a la creación del nuevo para bien o para mal.

En México, no se ha tenido planes completos y menos que se lleven a la práctica para imponer la democracia en la república; porque se tiene la forma pero no el fondo; se ha dejado que los líderes políticos sean más importantes que el pueblo o que un partido único de Estado como el Partido Revolucionario Institucional se erija en la guía del pueblo con todo el totalitarismo posible.

Hoy se habla de la Cuarta Transformación y la gran mayoría da por sentado que no hay otra actitud que esperar pasivamente que se dé, esa transformación  sin más. Todo está hecho y para siempre. No hay circunstancias más peligrosas que las de este tipo. Los cambios positivos y con los efectos más benéficos para la generalidad del pueblo no se da sin la participación constante y de3cidida de los ciudadanos que vayan construyendo una cultura democrática. En caso contrario se volverá a perder el fin primario, imponer la democracia, el poder del pueblo y para el pueblo.

Es necesario saber que pasó en las tres anteriores transformaciones o revoluciones mexicanas para saber si se va bien en la trayectoria o se está ante la ilusión creada por la retórica hecha imponer la ideología política; necesaria pero insuficiente para tener una visión clara de lo que se debe hacer para lograr el fin primario y sus derivados como la libertad, la seguridad jurídica, la justicia efectiva y benéfica para los ciudadanos, la protección de las garantías individuales y de los derechos humanos por señalar algunos de ellos. Hay que revisar lo que ha pasado, de manera general pues no se puede tratar el tema de manera detallada porque esto corresponde a verdaderos tratados de gran envergadura y aquí se trata únicamente de dar una mirada general y somera.

La Primera Transformación, que fue la independencia de México; fue más una guerra civil entre los que querían seguir dependiendo de España y los que querían lo contrario que contra tropas de España, esta estaba pobre y en problemas, ganaron estos últimos en 1821, esto derivó en el Primer Imperio mexicano de Agustín de Iturbide que no tuvo buen fin y al final Iturbide fue declarado enemigo del pueblo y fusilado. No hubo paz social y no la podía haber pues se estaban construyendo y madurando las bases del Estado mexicano y todavía estaba vigente el Virreinato con todas sus formas sociales y políticas.

La inmadurez social, política y la pobreza del erario permitieron que los Estados Unidos de Norteamérica fuera despojando al Estado mexicano de más de la mitad del territorio nacional y hasta la fecha no se podría defender el territorio nacional pues no hay el poder suficiente para ello ante los Estados más poderosos. Por suerte no se ve que esto pueda ocurrir por el momento.

La Segunda Transformación, rompe con las formas virreinales; los fueros,  militar y eclesiástico e imponiendo una política de corte liberal. La guerra de reforma hizo posible lo anterior. La consolidación del Estado mexicano se logra, tanto en lo interior como en el exterior con la derrota del ejercito conservador y el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo. Pero la falta de inmadurez social y política no había desaparecido y esto llevo a Benito Juárez ser presidente cuatro periodos sin que el último lo terminara; Sebastián Lerdo de Tejada también siguió esta línea y se reeligió, dando pauta para que Porfirio Díaz enarbolara la “no reelección”, pero que se hiciera del poder dictatorial por más de treinta años.

La Tercera Transformación, lo fue la revolución de 1910, que fue una reacción contra la dictadura de Díaz y que renuncia a los seis meses de iniciada la misma. Lo que siguió fue la guerra interna por el poder político. El caos era el pan de cada día. Poner orden a como diera lugar era necesario y se hicieron tres intentos políticos. El primero lo fue la creación del Partido Nacional; el segundo, la creación del Partido de la Revolución Mexicana y, finalmente el Partido Revolucionario Institucional que fue el parido único de Estado que impuso el totalitarismo elástico de tal manera que diera la apariencia de democracia y, lo logró durante 89 años, para finalmente vaciarse de contenido y de sentido hasta derrumbarse.

La Cuarta Transformación, está en curos pero no se sabe en qué sentido se vaya a desarrollar. No existe una generación como la que acompaño y de la cual fue parte Benito Juárez que es impresionante. Estos son los veinte más importantes de aquella generación y uno por uno sus logros son impresionantes y en grupo significa lo que hoy somos en lo positivo y negativo. Justo sierra, Ignacio Comonfort, Ignacio Manuel Altamirano, Porfirio Díaz, Miguel Lerdo de Tejada, Mariano arista, Manuel Doblado, Manuel María Zamacona, Juan Nepomuceno Almonte, Santos Degollado, Sebastián Lerdo de Tejada, General Ramón Corona, León Guzmán, Benito Juárez, José María Iglesias, Luis Gonzaya Osollo, Francisco Zarco, Ignacio Ramírez, Miguel Miramón y Guillermo Prieto.

La madurez política es necesaria, tanto como la consciencia, pues el agotamiento, vaciamiento y pérdida de sentido del régimen político priista tuvo su origen en la imposición del Neoliberalismo por el Fondo Monetario Internacional. Paradójicamente mientras se ampliaba y profundizaba la implementación del Neoliberalismo, es decir, la privatización de lo público se agotaba el régimen, hasta que en el 2015 con las reformas privatizadoras de Enrique Peña Nieto se vació de todo contenido hasta que perdió su sentido político y en las elecciones del 2018 se decidió por un nuevo régimen.

Los intentos y presiones internas no fueron suficientes para derribar el régimen a pesar de los muchos años que se intentó; no es que, esos intentos fueran pocos o ineficaces sino que resultaron insuficientes. Ahora bien, no hay forma de volver a tras pero, eso no significa que los remanentes aun significativos del viejo régimen (PRI; PAN, PVEM, PRD, PANAL entre otros), no opongan tantos obstáculos como puedan.

El propio movimiento al convertirse en partido político (Morena), y ganar las elecciones carece de un plan completo y certero para destruir el anterior régimen y crear uno nuevo con todas las características necesarias, efectivas y viables para por fin madurara la democracia e imponerla de una vez y para todo el tiempo que se pueda. No hay un grupo generacional propio que pueda sostener, científica, política, social e ideológicamente el nuevo régimen como base del nuevo Estado mexicano.

