lunes, 22 de marzo de 2021

LA DIVISIÓN DE PODERES. PESOS Y CONTRAPESOS. EL PODER SOBERANO.

 

LA DIVISIÓN DE PODERES. PESOS Y CONTRAPESOS. EL PODER SOBERANO.

 

La adopción de la teoría de la “División de poderes”, nos ha dejado una gran lección. Se ha creído y se nos ha dicho que, con esta teoría cada uno de los órganos del Estado mexicano, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, se encargarían de una sola función de manera correspondiente, administrar, legislar e impartir justicia. En el caso mexicano pata nombrar ministros a la Suprema Corte de Justicia, es el presidente quien propone y el Senado ratifica o no a una de los propuestos. En la creación de leyes, el presidente tiene facultad de iniciar leyes y de crear leyes reglamentarias. En resumen, la teoría inicial se ha modificado para dar paso a la realidad.

 

Ahora bien, durante la hegemonía del partido único de Estado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la teoría de la “División de poderes”, fue una ilusión pues, no obstante, de estar plasmada en la Constitución General, en la realidad era el ejecutivo federal el órgano hegemónico y los restantes estaban a su entera disposición. A esto se le llamó Presidencialismo. Esto se replicaba y se sigue replicando en las entidades federativas donde el gobernador sobrepuja a los dos órganos restantes. Todo esto constituía un sistema político totalitarista, antidemocrático, injusto y cerrado. Esto dio como consecuencia que los tan traídos y llevados pesos y contrapesos fueran parte de esa ilusión democrática. En suma, se utilizó esta teoría para maquillar la realidad y sojuzgar al pueblo mexicano.  

 

El 1 de julio d 2018, el pueblo y en concreto los votantes nos dieron una lección central y la solución a los males del Estado mexicano, la intervención del pueblo mexicano en su calidad de soberano único, en la terminación de un régimen para tratar de construir otro. Es evidente que no fueron los órganos del Estado ni sus instituciones las que propiciaron ese cambio. Por el contrario los órganos del Estado mexicano estaban en contra de una cambio democrático y se opusieron con todas las prácticas más viles, deshonestas, fraudulentas, antidemocráticas, ilegales e ilegitimas. Y, esto es conocido de manera pública.

 

El camino es largo y siempre peligroso pues el poder público subyuga a los políticos al grado de volverlos antidemocráticos y ya nunca quieren dejar el mismo. Muchos otros políticos son fracasados en la iniciativa privada y encuentran en lo público un lugar en donde vivir sin mucho esfuerzo y sin aportar lo mínimo a la cosa pública. Por doquier se haya el Estado mexicano cercado por sujetos vividores y de toda la más baja ralea. “Vivir fuer del presupuesto es vivir en el error”, es su lema.

 

Los viejos políticos acostumbrados a vivir de traiciones al pueblo no se han ido, están al acecho para regresar para imponer el viejo régimen. El pueblo no debe permitir esto y tiene la gran oportunidad en este 6 de junio de 2021, en las elecciones intermedias para seguir con el trabajo de desaparecer a los partidos y políticos que se oponen al avance democrático.

 

La tarea no se acaba ahí. Los nuevos funcionarios públicos son humanos y como tales, al tener acceso al erario y todo lo público estarán tentados a cometer ilícitos administrativos, civiles o penales. En consecuencia, no se les debe dejar actuar sin pediré resultados y cuentas claras sobre sus funciones públicas. Creer que un mero cambio de régimen basta para sanear los males es un error inmenso. Recién iniciamos el camino democrático y ya el partido en el poder inicio su corrupción a través de viejas prácticas y por los mismos sujetos ya conocidos. Es tarea del pueblo no dejarse engañar nunca mas o en su caso, tendrá que lamentarlo otros cien años.

 

En resumen, es la intervención del pueblo soberano el que puede poner equilibrio a los órganos del Estado mexicano. Los gobernantes nunca tendrán plena intención de gobernar bien, tan luego llegan los candidatos al poder no se les vuelve a ver ni el polvo, se sientan en las curules, en sus sillas y cierran las oficinas, se quitan las mascaras y se muestran como realmente son y esto es de conocimiento público. Es por ello, que se debe abandonar la “División de poderes” y reglamentar la intervención directa del pueblo con penas severas a quien o quienes traten de impedir el ejercicio soberano del pueblo.


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