Un
signo de este periodo híper moderno lo es, la participación ciudadana en lo público
y en especial en la política; si bien, la respuesta ciudadana es significativa
dista mucho de ser la necesaria para incidir en la política para bien. Con todo,
no es desdeñable y habrá que seguir trabajando para que la ciudadanía participe
y participe de manera significativa y de manera organizada.
Jaime
Rodríguez, Margarita Zavala y Armando Ríos Piter, son destilados o derivados
del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Acción Nacional y del
Partido de la Revolución Democrática, en consecuencia ya estaban contaminados
con la corrupción, las mentiras, el engaño, la simulación y pensaron que podían
seguir indefinidamente con estos hechos y actos. Sin embargo, los tres quedaron
evidenciados por el Instituto Nacional Electoral, haciendo trampas,
falsificando credenciales, consintiendo hechos ilícitos. Esto debe tener
consecuencias legales y el INE debe dar parte a la Fiscalía Especializada para
los Delitos Electorales, para que inicie las carpetas de investigaciones correspondientes
y en su caso sanciones a los imputados. En el caso de Margarita Zavala, negarle
el registro definitivo en términos del artículo 56 de la Ley General de Instituciones
y Procedimientos Electorales.
Hay
que ser partidarios de que los ciudadanos participen en la política como
candidatos independientes pero con la salvedad de que no sean corruptos,
mentirosos, simuladores y que tampoco consientan este tipo de prácticas. Mal haría el INE en no dar parte a la FEPADE,
mal haría esta fiscalía en no investigar y ejercitar acción penal en contra de
los responsables, mal haría el órgano judicial en no condenar, en su caso, a
los culpables y mal haría la sociedad civil en no exigir que se persigan los
delincuentes pues esto degrada más al Estado mexicano, a la sociedad, a los políticos
y a los seres humanos en lo individual.
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