La diversidad en Morena no es sinónimo de unidad en todos los rubros ya mencionados sino pragmatismo necesario que debería irse depurando pues es menester madurar el sentido político del partido. Hacen falta mujeres y hombres jóvenes o con ideas nuevas para aportar elementos nuevos a este régimen; de lo contrario se tendrá el peligro de perder la estrella del norte: la democracia como ideal para transformar el Estado y la vida mexicana.

Como en todo movimiento no faltan los arribistas, los ambiciosos, los traidores, el nepotismo, los lerdos y toda clase de géneros nocivos que van impidiendo el desarrollo por falta de aportaciones pero si la base y tronco son lo suficientemente fuertes las ramas nocivas no serán tan importantes sino obstáculos para el entrenamiento y fortaleza.

Finalmente, se debe decir que una transformación como la que se presenta en estos momentos requiere además de gran fortaleza un tiempo, por el momento imponderable pues se trata de ir viendo el desarrollo paso a paso sin vaticinios aventurados. No se debe dejar de luchar contra los remanentes del régimen pasado pero sin dejar de trabajar en lo político incluyendo hacia el interior de Morena sin perder el ánimo ni las ideas claras y distintas como pedía René Descartes.  

domingo, 29 de julio de 2018

EL DESCREIMIENTO DE LA FE CATÓLICA




Para que el Neoliberalismo haya tenido éxito en México se puso la base para que se fuera perdiendo la fe en la fe católica al menos al grado de no ser un obstáculo para el libre mercado. La fe católica es totalmente contraria a al cristianismo protestante y las más influyentes religiones que la sociedad estadounidense han instituido el último jueves de cada mes de noviembre como el “Thanksgiving day” (El día de acción de gracias), que consiste dar las gracias por los logros alcanzados mientras que la fe católica pide milagros.

Los europeos que llegaron a las trece colonias y después a lo que hoy son los Estados Unidos de Norteamérica ya traían la idea del éxito material como señal de la salvación de sus almas; claro, esto no de manera homogénea pero si predominante. La libertad religiosa fue garantizada en la Primera Enmienda entre tantos inmigrantes de las más diversas nacionalidades. En cambio, en México se impuso la religión católica como única, de manera intolerante y no había las condiciones de que llegaran inmigrantes de Europa.

En este contexto se dice que los mexicanos estanos acostumbrados a pedir milagros y, los estadounidenses a dar gracias por sus logros; esto es cierto pero tiene sus matices y otros elementos que inciden en el ser de cada pueblo. Pero es el caso que, el Neoliberalismo tiene la necesidad de expandirse y como el pueblo mexicano no está en la misma sintonía se le debe moldear; terminar con su pasividad general.

Para terminar con su falta de disciplina productora y su no consumo hizo falta que esto se hiciera desde las leyes. Toda privatización de lo público, necesariamente es través de las leyes ya sean constitucionales o secundarias; no importa esto sino la liberación de los mexicanos. El Estado dejó de ser paternalista al ir quitándole no solo los programas sociales a la población sino poniendo en vigencia leyes que desprotegían a los obreros, campesinos y al pueblo en general. Al final se ha logrado que los mexicanos se adoptaran los postulados de Martin Lutero con su interpretación libre de la Biblia que no es otra cosa que individualismo y la idea de predestinación de Juan Calvino que no es otra cosa que el éxito como señal de salvación del alma, después de casi 40 años de adoctrinamiento Neoliberal pues estos dos principios los adopto el libre mercado para lograr sus fines de producción y consumismo.

Las reformas privatizadoras de Enrique Peña Nieto tienen el fin de volver productivos y consumidores a los mexicanos aunque este y aquellos no lo sepan y no tiene por qué saberlo dado que esta práctica no tiene como fin la toma de consciencia sino del consumo inconsciente.  

En este contexto, la fe católica era un dique para el triunfo del libre mercado que traía a sus seguidores absortos en “el más allá”, y de lo que se trata es de vivir en “el más acá, siempre con el fin de que el clero siguiera sujetando al pueblo y manipulándolo a conveniencia; sin embargo, los casi cuarenta años de Neoliberalismo enseñaron a los mexicanos a producir y, a consumir al estilo estadounidense. Las privatizaciones de 2015 con Peña Nieto fueron la culminación de este proceso pues quitaron los últimos vestigios de Derecho proteccionista para el pueblo mexicano y privatizaron las empresas más importantes del Estado.

A la par del Neoliberalismo en México se ve la perdida de fe en el catolicismo. Ya es común que los propios católicos se asuman como creyentes pero con poca practica con verdadera fe pues la religión en su práctica es tiene un sesgo social a través de ser requisito para la vida social. Se va a los ritos religiosos para poder ir con cierto decoro a las fiestas de cumpleaños, primera comunión o casamiento por ejemplo.

La imposición del libre mercado tuvo como efectos el menoscabo en la fe católica al punto de poner todas las alarmas en los altos jerarcas que se quejan amargamente de siempre perder las batallas de la fe. Todavía en el 2006 y 2012 la cúpula teológica influyo de manera importante para dirigir el sentido del voto, amenazando con excomulgar a todos los que votaran por los partidos de izquierda. Y, les funcionó.

Hoy, los mexicanos saben, aunque sigan protestando que, el cambio de régimen político era necesario; el Presidencialismo se vació de todo contenido. Pero también saben que no podían seguir bajo las amenazas del clero reaccionario. Simplemente la libertad traída e impuesta por el Neoliberalismo se infiltró en las buenas consciencias y las obligó a despojarse de la pasividad, a liberarse de la vieja autoridad clerical. Y, lo logró.

La idea del híper individualismo esta ya instalado en una buena parte del pueblo mexicano junto con su práctica y esto excluye lo suficiente a la autoridades tradicionales como para que los individuos puedan actuar por si mismos. La idea del éxito único y valedero basado en el materialismo es ya un hecho; no es casual que los más encumbrados ricos y políticos sean analfabetas funcionales aunque hayan obtenido títulos universitarios dentro y fuera de México pues no les sirven más que como tarjetas de presentación para entrar a la política, mundo de corrupción en santa liga con lo privado.

