LOS PERIODISTAS Y LA VERDAD
Los
periodistas han sido, en muchas ocasiones la avanzada y los mártires de los gobiernos
no democráticos. Los ejemplos sobran en ambos rubros. Con todo, hay una buena
parte de periodistas y comunicólogos que, se han plegado a los deseos y órdenes
de los poderosos tanto del gobierno como de la iniciativa privada poderosa.
Hasta el 1 de julio de 2018, los periodistas orgánicos (afines al gobierno),
tuvieron una etapa de vivir bien a costa de hablar bien de los anteriores
gobiernos y en consecuencia vivir del erario. Es de hacerse notar las
cantidades tan enormes que, les pagaban en consecuencia, el lujo con que viven.
Las
condiciones del periodismo han cambiado en México y con ello el ejercicio del
mismo. Se ve que, una buena parte de los medios de comunicación dedicados al
periodismo se han vuelto “críticos” y no hay día en no ver aparecer
señalamientos contra el gobierno. Bien, no se trata de defender a gobierno
alguno sino de saber si estas criticas corresponden o no a la realidad.
Determinando si son correctas las críticas, los señalamientos sabremos si
estamos ante una prensa que beneficia, con sus artículos, comentarios y análisis,
al Estado mexicano o por el contrario, es la reacción ante la falta de
contratos leoninos que les daban los gobiernos anteriores.
No
se puede dudar de la existencia de buenos y excelentes periodistas en constante
peligro de ser puestos en la línea deseada por sus empleadores. Si, las grandes
empresas periodísticas tienen la capacidad de dictar (y, dictan las noticias a
publicar), la línea a seguir por parte de sus periodistas. Esto no es
extraordinario; lo que, si debe ser extraordinario, por parte de los
destinatarios de las noticias, es saber la calidad y contenido verdadero de
esas noticias. Esto lleva a sanear, en buena medida, la vida publica y privada.
No basta con la existencia de la prensa ni de la libertad de expresión pues el
producto final (las noticias), pueden sufrir y de hecho sufren la distorsión decidida
de los dueños de los medios de comunicación o de los propios periodistas.
De
continuo, vemos y oímos opinar a los periodistas de todos y cada uno de los temas
mas diversos. ¿En verdad están lo suficientemente capacitados para emitir análisis,
artículos u opiniones?. Estos excesos contribuyen a la confusión en los rubros más
simples y no se diga en los mas complejos. Es increíble que al escuchar o leer
a los analistas o periodistas mas granados, se tope uno con el uso de conceptos
inadecuados hasta una profunda ignorancia del tema. Claro, son encumbrados ante
las multitudes no para decirles la verdad sino para manipular esas mismas
multitudes.
Escapar
de los análisis de “expertos”, de todólogos; escapar de las verdades de los
periodistas es el primer paso para dejar de ser manipulado. Hace falta una
audiencia, teleaudiencia o lectores críticos con el poder de encontrar la
verdad y la mentira en lo publicado en sus diversas formas. Una conciencia
colectiva e individual capacitada para llegar a la verdad por si mismas es necesaria
ante la creciente desinformación manipuladora existente. Es responsabilidad del espectador, oyente o
lector estar capacitado para enterarse del quehacer periodístico sin dejarse
engañar. Los periodistas están mas cerca del dinero que de la verdad.
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