miércoles, 17 de marzo de 2021

EL MINISTRO ARTURO FERNANDO ZALDÍVAR LELO DE LARREA

 

EL MINISTRO ARTURO FERNANDO ZALDÍVAR LELO DE LARREA

 

El buen juez por su casa empieza, dice una sentencia, y eso lo debería saber el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero no sucede de esta manera. En los órganos judiciales federales campea la explotación laboral, es conocido públicamente las excesivas horas que laboran los empleados de menor rango con tal de terminar el trabajo y que se luzcan los titulares; el acoso sexual es otra constante, basta ver las quejas que hacen las mujeres que trabajan en los juzgados federales para darse cuenta de la gravedad de ello; el nepotismo es de escándalo, la mayoría de los puestos son ocupados por los familiares de los juzgadores y eso es inaceptable pues se privilegia la mediocridad por sobre la justicia pronta; la discriminación es la práctica común, los funcionarios públicos en este ramo se sienten hechos a mano; las sentencias son un copia y pega y ni se diga de la creación de delitos y un sinfín de inconsistencias.

 

Los titulares de los órganos judiciales federales pertenecen a una casta privilegiada que debe ser reformada e investigada para la mejoría de la impartición de justicia. Es increíble que para juicios de menor monta tengan que tardarse 90 días hábiles para dictar el fallo definitivo en juicios en revisión y no hay poder en el mundo que los haga cambiar.

 

En el caso de la reforma eléctrica es de no creerse que amparen a unas pocas empresas en contra de los intereses del pueblo soberano; es decir, protegen a grupos poderosos de empresarios nacionales y extranjeros que no llegan ascienden contra más de 130 millones de mexicanos. No es la defensa del presidente sino un llamado a que rindan cuentas los juzgadores. Una justificación no únicamente legal sino una explicación de su proceder general y particular. El pueblo no puede sentarse a esperar que soberanamente los juzgadores federales actúen sin mediar explicaciones ni asumir las consecuencias. La autonomía e independencia es respecto a los demás órganos; ejecutivo y legislativo, pero ante el pueblo deben rendir cuentas pues es el verdadero soberano. Por encima del pueblo ningún órgano u órganos pueden estar.

 

El señor presidente de la Suprema Corte de Justicia debe iniciar su trabajo combatiendo los rubros ya señalados y ceñirse a los intereses del pueblo y no sentirse dios. No mas actuaciones en contra del pueblo. Ningún órgano, ningún funcionario público por encima del pueblo. El Estado debe regirse por la soberanía popular y no por los intereses comerciales, económicos ni de ninguna índole. Que el presidente de la Suprema Corte salga a dar catedra de ética y moral sin advertir el desorden de su casa es un despropósito inadmisible. Que se ponga a trabajar como debe y no como sabe.


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