Por el momento la fe católica sufre un descreimiento y, el Neoliberalismo pragmático, de una sola vía, triunfa sin remedio. La libertad dad, impuesta busca ya la forma de desarrollarse y no se sabe cuál será el fin de este estadio. Por el momento parece que el género humano va al desastre; con todo, este no es el único momento álgido de la historia y, hasta ahora, se ha podido sortear los problemas con más o menos decoro.  Claro, es difícil sino vano pedir fe ante la pérdida de la misma pero quizá la fe perdida también haya sido un camino equivocado y agotado y se deba fincar la fe en el género humano. La decisión del rumbo a seguir es general sin perder de vista que siempre está el peligro de las elites manipuladoras.

domingo, 22 de julio de 2018

LOS OPOSITORES DE SIEMPRE, QUIENES VAN A LA GUERRA Y QUIENES GANAN




Durante la independencia los ricos, la mayoría de los sacerdotes, los gobernantes y la nobleza de los descendientes de los pueblos originarios se opusieron a la misma pues afectaba sus intereses; durante la Reforma los ricos, los sacerdotes, los conservadores se opusieron a la misma; durante la revolución de 1910 los conservadores, los del grupo de Porfirio Díaz, los ricos y sacerdotes se opusieron a la misma; hoy, no es la excepción, los ricos, la alta burocracia, los panistas, los priistas se oponen a la democracia y a la justicia.

No es de sorprender que la independencia fuera más una guerra civil que una guerra contra tropas españolas; por supuesto la guerra de Reforma fue una guerra civil; la revolución después de la caída de Díaz, fue una guerra civil por el poder político y que ni se diga esta lucha por la democracia es más entre civiles que entre políticos y finalmente ganaran los políticos.



DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS CIUDADANOS




El Estado mexicano esta, básicamente formado por el territorio, la población y el gobierno (Ejecutivo, legislativo y judicial), y su buen o mal estado, es responsabilidad de todos los ciudadanos que forman parte de la población. No esperen que el gobierno haga todo lo que le corresponde a los ciudadanos.

Los ciudadanos tienen el derecho a que se les rinda cuenta por parte del gobierno en turno pero la obligación de participar en lo público. Ningún Estado nacional puede estar sano sin el buen gobierno y sin la participación activa de los ciudadanos. Un mal gobierno puede rectificarse con la participación de los ciudadanos pero un buen gobierno se corrompe fácilmente sin la participación de los ciudadanos. Haz lo que te corresponde y alienta a los demás a hacer lo que le corresponda y siempre critica lo criticable.

sábado, 21 de julio de 2018

LA CONTRADICCIÓN RADICAL DE LA POLÍTICA PANISTA





La política es lo cotidiano, es el aquí y ahora; totalmente mundana. Se tiene que ocupar bien o mal de la vida de los gobernados sin poder desocuparse por mucho tiempo de esto pues si pierde su acción de poder otros lo ocuparan. El poder político tiene una faz radicalmente horrible pues se ocupa de la realidad y la realidad, perdóneme, es brutal, por ello los poetas tratan de hermosear la vida con sus cantos y rimas. Los románticos y soñadores están en concordancia con los poetas.

Por otro lado, está la teología que también pretende regir sobre la vida de manera absoluta e intemporal pero torciéndose al querer que lo trascendental, lo metafísico teológico rija a toda costa lo pasajero, la vida humana. Los elementos de la teología son, el alma, el más allá, el Dios cristiano, los ángeles, la vida eterna y otros símiles. Ya aquí se siente, se ve la tensión con lo terrenal, con la vida terrena.

En el campo de la lucha, de la acción política hoy día es la republica democrática; una veces torcida hasta grados inéditos pero ese es el fondo en los que se aplica la política. La republica tendrá como bases, el pueblo, la soberanía, la democracia y lo que se ha llamado la división de poderes. La filosofía de Juan Jacobo Rousseau (soberanía) y de Louis de Secondant Montesquieu (división de poderes), rigen en la constitución.

Los panistas al tratar de hacer política llegan con un error fatal querer que lo teológico rija sobre lo político. Eso es la barbarie. La política rige sobre lo imperfecto, sobre lo imperecedero, sobre la vida que se tiene que resolver de manera inmediata y diaria. El mundo corrompido sobre el que nadamos inexorablemente es lo que se trata a toda costa de salvar de momento a momento con no pocos fracasos y sus correspondientes desilusiones.

La política al ser hecha por lo peor de los seres humanos; los más ambiciosos, los menos preparados, los menos escrupulosos con sus salvedades debe dar como resultado regímenes totalitarios, dictatoriales, demagogos y de vez en cuando democráticos, libres y justos. Los conservadores panistas al ver esto se les ha ocurrido y se les seguirá ocurriendo que el reino divino con su eternidad, con su belleza imperecedera, con su amor infinito, con su vida eterna y todas las promesas de que está preñada la teología no solo son posibles sino que es obligado a llevar a cabo por mandato del dios cristiano. La vida perfecta del más allá se debe imponer en la tierra. Y, se va a tratar de implantar a través de la moral cristiana. Claro esto trae aparejada una serie de contradicciones a la vida pues la vida terrenal debe regirse por leyes jurídicas mientras que la moral es una preparación constante para la salvación del alma.

Los panistas al tratar de hacer leyes, tratan a toda costa de incrustar su moral disfrazada de leyes jurídicas con la necesidad de tener todo un aparato ideológico para tratar de convencer a los incautos para que acepten esta chapuza. Sin embargo, los panistas pasan por alto mañosamente su condición de humanos imperfectos pero la realidad no admite alegatos y mucho menos apelaciones pues es como es.

Es precisamente esa condición humana de los panistas la que va a entrar en guerra, en contradicción al tratar de imponer “El reino de Dios en la Tierra”, porque mientras tratan de suplantar la realidad con el reino perfecto viven sin poder frenar sus apetitos naturales humanos. “Animo Montana”, “Lo que dura dura”, bien pueden ser sus gritos de batalla contra sus propios dogmas teológicos. Y, que la final van a dar al traste con su concepción ideal de la política y la realidad.

Por un lado, los panistas dicen creer en la fe católica y su práctica pero por otro su ambición de poder terrenal los obliga a decidirse por una forma de política y, la democracia no les satisface por su tendencia a la moderación; lo mejor es el libre mercado que ofrece la riqueza material sin límites. Si a esto se le suma la corrupción del régimen priista ya se puede avizorar su desastre político.

Si los panistas anuncian una vida semejante a la perfección celestial pero logran una vida totalmente corrompida con claros fines de obtener riquezas terrenales a través de los métodos más corruptos e impresentables conocidos no se puede esperar otra cosa que no sea la decadencia y pérdida de confianza de los gobernados y del pueblo en general.

