lunes, 29 de marzo de 2021

MITOS, VALORES Y LEYES

 

MITOS, VALORES Y LEYES

 

Desde la antigüedad, los gobernantes han echado mano de los mitos para justificar la fundación de ciudades, reinos, Ciudades-Estados y para gobernar. Los mitos son narraciones inventadas, cuentos. Al parecer son necesarios, fundamentales para llevar a los pueblos a la gobernabilidad. Todos los pueblos y sus gobiernos tienen estos cuentos. En Grecia, Atenas y Esparta; la primera tenia a Atenea como diosa fundadora, la segunda, a Apolo. Roma tuvo a Rómulo y Remo quienes fueron abandonados y amamantados por una loba. El derecho divino es de suma importancia.

 

Entre los pueblos prehispánicos era lo mismo. La fundación de México-Tenochtitlan, obedece al símbolo mítico de encontrar a un águila sobre un nopal devorando una serpiente. Y, los demás pueblos tenían sus propios mitos. No es de extrañar que en esta parte del mundo la justificación del derecho divino sea fundamental. Ningún hecho o acto pasa sin la aprobación o desaprobación de los dioses.  

 

La fundación de los Estados nacionales se decanta por los mitos para justificar su existencia como personas morales. Los Estados Unidos de Norteamérica se fundan en el derecho divino. “In God we trust”, (En Dios confiamos). No es de extrañar que los testigos en los juicios juren con la mano sobre la Biblia.

 

Los Estados Unidos Mexicanos, también tienen sus narrativas divinas. La madre de la nación mexicana es la Virgen María, de corte conservador. Los liberales no se podían quedar atrás y se forjó el mito del “Padre de la Patria”, el cura Miguel Hidalgo y Costilla. Por doquier se pueden encontrar estos inventos humanos. Tan solo basta ver cuantos mitos surgieron de la revolución mexicana. La libertad del pueblo, el 15 de septiembre, la puesta en nichos de las mujeres con flores o, el patriotismo y la lista es larga.

 

En estos momentos de transformación, quizá, ya no se necesiten más cuentos, pero debe quedarle claro al pueblo de México que, debe haber un cambio radical y que este se debe dar a mediano y largo plazo con su inicio inmediato y que el mismo no depende del gobierno sino del pueblo mismo.

 

El anterior régimen, se tenia sus bases en los antivalores. Robar era bueno si no se daba con los huesos en la cárcel. Torcer la democracia era una cuestión de Estado, sin responsabilidad alguna. Vivir del presupuesto era un acierto, aunque no se aportara lo mínimo al Estado. Quien no transara, es decir, quien no fuera un corrupto era un tonto y todo esto es sabido públicamente. Para terminar con este estado de circunstancias, hechos y actos es menester que el pueblo mexicano tome el camino de los valores e impida con esto la total decadencia del Estado mexicano para después limpiarlo, hasta donde sea posible de ese mal.

 

No basta con tener mitos y valores. Los mitos nacionales están en el imaginario colectivo, los valores son personales e internos. Hace falta normar la conducta de los gobernados desde el Derecho en su ámbito administrativo, civil y penal ya sea el caso. Los puestos públicos deben caer en estos tres campos del Derecho para sancionar las conductas que infringen las leyes administrativas, civiles y, penales de manera ejemplar pues es, desde el gobierno donde ha surgido la corrupción y, por ende, la debilidad de todo el Estado mexicano.

 

Como siempre corresponde al pueblo, vigilar a sus gobernantes, exigir cuentas claras y precisas de sus hechos y actos en lo público. Al gobierno le compete vigilar y sancionar las conductas ilícitas pero al pueblo le corresponde la vigilancia de lo publico en todos sus ámbitos para evitar la decadencia.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario