martes, 5 de enero de 2021

EL ARTE MUSICAL POPULAR MEXICANO, EL PECADO ORIGINAL, LAS MUJERES Y EL MUNDO

 

EL ARTE MUSICAL POPULAR MEXICANO, EL PECADO ORIGINAL, LAS MUJERES Y EL MUNDO 

 

En una sociedad altamente religiosa su arte popular tiene que seguir por pura necesidad esa misma tendencia. El tema fundamental de la religión es sublimar a la mujer cuando esta es la madre del hijo de Dios y denigrar a las mujeres mortales sin importar demasiado la falta de moral y de ética. La mujer trae y representa el pecado original de haber comido el fruto del saber, pero su peor pecado fue y ha sido probar el fruto del saber. Prohibición divina. Todos los seres humanos se les prohíbe saber, deben ser creyentes; ese es el pecado: saber, pensar. Los seres humanos deben ser autómatas. A eso se debe que, los sacerdotes quieran tanto a los fanáticos, son manejables, esclavos de la ignorancia y ganado que se le puede trasquilar a placer.

 

Véase el arte musical popular y se verá que sigue esta pauta. Las letras responsabilizan y culpan a las mujeres de toso incluso de la propia estupidez y salvajismo masculino. No hace falta que se expongan ejemplos, cada quien puede y tiene a la mano el material musical para constatar lo que aquí se dice. Por momentos se alaba a la mujer y hasta se le compara con la virgen María, pero la mayoría de las veces se le denigra de todas las formas posibles. El odio hacia las mujeres ya sea mental o físicamente tiene su principal fuente en la religión católica. Claro, se necesita no ser religioso o superar esa barrera para poder verlo y aceptarlo.

 

El adoctrinamiento religioso desde la niñez prepara perfectamente al futuro hombre con todo el odio para volverse un depredador de las mujeres. Oír constantemente, sin estar preparado para ello, sin tener uso de la razón, que, la mujer es la por pecado, la segundona, la que ha nacido de una costilla del hombre y que esta para servirlo sin mediar la mínima palabra, no es otra cosa que preparar la desgracia de las mujeres. Eso es estar viviendo con el enemigo. El peor.

 

Ahora trasládese este pensamiento al arte musical popular poco preparado para ir más allá de lo enseñado por la religión. El resultado será un arte musical lleno de odio hacia las mujeres en la mayoría de las canciones. Vaya sadismo desenfrenado. Únicamente los ciegos y los hipócritas rechazaran lo aquí dicho. Las palabras sobran. Las evidencias se tienen ante los propios ojos y al alcance de las manos y es la practica habitual.

 

Recuerdo cuando mi madre me enviaba al catecismo y, entonces oía a pericos amaestrados decirme que, Eva era la culpable de que, Adán hubiera pecado y por ello el Dios lleno de amor los había expulsado del paraíso. Todo ello perdido por la madre de la especie humana. Vaya favor que nos hizo Eva. El hombre, claro, era también pecador, pero lo era no en calidad de cómplice sino de víctima. Por ello debería ganarse el pan diario con el sudor de su frente, pero la mujer debería expiar con sangre su responsabilidad y culpa, eternamente. Afortunadamente no es eternamente.

 

Claro, a mí no me engatusaron. En definitiva, tomé el camino de la ciencia, de la filosofía, del arte superior… en fin, me volví ateo por todo esto. ¿Cómo podía tener el pecado original mi madre que me tuvo en su vientre sagrado por nueve meses?. ¿Cómo podía ser mala una mujer que tanto sufrió por mi mil desvelos y me tuvo tantos cuidados?. ¿Cómo podían ser pecadoras mis pequeñas hermanas que, apenas i podían caminar?. ¿Cómo podían ser pecadoras mi esposa y mis hijas?. ¿Cómo podían ser pecadoras mis vecinas, mis amigas, mis compañeras de estudio y todas las mujeres del mundo?.

 

No hay duda de que hay mujeres malas, pero no por ese motivo y, en todo caso, son las menos y mucho me temo que, es por tanta violencia hacia ellas. Me decanto por señalar a los hombres como los malos de la historia, de la vida por crear semejante religión monstruosa. A una actitud monstruosa como lo es la religiosa y sus frutos como lo es, la musca popular mexicana se le tiene que combatir con desprecio porque no merece otra acción. El catolicismo, una religión de amor. Vaya amor. No me hablen de amor cristiano y con ello manchen el verdadero amor humanista. Que importan las malas consecuencias, valen mas las buenas consecuencias: salud mental y corporal; es decir, volver a la vida griega, a la vida a la mexicana antigua y formar una nueva forma de vida y, convivencia con y para todas las mujeres que así lo quieran. Vale oro predicar en el desierto que ante hienas humanas. Menudo crimen hemos cometido en nombre del amor divino. No va más.


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