Básicamente, los panistas han sido sus propios enemigos pues entran a la política con una contradicción irreconciliable y que no admite solución práctica. Luego, suman un método ajeno que es el priista, por eso se les asocia mucho a los priistas al grado de ponerlos como hermanos del mismo mal las privatizaciones llenas de corrupción. La política no admite triquiñuelas teológicas de manera permanente sin que cause muchos dolores y dolores de abdominales de tanta risa. Claro esto es paradójico pero así es.

Hacer política con los elementos teológicos es ver la realidad con los lentes del engaño con las consabidas desilusiones. La política se debe hacer con los elementos políticos a la mano libres de elementos extraños a riesgo de desviar y torcer  aún más la realidad y la vida.



jueves, 19 de julio de 2018

LA LLAMADA CUARTA TRANSFORMACIÓN





La primera revolución mexicana lo fue la independencia; la segunda, la de Reforma; la tercera, la revolución de 1910 y hoy se intenta la cuarta. De las tres primeras, la segunda es la más interesante por los personajes que intervienen como actores decisivos en la consolidación del Estado mexicano de la mano de Benito Juárez. 

Justo Sierra, Ignacio Comonfort, Ignacio Manuel Altamirano, Porfirio Díaz, Miguel Lerdo de Tejada, Mariano arista, Manuel Doblado, Manuel María Zamacona, Juan Nepomuceno Almonte, Santos Degollado, Sebastián Lerdo de Tejada, General Ramón Corona, León Guzmán, Benito Juárez, José María Iglesias, Luis Gonzaya Osollo, Francisco Zarco, Ignacio Ramírez, Miguel Miramón y Guillermo Prieto, son los más sobresalientes de la llamada generación de 1842 y que hizo triunfar la república. No hay una generación o grupo de mexicanos tan extraordinarios, tan preparados y que por lo mismo fueron capaces de enfrentar tanto a conservadores como a la intervención francesa con éxito.

En 1867 triunfan los liberales contra los conservadores y contra el gobierno francés al fusilar a Maximiliano. Con lo cual triunfa el liberalismo que va a dar paso a nuestro presente neoliberal, se quiera o no. Claro, Juárez y todo este grupo de masones no hubieran querido que se torciera su legado hasta llegar a la dependencia de México con otros Estados extranjeros como ha ocurrido.

El estudio de este periodo da una idea clara de los peligros y del gran trabajo de este grupo que por demás estuvo a punto de perder y con ello perderse su proyecto de nación. No se crea que esta etapa fue un conflicto interno. Por el contrario, hubo intereses foráneos por cada lado, tanto de conservadores como de los liberales. Los primeros fueron por ayuda a Francia con Napoleón III y los segundos, recibieron la ayuda de los Estados Unidos de Norteamérica.

Los franceses querían poner coto al expansionismo de los Estados Unidos y estos querían que ningún Estado europeo interviniera en Latinoamérica. El plan de Napoleón III no pudo lograse pues los Estados Unidos terminan sus guerra de secesión en 18565 y ya estaban listos para seguir con sus planes imperialistas pues ya habían despojado de más de la mitad del territorio a México y se trataba de cuidar sus intereses. Para bien o para mal la historia de México está estrechamente ligada a nuestros vecinos del norte y viceversa pues el trauma que les ha quedado por su despojo de tierras les lacera sin remedio. Que relaciones tan difíciles pero no imposible de llevar a cabo en buenos términos.

Bien, lo que trata de hacer Andrés Manuel López Obrador tiene sus antecedentes en estos hechos y actos y se debe analizar si cuenta con el grupo político que pueda hacer esta revolución política sin otras armas más que, la calidad política. Ahora bien la pregunta es evidente. ¿Existe un grupo de políticos que estén a la altura de la empresa que se trata de llevar a cabo?. A mi parecer no, y esto puede comprobarse pues ninguno de los que rodean a Andrés Manuel puede ser considerado como su par para, en su caso, seguir la tarea. Eso parece ser que lo tiene claro López Obrador. Quien trata de no perder tiempo para implementar su política.

Del análisis de los funcionarios electos tanto gobernadores, senadores,  diputados federales y de su gabinete no se puede hallar verdaderos hombres o mujeres de Estado o intelectuales que puedan clarificar el rumbo para construir el nuevo régimen político como base del Estado en la híper modernidad. El nuevo régimen traerá como consecuencia, nuevas relaciones jurídicas, sociales, económicas y políticas por supuesto. Esto es el mayor problema que en la práctica se debe salvar. Sin embargo, quizá se trate de la voluntad de una sola persona que haga todo el cambio político.

Es evidente que no estamos ante una generación de gigantes sino de bisoños legisladores que al parecer no tienen ni idea de lo que es un régimen y un Estado en plena transformación hacia la híper modernidad. Por l tanto, todo hace pensar que, en lugar de tener un equipo capaz de apuntalarlo en esta inmensa tarea en similitud de Juárez, López Obrador, tendrá que hacer un símil con la admiración del General Lázaro Cárdenas, esto, evidentemente, guardando toda proporción tempo/espacial y de circunstancias.

A Juárez, le correspondió salvar y consolidar el Estado liberal mexicano, a López Obrador rescatarlo de  la corrupción que ya es decir mucho pero tiene un plan más ambicioso como lo es, el de lidiar con el Neoliberalismo que, sinceramente se ve muy difícil sino es que imposible de salir del mismo, máxime que le han dejado implementadas las privatizaciones y bien apuntaladas con toda clase de seguridades a los inversionistas privados.

No se crea que los afectados, adictos a vivir del erario, van a quedarse con los brazos cruzados; muchos se opondrán veladamente, otros tantos públicamente pero todos no están dispuestos a sacrificar los injustificados sueldos de lujo mientras el pueblo generador de la riqueza padece la pobreza. Deberían saber que contra la voluntad soberana no caben disensos de los particulares y menos cuando se trata de remediar los excesos de las administraciones pasadas.

El cambio es imposible de detener pero en cambio si se puede torcer de su fin primordial, volver a la austeridad republicana y dejar la corrupción como forma de vida. Es hora de que “vivir fuera del presupuesto no sea un error”, que es necesario “Avanzar sin transar”, es decir, sin corrupción. Son necesarias una nueva ética una nueva moral para el pueblo y leyes severas para combatir la corrupción de manera directa, clara e irrenunciable en un nuevo marco constitucional que observe la justicia y la equidad.  

Muerto el régimen priista y vuelto este un partido ordinario lo que sigue le corresponde al pueblo mexicano, esta es su hora para saber si está a la altura de las circunstancias. El panorama no es claro y el futurismo le corresponde a los videntes pero a los filósofos les corresponden como al historiador los hechos pasados. Hasta entonces la lechuza levantara el vuelo, cuando todo haya pasado.

miércoles, 18 de julio de 2018

LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN DE MÉXICO




La Suprema Corte de Justicia de la Nación, es como se sabe el máximo órgano de interpretación y control de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es decir, es la cima de todo el aparato burocrático. ¿Qué no se puede decir del órgano judicial en su cúspide?. Mucho hasta donde se quiera pero eso es seguir simulando y eso, no es más que evitar ir a la medula del problema mismo. Estamos entre dos aguas ni hemos abandonado del todo el viejo sistema ni hemos podido construir y menos implementar otro. Esto en lo mental porque en la realidad no se iniciara hasta que tomen posesión los funcionarios electos en los tres órganos del Estado. Y, es a partir de ese momento que se dará la verdadera lucha entre el pasado inmediato y el presente. Si con únicamente delinear el próximo gobierno sus acciones pone muy nerviosos a los anteriores gobernantes, políticos y dueños de las trasnacionales, es de esperarse una guerra a muerte políticamente hablando.

Bien, en este brete se ha involucrado la Suprema Corte de Justicia al no aceptar una reducción de los salarios de sus integrantes alegando que por mandato constitucional no se pueden reducir sus remuneraciones (artículo 94). Esto no es cierto del todo pues también por mandato constitucional ningún funcionario público puede ganar más que el presidente en turno (artículo 127). Aquí tenemos un problema que tenemos que solucionar como pueblo en conjunto. De ello depende la transformación del régimen y del Estado mexicano.

A mi entender no es voluntad del pueblo querer transformarse o no mucho menos de un grupo o de un individuo porque asi se quiere que se vean estos momentos de nuestras vidas. Esto es mucho más complejo pero entendible y explicable. Ahora bien, de manera alguna mi intención es denigrar al órgano judicial sino simplemente decir la verdad. Ya ustedes verán si lo logro o no. En efecto, la tarea del filósofo por muy modesto que este sea, es tratar de encontrar la verdad. Así que, me serviré de tres elementos personales mi calidad de abogado, la de pasante en filosofía y mi experiencia propia de practicante de Derecho ante los tribunales judiciales a través de la escritura. Esto lo menciono no con el afán jactancioso de vanidad sino para hacerles saber que a lo menos tengo una idea de lo que estoy haciendo.

Debemos entender que los cambios de todo tipo han sido propiciados cuando no ordenados desde el extranjero y esto no debe alarmarnos nuestra historia desde la llegada de los españoles ha sido esa. El cambio de forma de gobierno llego con los españoles, la independencia de México fue propiciada por Francia al invadir España, la consolidación del Estado mexicano con la derrota de Francia fue gracias a la intervención de los Estados Unidos, la revolución mexicana fue posible ganarla por la venta de armas de los Estados Unidos. Esto siempre ha sido así para bien o para mal.

Las privatizaciones en México son una necesidad de los Estados neoliberales para expandir sus desarrollo en los Estados emergentes y México está entre ello sin fuerza suficientes para negarse. Los Estados fuertes han creado todo un entramado de organismos a través de los cuales imponer la economía de mercado, esto es bastante complejo para tratarlo ahora, baste decir que hay dos de los que se encargan de ser brazos ejecutores de imponer el Neoliberalismo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y fueron estos los que impusieron las privatizaciones.

Con la caída del Presidencialismo mexicano se liberó no solo el mercado sino ámbitos tan insospechados se han activado; ahora se quiere saber con precisión todo el pasado, es decir, cayó también la historia oficial y con ello se trata de investigar, enfrentar y reinterpretar comprobablemente el pasado ya sin los adjetivos de buenos y malos. Todo nos lleva al cambio acelerado también en el arte, la ciencia y tecnología, la educación, en las actitudes que obligan a una recreación de la vida y sus derivados y entorno.

Es en este contexto que se debe renovar el quehacer del órgano judicial en todos sus tribunales, no es posible el cambio sin que el mismo cambie y quede en una isla estática. Durante todo el tiempo de la vigencia del Presidencialismo más o menos, el órgano judicial estuvo bajo el mando del órgano ejecutivo y, a disposición del régimen. Se pueden seguir diversas vías para llegar conclusiones certeras. Una de ellas es estudiar la jurisprudencia, las tesis jurisprudenciales y todas las sentencias emitidas por el órgano jurisdiccional. De momento se creó la visión de que, los Ministros eran lo más granado en el pensamiento  entre los juristas y que, sus sentencias eran su muestra y cúspide. No hay tal. Las sentencias responden más al sistema político que a la necesidad de impartición de justicia. Con un sistema penal inquisitorio se trataba de encontrar o fabricar culpables que buscar la verdad real que casara con la verdad jurídica. La prueba reina era la prueba confesional, habiendo confesado el reo se relevaba a las partes de probar. Y, esta confesiones se conseguían a través de las formas más brutales y, todavía quedan remanentes de esas prácticas que los jueces generalmente avalaban confirmando esto en sus sentencias. Los códigos civiles seguían la misma regla. Hoy día se está abandonado este viejo sistema de justicia aunque con lentitud y no pocos desatinos.

En este contexto era menester crear una burocracia privilegiada que mantuviera funcionando el sistema de justicia a favor del régimen y para ello se les otorgó remuneraciones muy altas a los Ministros de la Suprema corte sin que esto correspondiera al estudio profundo del Derecho así como su aplicación sino para justificar lo político pues de eso se trató el Presidencialismo. Pero si en el ámbito intelectual los Ministros no alcanzaron las metas intelectuales en la práctica esto es aún peor.

En general, todos los órganos jurisdiccionales cuentan con un organigrama que les permite funcionar en la medida de lo posible y eso lleva incluidas todas las limitaciones de presupuesto, materiales y por supuesto las intelectuales. En la realidad los órganos jurisdiccionales son una burocracia desastrosa que se ve impedida de cumplir su fin de impartir justicia por todas estas limitaciones.

Generalmente para llegar a un puesto en un juzgado se debe tener un familiar influyente o ser amigo del mismo sin importar la calidad tanto intelectual como práctica para impartir justicia. En este contexto, son los jueces y secretarios los que menos están capacitados, de acuerdo al puesto y de acuerdo al pago, para emitir acuerdos y sentencias. Tienen a todo el personal de juzgado a cargo para hacerles el trabajo, prácticamente únicamente firman sin tener idea clara de lo que firman.

Hay dos funcionarios en donde los jueces descargan su trabajo, los Secretarios de Acuerdos y los Secretarios de Estudio y Cuenta y, en su caso sus similares. El Secretario de Acuerdos desahoga pruebas, acurda lo conducente así como acuerda escritos y da cuenta al Juez para que este firme. Por su parte el Secretario de Estudio y Cuenta hace los proyectos de sentencias interlocutorias y definitivas. Por lo que no es raro encontrase con jueces que no saben lo básico sobre los juicios que deben sentenciarse. Es decir, están en una burbuja que los separa de la realidad, están en una zona de confort; en estas condiciones no es raro que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia se nieguen a cambiar y menos sacrificar sus remuneraciones pues tienen los mayores privilegios injustificables por donde se le vea.

En todo el cuerpo judicial es lo mismo, es increíble que cuando se asiste a las sesiones de los Tribunales Colegiados de Circuito en las mismas no haya discusión del problema jurídico sino que basta con que el Magistrado ponente diga unas cuantas palabras y los dos restantes respondan con un a favor o, en contra y cuando se les hace ver lo absurdo de sus determinaciones se cierran y se tiene que batallar para lograr justicia, eso amen de lo tardado de los juicios.

Ahora que se está en el cambio el órgano jurisdiccional incluyendo a la suprema corte de Justicia de la Nación debe cambiar y ya dejar de servir al titular del órgano ejecutivo federal como de los estatales para adquirir verdadera autonomía que lleva aparejados, trabajo y cobro correspondientes basados en la realidad económica, de capacidad intelectual y practica y no remuneraciones como premio a su silencio y docilidad.

martes, 17 de julio de 2018

EL JUARISMO DE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR




La caída y desuso del régimen priista es evidente, no hay duda de su pérdida de vigencia y su inviabilidad práctica. El Partido Revolucionario Institucional como representante simbólico y origen de la práctica del Presidencialismo debe ser puesto como un partido político ordinario para que no vuelva a poner en vigencia el Presidencialismo o una forma torcida del mismo tal y como lo hizo en 2012 para seguir con las privatizaciones en medio de la corrupción más plena.

El remedio a todas estas privatizaciones y de la corrupción es el juarismo, es decir, la austeridad, la honestidad, la justicia, la democracia, la transparencia y la defensa de la nación mexicana y la consolidación del nuevo régimen político sobre estas bases para crear un nuevo Estado. Por lo menos eso es lo que ha dicho Andrés Manuel López Obrador y que, por lo visto asi será al ponderar sus acciones como presidente electo.

A los primeros a los que les impone la austeridad es a los gobernadores, senadores, diputados federales y locales así como a los presidentes, todos electos del Movimiento de Regeneración Nacional. Esto es perfectamente entendible y plausible; si se quiere eliminar en su totalidad y evitar el regreso del anterior régimen se debe iniciar con la austeridad siguiendo con  la corrupción. La primera medida es bajar los sueldos de los funcionarios electos (austeridad), y dejar de ser gestores ciudadanos (combate a la corrupción); lo primero tiene como fin que se abandone el lujo innecesario pues quiere eliminar la contratación de asesores, quienes elevan el gasto público en el gobierno; lo segundo, trata de evitar que los legisladores lleven la corrupción de facto a través de las gestiones que se implementaron para que administren presupuesto y con ello se lleven dinero de manera anómala. Con las gestiones, muchos legisladores, se han hecho de sendas fortunas.

Es cierto que, López Obrador tiene la intención firme de concentrar el poder político y manejo de la economía publica que no privada; lo primero, a través de los 32 coordinadores; lo segundo, al realizar las compras de todas las dependencias por medio de la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico. La concentración excesiva de poder en único órgano  tiene alarmados a muchos tanto de su lado como los políticos de los otros partidos así como los grandes empresarios. Esto es un síntoma psicológico provocado por el cambio. Con el PRI ya hubo una concentración casi absoluta del poder político, económico, de la fuerza pública, de los medios de comunicación y de todos los ámbitos públicos y privados. Allí no se quejaban como ahora, estaban tan acostumbrados, mandando felizmente. Vaya paradoja.

Es de esperar que el juarismo de Andrés Manuel no caiga bien, tanto a propios como extraños, pues precisamente lo público iba en sentido contrario de la republica juarista de austeridad, iba lo publico en el gasto fausto como si estuviéramos en jauja y con formas monárquicas. Y, para ser sinceros todos en general añoramos la abundancia sin mérito alguno, vivir de lo público era y es un fin. Es claro que esta forma de hacer política y gobernar tendrá sus opositores así como de los propios como de los ajenos que ven truncados sus sueños de una vida abundante sin mucho esfuerzo más que la retórica hueca y la complicidad genérica.

López Obrador ha manifestado su voluntad firme de ganar únicamente 108 mil peso al mes con lo cual pone en un brete a todos los altos funcionarios que ganan millonadas sin justificar el sueldo. De acuerdo al artículo 127 en su fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos , señala los límites de lo que percibirán los funcionarios públicos y que es el salario que perciba el presidente de la república. Entonces es legal que todos los funcionarios públicos tengan un sueldo menor al que perciben hasta estos momentos. Claro, deberá salvarse el obstáculo que pone el artículo 94 párrafo onceavo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que mandata que la remuneración que perciban los miembros del órgano judicial no podrá ser disminuida durante su encargo que para los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durara 15 años, según el siguiente párrafo del mimo numeral.

Por todo esto es necesario que por el momento, a la manera de los romanos que ante circunstancias extraordinarias daban poderes especiales para solucionar el peligro y tan luego se solucionaba, cesaban eso poderes. Únicamente de esta manera se podrá crear un nuevo sistema político con tintes juaristas de austeridad pública y acotar la corrupción pública que fluye por los tres niveles de gobierno. El pueblo debe dar el apoyo a López Obrador pero siempre vigilando que se cumplan los fines públicos con democracia, libertad, justicia, transparencia, solidaridad y rendición de cuentas.

El Neoliberalismo ha despojado de todos sus derechos a los ciudadanos, dejándolo desnudo para que con sus propias fuerzas alcance los bienes y servicios que tenga necesidad, es decir, que todo le cueste pero también ha liberado del paternalismo al pueblo y este, debe tomar su papel de actor principal cada vez que sea menester en lo que respecta a lo público. Es de esperarse que el pueblo al tomar conciencia, gradualmente vaya madurando hasta alcanzar la madurez política para poder conducir su vida pública con toda responsabilidad.

No se deben alarmar los neoliberales nacionales y extranjeros ni los gobiernos de los Estados más poderosos pues ellos mismos son los que han provocado y dado la libertad al pueblo en general. De lo que se trata es construir un nuevo sistema político base de un nuevo Estado donde imperen la democracia, las leyes justas, la libertad y el respeto. No se debe permitir a ningún líder que se encumbre para ser un dictador y menos transexenal. Ya lo dijo Benito Juárez: “Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”.

domingo, 15 de julio de 2018

AUSTERIDAD REPUBLICANA, UN BIEN NO DESEADO EN LA PRÁCTICA





Es bien sabido que uno de los peores males que tiene la nación mexicana y en especial en la política es, la corrupción pública que se ha extendido desde hace cientos de años a todos los rincones de la vida aun la privada. Básicamente, con el Presidencialismo mexicano se hizo oficial la corrupción en lo público. Los gobiernos en turno se sostenían en el poder, encabezando los excesos y haciéndose de la vista gorda para con sus subordinados. Esto se hizo una forma de vida.

La gran mayoría de la gente encaminaba sus pasos hacia la política a sabiendas de que allí estaba a disposición lo público para pasarlo en lo particular a lo privado. De esta manera se hicieron grandes fortunas y no pocos han vivido, prácticamente sin trabajar de la política. Esto daría como resultado la debacle del régimen priista.

Hay frases vergonzosas de esta práctica desviada que pintan claramente este lamentable estado. “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, “El PRI roba pero deja robar”, “El año de Hidalgo, chingue su madre quien deje algo” y en efecto mucha gente entró a la burocracia para vivir en la simulación del trabajo; otros que no entraron a lo público se contentaban con ser corruptos en similitud con el gobierno, en el pináculo de la corrupción los gobernantes y políticos se encargaban en el último año o mese de ese último año a llevarse hasta las sillas de las oficinas aunque parezca sorprendente.

Al parecer este 11 de julio de 2018, se inicia la sanación de esta mala práctica de alcanzar el éxito material y económico a través de corromper lo público. Andrés Manuel López Obrador hizo lo correcto al dar la pauta para que los recursos económicos y materiales de la federación sean vigilados por coordinadores que él, designara. Ya algunos gobernadores y políticos han manifestado su rechazo a tal medida. La disminución del salario es otra de las medidas que no se han aceptado públicamente y menos en forma privada. Claro esto debe aplaudirse y apoyarse por el pueblo en general.

Si en ámbito de los ajenos no hay aceptación a las medidas de austeridad; los propios gobernadores, senadores, diputados federales y locales y presidentes municipales han sido advertidos de las prohibiciones y de las consecuencias ante actos de corrupción. Esto es lo correcto y se le debe dar todo el apoyo al presidente electo para que tenga buen fin su buena intención. Aparentemente, todos acataran las órdenes dadas; sin embargo, nunca faltan los pervertidos que, a pesar de saber las reglas las brincaran.

Los impulsos primarios no se pueden dominar y reprimir sin los castigos ejemplares. Hay funcionarios electos de Morena que son impresentables por decir lo menos. No lo digo por decir conozco a muchos que, al haber fracasado como profesionistas y muchos más en la vida privada se han encaminado y ante el asombro de muchos están ya electos para ser funcionarios públicos. Esto no es de sorprender. Ha si ha sido por mucho tiempo. Homo homini lupus (El hombre es el lobo del hombre), ha dicho acertadamente Thomas Hobbes y hay muchos lobos acechando y en espera de entrar en funciones. Las buenas intenciones siempre tienen como examen la práctica diaria.

Para tornar el servicio público digno se necesitan valores y, claramente muchos funcionarios electos no tienen esa calidad ni la calidad legislativa, más bien son bisoños en este rubro pues muchos que conozco son incapaces de escribir cien palabras coherentemente. A sabiendas de esto hace falta una sola voluntad en torno a la cual se aglutinen todos los demás para marchas en unidad. Quizá con el tiempo, la inculcación de valores y su práctica consuetudinaria mejore en algo la política. Los seres humanos se vuelven virtuosos con la práctica de virtudes, ha dicho por los filósofos.

Ahora bien, no se debe ser ingenuo al pensar que con una sola voluntad se puede lograr el virtuosismo en la política, campo demasiado lleno de tentaciones y pocos frenos legales, morales y éticos como para no caer una y otra vez en la desviación del justo medio, es decir, la virtud. Hace falta, a mi juicio, leyes que sean el dique primero que defienda lo público, hace falta que el pueblo se torne aún más político en la medida de que participe críticamente en lo público y hace falta un órgano judicial en sus tres niveles que impartan justicia recta ante las desviaciones de los gobernantes y políticos.

Claro, hacen falta organismos ciudadanos que puedan vigilar las actuaciones públicas de los funcionarios, sería muy provechoso que las universidades y otros cuerpos colegiados participen autónomamente en la vigilancia pública.  Como se ve hace falta todo un cuerpo de leyes y todo un ejército de órganos, organismos ciudadanos y aun los ciudadanos en lo singular para cuidar lo público con el riesgo siempre latente de que se corrompa lo que apenas es una buena intención.  

Por lo menos, López Obrador les ha dicho a los legisladores no más gestores sino legisladores. Bien sabe Andrés Manuel que con esa excusa los legisladores se llevan enormes tajadas de los publico, remato haciéndoles patente la austeridad republicana a la que no quieren llegar ni están acostumbrados muchos pues precisamente querían que “les hiciera justicia la revolución”, saliendo de su pobreza material y entrando el reino de las penumbras de lo público sin importarles leyes, ética ni moral.

Es de esperar que si esta austeridad republicana se logra en la medida del justo medio, esto sea el inicio de una nueva forma de vida moderada pero rica en virtudes. Cuando un pueblo ha sido virtuoso lo público ha sido bueno. Ninguno por debajo de las leyes pero ninguno por encima de ellas, es la meta utópica pero siempre guía de las naciones.

Por lo pronto, no hay que aminorar la marcha ni el apoyo ni las críticas en las desviaciones al gobierno electo pues lo público, su éxito o su fracaso no es de un grupo ni de un solo ser humano sino del pueblo en general.

viernes, 13 de julio de 2018

EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL COMO FACTOR BÁSICO DE LA CAÍDA DEL PRESIDENCIALISMO




Las fuerzas que se desatan para lograr un cambio a menudo son insospechadas; tal es el caso de la caída del Presidencialismo mexicano. Se tiene la tendencia a pensar y, a aceptar que los cambios sociales, políticos y económicos como si no tuvieran ligas, influencias entre sí. Esto se debe a la parcialización del estudio de la realidad, se desmiembra por necesidad y con ello se logra cegar a los propios profesionistas pues saben una parcialidad del saber pero ignoran el resto en su fundamento. Esto permite la ignorancia o la docta ignorancia y con ello, la manipulación de masas.

Las privatizaciones en el Estado mexicano fueron ordenadas por los Estados Unidos de Norteamérica y el Fondo Monetario Internacional entre otros para permitir el desarrollo del Neoliberalismo, hasta los años 80s del siglo pasado, limitado por el equilibrio de fuerzas que había en el mundo entre los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión de Repúblicas Socialistas; sin embargo, con la caída del Muro de Berlín (1989) y la caída de la URSS (1990-1991), ya no hubo limites suficientes para la implantación total del libre mercado.

En México se aceleraron las privatizaciones y paradójicamente mientras más privatizaban en la misma medida el presidente en turno iba perdiendo facultades de facto y de derecho. Esto se dio en un lapso más o menos de 36 años. Esto tuvo su necesidad debido a que no se quiso que el descontento social se desbordara y diera al traste con lo planeado. Finalmente la máxima privatización se logró con el costo para los priistas y panistas de destruir el régimen político en su totalidad con la correspondiente expedición del acta de defunción el 1 de julio de 2018.

El pueblo piensa que ha sido el único actor que puso fin al régimen político priista; sin embargo, esto es falso y mucho me temo que ni siquiera ha sido el actor principal. El empuje que hacen los Estados neoliberales para expandir su actividades comerciales fue y es crucial. Ni se diga la actuación del Fondo Monetario Internacional. Al respecto se debe ponderar la declaración de Christine Lagarde, directora gerente de este organismo internacional: El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto “está decidido a poner en práctica una amplia serie de reformas, que van de la educación a la salud y la privatización de varios sectores de la economía”[1]. Esta declaración al punto parece un simple reconocimiento pero en realidad es la confirmación de que se están siguiendo las órdenes en el rubro económico.

Claro, los priistas y panistas no sospechaban siquiera que la aceleración del libre mercado iba a tener sus efectos políticos. La idea era privatizar todo lo público. La alegría con la que se expresa Lagarde muestra que por fin se había encontrado al gobierno adecuado para terminar con los resabios del Estado de bienestar: “Seguimos cuidadosamente lo que pasa en México, particularmente desde la elección del nuevo gobierno, y personalmente estoy muy impresionada por la forma en que el presidente ha logrado apoyo en torno a un programa amplio de reformas, afirmó Lagarde en una conferencia de prensa en el marco de la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial[2]”.

En el mismo comunicado Lagarde reconoce que la implementación del libre mercado fue pactada, es decir, había un plan que se siguió al pie de la letra, incluyendo el fraude electoral para lograr este fin: “El gobierno de Peña Nieto gestionó de manera destacada la transición con la administración anterior, del panista Felipe Calderón, y ha logrado reunir en torno suyo a otros partidos políticos con la misma visión para mejorar la situación de México[3].

Ahora bien este plan para imponer el Neoliberalismo es un plan global que reconoce la directora gerente del Fondo Monetario Internacional pues in importar la geografía la mayoría de los Estados se les impone la misma receta: “Sin importar si se habla desde los países de África o de los de Europa del este, de los de la eurozona, Japón, Estados Unidos o las naciones con economías emergentes, cada autoridad está dispuesta a desarrollar políticas para el empleo y de responder a las demandas de la población, en especial de los jóvenes[4].

Es evidente que, la ejecución del plan pertenece al FMI para imponer la economía de mercado en todos los Estados nacionales sin importar el grado de desarrollo pero con más ahínco en aquellos que son “mercado emergentes”, es decir, que todavía no privatizan todo lo público o que, no han logrado el éxito económico requerido por dicho organismo. También queda claro que el plan es global y que no importa de qué ideología sean los políticos siempre y cuando impongan el libre mercado.

No se puede ser tan inocentes al analizar los hechos sociales, políticos, económicos pues todos estos están unidos de manera indefectible y ni se digan los hechos y actos del FMI que tienen sus efectos decisivos en la vida pública y privada del pueblo mexicano y por supuesto en la vigencia del régimen priista que recibió sin querer pero inevitablemente un golpe decisivo para su fin mientras implementaban las privatizaciones.

Si se cree que la soberanía del pueblo en general (más o menos 30 millones de votantes), son los que determinaron la caída del Presidencialismo se estar en un error. Quizá, esto sea parte del plan y que se esté dando cuerda al pueblo para que, el mismo se ahorque, es decir para que quede satisfecho de los hechos y actos sin que siquiera sospeche que está siendo manipulado.

El libre mercado está ya en plena marcha y la dificultad para derogar o abrogar las reformas privatizadoras es difícil aunque no imposible pero con el blindaje puesto se habrá que pensarlo dos veces o tres. Logrado el objetivo privatizador que importa que caiga el régimen y, al fin de cuentas esta quizá sea una nueva etapa del plan con necesidad de un nuevo régimen y un nuevo Estado. Un poco de droga en forma de euforia por la caída de los corruptos quizá sea el premio necesario.




[1] Periódico La Jornada
Domingo 21 de abril de 2013, p. 24
[2] Ibídem
[3] Ibídem
[4] Ibídem